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 Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 16, 5766 - 12/7/06


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 Creencias // Misioneros

Por tus obras...

Shalom amigo mío.

Dice la Palabra del Eterno:

"Los padres no serán muertos por culpa de los hijos, ni los hijos serán muertos por culpa de los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado."
(Devarim / Deuteronomio 24:16)

Podemos entender el pasaje subrayado con varios sentidos diferentes, pero detengámonos en uno sólo.
Como una exigencia hacia los jueces, que tienen prohibido emitir juicios sobre las personas basados en sus vínculos familiares. La sentencia debe ser justa y si corresponde aplicar un castigo, éste será originado por la acción del reo y no por los actos de sus padres, hermanos, hijos, etc.
Tenemos un ejemplo en el Tanaj:

"Sucedió que cuando el reino se consolidó con él, mató a sus servidores que habían herido de muerte al rey, su padre. Pero no dio muerte a los hijos de ellos, conforme a lo que está escrito en la Torá, en el libro de Moshé, donde el Eterno mandó diciendo: Los padres no morirán por culpa de los hijos, ni los hijos morirán por culpa de los padres; sino que cada cual morirá por su propio pecado."
(2 Divrei Haiamim / II Crónicas 25:3-4)

De esta manera se establece verdadera justicia, puesto que a ojos del Eterno nadie carga las culpas por las acciones ajenas, sino que cada cual debe responder por sus propias acciones.
Si tú pecas, tú pagas por ese pecado el "precio" justo.
Así de simple es la cuenta para el Eterno.
Si tú pecas, y tú te arrepientes sinceramente, eres tú el que recibe un empuje hacia un más elevado plano espiritual, más luminoso y bendito.
Tú y tus acciones desnudos ante el Eterno, así de simple y cierto.
Debes tenerlo presente y recordarlo para hallar el camino a la Vida.
En palabras del libro de Iyov/Job:

"...¡en mi carne he de ver a Elokim, a quien yo mismo he de ver! Lo verán mis ojos, y no los de otro..."
(Iyov / Job 19:26-27)

Tus ojos "Lo verán" (es lenguaje metafórico), no los ojos de otra criatura.
Tú debes responder por tus acciones en el juicio ante el Juez de jueces, y solamente tu arrepentimiento sincero sirve para limpiarte de pecados y errores.

Esto también implica que nadie puede limpiar el pecado de otro, sino que cada quien debe hacer el adecuado proceso de arrepentimiento y de esa manera conseguir el saneamiento de su alma de las manchas que provocó con sus acciones.

Todos cometemos errores y pecados, y el Padre, que es nuestro Creador bien lo sabe, por lo que nos ha dado la manera para corregirnos. Desde los albores de los tiempos la humanidad cuenta con la herramienta para perfeccionarse de los pecados que cada uno comete.
Por supuesto que es el arrepentimiento total y sincero, el enmendar lo que destruimos o dañamos en el mundo y en nuestra alma.
Atendamos a la bendita palabra:

"Entonces el Eterno dijo a Caín: ...Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo; pero tú lo puedes dominar."
(Bereshit / Génesis 4:6-7)

Podemos dominar nuestra tendencia hacia lo negativo, y podemos corregirnos de los errores que hemos cometido.
No precisamos de intercesores, ni de magos, ni de ángeles, ni de embrujos, ni de milagreros, ni de santos, ni de pastores, ni de complejos dogmas, ni de sacrificios, ni de sangre... lee la Palabra que te hemos expuesto recién y verás que solamente precisamos autenticidad en nuestro empeño por corregir nuestras acciones.
Pero, si no nos arrepentimos, y si no hacemos caso a las palabras del Eterno, entonces el pecado yace a nuestra puerta cual perro rabioso, que espera a que abramos una pequeña rendija para introducirse furtivamente y mordernos con su enfermedad. Luego de su mordida, ya atacados por el mal, nos abrazaremos a cualquier doctrina creyendo encontrar allí la solución a nuestro pesar. Pero ciertamente que cada día nos alejamos más de cualquier salvación, en tanto no nos arrepintamos sinceramente y no nos aboquemos con empeño al cumplimiento leal de los mandamientos que el Eterno nos ha dado.
Atiende las palabras de Dios por medio del profeta:

"Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, dice el Eterno, y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado
"
(Ieshaiá / Isaías 1:16-20)

Comprométete con Dios, cumple con los mandamientos que Él te ha dado (Siete Universales para los gentiles, 613 para los judíos), limpia tu alma de acciones incorrectas, dedícate a actuar con bondad y rectitud y hallarás la Verdad, la Luz y la Vida.

Y, por supuesto, el delirante mito que la sangre del pecador Jesús redime a los pecadores, es solamente eso: un triste y patético delirio que nada tiene que ver con las maneras con las cuales el Eterno gobierna Su creación.
El Juez exige de cada persona las cuentas por sus obras, no mide la fe y mucho menos te "salva" por la fe que depositas en un trastornador de la verdad.

Deben saber todos los que siguen estas doctrinas de perdición que están exponiendo su vida eterna al más grande de los peligros y a la sociedad a una continua y cada vez más profunda degradación.

Aquel que quiere vivir en paz con el Padre y con serenidad de espíritu, no se rebaja a seguir al perverso Jesús, ni los trasnochados dictados de sus predicadores1 , tampoco adopta el modo de vida de los filósofos de cualquier academia, secta, dogma o religión.
El fiel a Dios recuerda lo que está dicho sobre los que profetizan falsamente:

"Mentira profetizan los profetas en Mi nombre. Yo no los he enviado, ni les he mandado ni les he hablado. Os profetizan visión mentirosa, adivinación vana y el engaño de sus propios corazones... Por la espada y por el hambre perecerán tales profetas."
(Irmiá / Jeremías 14:14, 15)

El que busca la paz, la vida, la luz, abraza el estilo de vida que el Padre indica:

"Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá. No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá."
(Iejezkel / Ezequiel 18:21-22).

Con arrepentimiento sincero, justicia y misericordia; con cabal compromiso en el cumplimiento de los mandamientos es que se consigue saldar la deuda con el Juez, NO de otra manera.

Tenlo presente por favor, pues quiero lo mejor para ti.

Escríbeme con tus comentarios edificantes, y recuerda de colaborar con este sitio.

Shalom y bendiciones.

Notas:

1- Pastores, ministros, presbíteros, falsos-rabinos, predicadores de los evvangélicos, mesiánicos, netzaritas, en fin... todos los que creen en la autoridad de Jesús, con el nombre que lo llamen.

Moré Yehuda Ribco
E-mail:
comentario@serjudio.com

 


"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)
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