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 Lic.  Prof. Yehuda Ribco  (Jeshvan 7, 5763 - 13/10/02)

BeShem H' El Olam

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 Parashá  >> Bereshit / Génesis

    Lej Lejá 12:1 - 17:27

Shabbat Jeshvan 13, 5763 - 19/10/02

Comentario de la Parashá Lej Leja: Realizar las promesas

¡Shalom iekarim!

Dios le aseguró a nuestro patriarca Avraham ciertas promesas eternas (ver en Bereshit / Génesis 17:7), para sus herederos (por la línea de su esposa legítima, que fue Sará nuestra matriarca, ver en Bereshit / Génesis 17:15-16), los cuales:

1. Se convertirían en una gran nación. (Ver en Bereshit / Génesis 12:2).

2. Poseerían y disfrutarían de la tierra de Israel (entonces conocida como Cnaan). (Ver en Bereshit / Génesis 17:8).

3. Serían personas benditas y de bendición para el resto del mundo. (Ver en Bereshit / Génesis 12:3).

Para que estas bendiciones se conviertan en realidad, era y es necesario (al menos) dos condiciones:

1. Que llegue el tiempo adecuado para ello, y los pasos lógicos previos se hayan dado correctamente. Es decir, que los factores externos estén listos para promover la bendición. (Ver en Bereshit / Génesis 15:16).

2. Y la segunda condición indispensable, es que estemos mínimamente preparados para beneficiarnos con estas promesas, y no perjudicarnos a causa de ellas. (A partir de Bereshit / Génesis 15:13).

Esto nos sirve también de modelo para las cosas cotidianas en nuestras vidas.
En ocasiones hay que tener paciencia, trabajar y esforzarse para conseguir que lo seguramente posible se torne en realidad.
Pues, generalmente, la verdadera bendición no se obtiene gratis, sino con esmero y persistencia.
Así el gozo es infinitamente superior, pues no obtenemos un regalo, ni somos pasivos receptores; sino que nos asociamos en la inmortal obra de crecer y mejorar al mundo.

Les deseo Shabbat Shalom!

Moré Yehuda Ribco

Relato a propósito del comentario

Una vez el rabbí de Berditchev vio a un carretero, vestido con su Talit y envuelto en sus Tefilín, engrasando los ejes de su carruaje.
El rabbí exclamó entusiasmado: Amo del universo, ¡mira a este hombre! Contempla la devoción de Tu pueblo. ¡Aun en sus trabajos rutinarios y pesados se acuerdan de santificar Tu Nombre!
(Basado en "Relatos Jasídicos" de Martin Buber).

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