Shabbat Tamuz 4, 5762 - 15/6/02. Se lee en
jutz laaretz la parashá Koraj, en tanto que en Israel se lee Jukat.
Comentario de las parashá Koraj: Un poco más.
Shalom iekarim!
Uno de los primeros relatos esta semana en la parashá, es el de Koraj. Nos
cuentan los midrashim -estudios de los Sabios- que Koraj era un
hombre que poseía innumerables fortunas; mucho poder; gran astucia;
renombre; familia; amistades; en resumen, Koraj podía considerarse el hombre
más satisfecho y feliz sobre la tierra.
Pero, no lo era.
Estaba insatisfecho, y por eso, era infeliz.
Le faltaba una cosa, una pequeña cosa: humildad.
La humildad es reconocer con justicia el valor de cada persona, de cada
cosa, de cada cualidad.
Humildad es esforzarse por convertir en realidad lo potencialmente positivo.
Humildad es tener confianza en que lo mejor es aliado de lo bueno.
Humildad es tener conciencia de que el fracaso justo no es humillación, ni
el éxito es motivo para enorgullecerse y despreciar a otros.
Le faltaba humildad a Koraj.
Y cuando la humildad no está, entonces se vive insatisfecho.
La fortuna económica parece miseria.
La salud se vive como enfermedad.
Las amistades en lugar de apoyar, incitan a equivocarse.
La felicidad no se aprovecha.
Así que, pobre Koraj, teniendo todo y con la sensación de carecer de todo...
Y Koraj expresó su falta de humildad
rebelándose contra Moshé y Aarón.
Él y sus malandrines acompañantes pretendían convertirse en los líderes de
Israel, es decir, no aceptaban el liderazgo que el Eterno había dispuesto
para Su pueblo.
Entre gritos y piquetes de los revoltosos, Dios pone en evidencia Su deseo,
demostrando públicamente que el mando político debía permanecer en manos de
Moshé, y la kehuná -el sacerdocio- para oficio de Aarón y sus
descendientes.
Fue Dios el que se encargó de poner las cosas en su sitio.
¿Qué pasó con Koraj, el que tenía de todo,
pero le faltaba humildad?
¿Cómo terminó su vida el exitoso Koraj que siempre quería estar un poco más
arriba?
Koraj y los rufianes que lo aconsejaban y seguían, en lugar de ascender y
transformarse en la cabeza del Pueblo, fueron tragados por la tierra.
Tal cual lo dicho, hubo un temblor de tierra, entonces una gran zanja se
abrió bajo Koraj y los suyos, y todos los descarriados por el hambre de
poder y orgullo desaparecieron para no volver.
Este hecho ocurrido en la realidad, tiene su
lectura educativa: si queremos elevarnos y superarnos, es imprescindible ser
humildes y correctos, porque de lo contrario, en lugar de subir- bajamos.
Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco
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