Testigos de la Presencia

En nuestra parashá está dicho:

"Aquel día ciertamente esconderé Mi rostro, a causa de todo el mal que habrá hecho, por tornarse hacia dioses ajenos.
Ahora, escribid para vosotros este cántico y enseñadlo a los Hijos de Israel. Ponlo en su boca, para que este cántico Me sea de testigo en los Hijos de Israel.
"
(Devarim / Deuteronomio 31:18-19)

¿Qué quiere decir el Eterno cuando designa al cántico como: "que Me sea de testigo en los Hijos de Israel"?
Directamente puede entenderse que, por intermedio de este "cántico", que es la Torá, estamos los israelitas en disposición de atestiguar la presencia del Eterno.

¿Cómo es esto?
¿Cómo atestiguar la presencia de Aquel que no tiene forma ni cuerpo?
¿Cómo "verLo" por medio de la Torá, acaso es un telescopio místico y no nos habíamos percatado?

Para responder a estas interrogantes, les pido que atendamos a un punto relevante pero oculto en este pasaje de nuestra perfecta Torá.

El Todopoderoso anuncia su hester panim -ocultamiento de semblante-, su aparente desvinculación con los avatares de Israel, que acontece como justa retribución del pecado de los judíos de ir en pos de otros dioses, falsos todos ellos.
Es como si El Eterno dijera: ‘ustedes me dan la espalda pues se vuelven a los dioses, entonces Yo les doy la espalda, vivirán como si estuvieran abandonados por Mí, pero lo cierto es que estoy esperando con amor y calor el momento que ustedes retornen a Mí. Retornen judíos y serán consolados por Mi abrazo‘.
En palabras del profeta de la Verdad (que es leído esta semana como haftará):

"¡Vuelve Israel al Eterno tu Elokim, porque por tu pecado has caído!
Tomad con vosotros palabras y volved al Eterno. DecidLe: ‘Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; en lugar de vacunos te ofrecemos [el fruto de] nuestros labios.
No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ‘Dioses nuestros’; porque en Ti el huérfano alcanzará misericordia.
‘Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque Mi furor se habrá apartado de ellos.
"
(Hoshea / Oseas 14:2-5)

Es claro el concepto.
La Alianza eterna entre Dios e Israel es inquebrantable, jamás nada ni nadie podrá romper ese lazo de amor y fidelidad.
Sin embargo, cuando el corazón de algunos israelitas extraviados parece olvidar la Alianza para dirigirse hacia la idolatría, el rostro del Eterno no se manifiesta en el mundo en protección de Sus amados hijos primogénitos, los israelitas. Entonces, a la nación santa le acontecen desastres, persecuciones, expulsiones y otro tipo de desgracias que parecieran mostrar el abandono que Dios hiciera de Israel. PERO, en verdad el Padre no abandona a Sus hijos amados, solamente que en sombras espera a que ellos regresen a Él.
Su amor hacia Israel es incondicional y sin interrupción, aunque en épocas de sombras pareciera que el lazo se quebró. En esas sombrías épocas la faceta de jesed -bondad- está en segundo plano, con fuerza se hace sentir la faceta de din -restricción-, sobre los judíos.
Sin embargo, Él espera y llama a la puerta de nuestros corazones, Él espera consumido por amor hacia nosotros; tal como en bello lenguaje poético describió el sabio Salomón:

"Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto, y oí a mi amado que tocaba a la puerta y llamaba: ‘Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío y mis cabellos están mojados con las gotas de la noche.’"
(Shir HaSHirim / Cantar de los Cantares 5:2)

El Amado nos espera en cada época de crisis, está con Sus brazos abiertos esperando que nos fundamos con Él en un fiel y amoroso abrazo.
Dios no abandona jamás a Sus amados… aunque Sus amados a veces pueden estar desquiciados y errabundos por las sendas del mundo…

Esta situación de aparente abandono y perplejidad tiene su ventaja, pues el Eterno nunca castiga sin introducir un bálsamo en el malestar.
¿Cuál es éste bálsamo en la situación de hester panim?
Atendamos el concepto de nuestros Sabios:

"Cuando Moshé subió al cielo para recibir la Torá, vio al Eterno decorando las letras de la Torá con coronas, puntas y ornamentos.
Moshé preguntó: Señor del Universo, ¿para quién haces eso dibujos aparentemente superfluos?
El Eterno contestó: Hay una persona que va a vivir en el futuro, Akiva ben Iosef es su nombre. Incluso en estos puntos y adornos de la Torá él va a ser capaz de descubrir montañas de halajot -normas legales-.
"
(TB Menajot 29a)

Comprendamos esto claramente.
La Torá Escrita, la que recibió Israel a través de Moshé fue dada por el canal de la profecía, en un entorno de milagros, protección divina y salvación.
Es la obra del Eterno entregada en Sinaí y plasmada en el rollo de la Torá que nos acompaña desde entonces hasta ahora. Es una obra que está fijada en tinta para toda la eternidad, con sus letras y espacios delimitados sin cambios sobre el rollo.
Por su parte, la Torá Oral, la preservada por los Sabios de Israel, tal como Rabí Akiva, es la Torá que es recibida por el canal de la vivencia cotidiana, a través del encuentro con el prójimo, del diálogo, de la pregunta con su respuesta, pero también a través del exilio y el sufrimiento.
Esta Torá no está escrita, sino que vive con cada latido del corazón judío, respira con cada bocanada de aire del judío, y cuando se escribe se lo hace con el sudor y la sangre de uno mismo. Éstas letras escritas con el esfuerzo vital de la persona, son las coronas con las que el Eterno adornó aquella primera Torá que entregó a los judíos en Sinaí. Son los puntos y detalles que permiten a los Sabios como Akiva descubrir montañas de reglas y enseñanzas que de otra manera permanecerían cubiertos y olvidados.

Esto significa que cuando la nación judía parece haber perdido todo, cuando el sufrimiento pareciera negar la existencia del Eterno, es el momento en el cual la persona puede descubrir al Eterno en el vacío y sin sentido de una época desquiciada.
En este sentido se comprende claramente el enunciado talmúdico que afirma: "Nadie entiende realmente las palabras de la Torá [especialmente la halajá] hasta que no tropieza con el cumplimiento de ella" (TB Guitin 43a).
A veces, para ganar es necesario estar dispuesto a perder todo, a dar todo, para estar en condiciones de recibir todo.
Cuando se pierde todo, también se pierden aquellas personas o características que esclavizan a la persona.
Cuando se llega al desierto más profundo, cuando el dolor y la miseria parecieran ser los únicos compañeros, es cuando se puede encontrar lo que es esencial.
¿Por qué la Torá fue entregada a los judíos en el desierto?
¿Por qué la Torá fue entregada a los judíos después de siglos de decadencia y esclavitud?
¿Por qué la Torá fue entregada a los judíos, pocas personas de una nación débil?
Pues… porque en el desierto, en la escasez, en la miseria uno encuentra el camino renovado hacia la luz…

Y precisamente, esto es lo que nos dice el primer pasaje que copiamos de nuestra parashá.
Cuando la época aciaga invada nuestras vidas y el sufrimiento pareciera ser lo único eterno, pues el Eterno ha ocultado su semblante, exactamente entonces es cuando se descubre la luz renovada y amorosa del Eterno.
¿En dónde?
Pues… en el mensaje perpetuo de la Torá (Escrita y Oral).
Cuando nos sumergimos en "el cántico", en la Torá, podemos ser testigos del Eterno, lo volvemos a hallar y Él de inmediato nos abraza y cobija, nos renueva y da vida para vivir.
En la Torá está Su Presencia, y al nosotros bucear en ella nos convertimos en Sus testigos, pues dirigimos ahora nuestras a Él y por eso Él dirige nuevamente Su rostro hacia nosotros para iluminarnos con su shalom.

Podemos ser testigos de Su Presencia… ¿queremos encontrarLo en la Torá y en la vida de mitzvot?

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
Shaná Tová – Ketivá vaJatimá Tová
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

 

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • El camino del retorno
    "Cuando Tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra Ti, y ellos se vuelvan a Ti y confiesen Tu nombre, y oren y Te supliquen en este templo, entonces escucha Tú en los cielos, perdona el pecado de Tu pueblo Israel y hazles volver a la tierra que diste a sus padres."
    (1 Melajim / I Reyes 8:33-34))

    • ¿Por qué es derrotado Israel?

    • ¿Cómo recupera Israel su dignidad esencial?

  • En la hora del placer
    "En el día de su juicio la persona deberá rendir cuentas por cada cosa buena/permitida que haya visto pero que no haya disfrutado"
    (TI Kiddushin, final)

    • ¿Acaso la Torá tiene la finalidad de amargar y restringir absurdamente la vida de la persona?

    • ¿Cómo se autoengaña el que supone llevar una vida de santidad por sufrir innecesariamente?

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