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Es la conocida historia que nos narra la Torá.
Los hermanos de Iosef [José]...
"Lo tomaron y lo echaron en la
cisterna.
Pero la cisterna estaba vacía, sin agua."
(Bereshit / Génesis 37:24)
¿Vacía y sin agua?
¿Acaso si la cisterna esta vacía no es obvio que está sin agua?
¿Por qué se nos indica la inexistencia de agua?
¿Qué enseñanza se oculta detrás de esta, aparentemente, información inútil?
El Talmud da la respuesta de porqué se dice que está "vacía
y sin agua":
"Agua no tenía, pero
serpientes y escorpiones había en ella"
(TB Shabbat 22a)
¡Cuán cierto es esto!
No existe el vacío en realidad, siempre hay algo.
Puede ser algo positivo o negativo.
Frecuentemente lo que hay es una mezcla de positivo y negativo.
Tal es en cada uno de nosotros también.
Podemos estar nutridos de agua, de Luz de la Torá, de vida y bendición,
o podemos comer a diario el pan de la amargura, sentirnos vacíos pero llenos
de dolor y miseria, de resentimiento y desprecio.
Venimos al mundo plenos de Luz interior, con un espíritu
puro y que así permanece por siempre.
Pero, en nuestro contacto con las otras personas, nos vamos llenando de
aquello que ellos nos dan.
Tal como dice el versículo citado: "los hermanos lo tomaron y lo echaron";
somos objetos de otros, de aquellos que están en nuestro entorno y son los
que nos van criando, educando o adiestrando.
¿De qué nos llenan?
De lo que ellos pueden...
Si ellos mismos se sienten llenos de escorpiones y serpientes, no podemos
pretender que nos llenen de agua, de Luz.
Si ellos mismos se sienten vacíos y malos, difícilmente podremos aprender a
sentirnos satisfechos con nuestra agua interior.
Así, el contenido de la cisterna se va reproduciendo en
otras cisternas, y el vacío es llenado con réplicas de si mismo.
¿Qué podemos hacer?
El día de hoy te diré una técnica, que es muy dura aunque sencilla de
realizar.
No es lo único que tenemos en nuestro arsenal para crecer espiritualmente,
solamente es la herramienta que hoy te diré.
Encuentra un lugar tranquilo, en el que sepas que no
serás interrumpido, ni habrá distracciones.
Lleva contigo un pequeño espejo.
Siéntate cómodo y permanece así un rato, solamente sentado.
Luego, te miras al espejo.
Mírate bien, de arriba abajo tu rostro, si puedes continúa hasta el
cuello.
Mírate de derecha (del espejo) a izquierda.
Respira con tranquilidad todo el tiempo, aspira por la nariz
pausadamente y expele también por la nariz.
Mientras te estás viendo,
empiezas a decirte
todas aquellas cosas que tienes miedo o asco de oír sobre ti.
Te dices todo eso que has escuchado de otros acerca de ti, o lo que
temes que ellos pudieran estar diciendo o pensando de ti.
Sé lo más sincero que puedas.
Presta atención a lo que dices,
y especialmente a lo que estás sintiendo.
Cuando puedas (enjuga las lágrimas si precisas), apuntas en un papel todas estas cosas desagradables que
piensas de ti, o que piensas que otros piensan de ti1.
Cuando ya no tienes más epítetos que dirigirte,
respira profundamente,
muy profundamente y lentamente.
Te miras directamente a los ojos en el espejo y te dices:
"José
(o como te llames a ti mismo)
recuerda siempre que eres hijo de Dios,
hecho a
Su imagen y semejanza,
cuídate y goza de lo permitido... ¡que el resto son sólo caretas!
Tú eres por siempre un hijo de Dios"
Respiras profundo,
pones el papel con la "lista negra" en algún lugar que pueda ser quemado
sin riesgo,
y lo quemas.
Mientras el papel se está quemando (con cuidado)
te dices en voz alta:
"Yo soy hijo de Dios,
estoy lleno de Luz".
Tomas un vaso de agua (sin gas), lentamente (bendices
como corresponde).
Ni bien puedas das tzedaká -caridad- a quien lo precisa, es mejor
si lo das directamente al necesitado.
Por último,
vuelves a la "vida".
Durante siete días, cada vez que despiertas y cada vez
que vas a dormir2 te dices:
"Yo soy hijo de Dios,
estoy lleno de Luz"3.
Y no deje de ayudar a aquel que está necesitado4.
CTerapia online
Notas:
1- Exclusivamente si estás en contacto conmigo en
sesiones de Cterapia, te pido por favor que cuando puedas me envíes una copia de
la lista.
2- Que estas frases no perturben el rezo de las
plegarias prescritas para el despertar y el irse a dormir.
3- Al octavo día, lo que corresponde hacer es un
análisis de las propias acciones, para enmendar aquellas que son negativas y
mejorar en lo posible las positivas.
4- Si sientes que no puedes decirte las cosas
negativas, por favor, haz el esfuerzo de decirte al menos tres. Es importante
que lo hagas. Si insistes pero te angustias demasiado, por favor detente y
comunícate conmigo (si es que eres consultante de Cterapia).
-º-º-º-º-º-º-º-
Comentario de una persona asistida con Cterapia: "Se me
aguaron los ojos, un poco, pero luego me sentí muy
ligero, bastante mas seguro de mí, lo estoy haciendo todos estos días y me he
sentido bien, más desenvuelto. Shalom."
Comentario de otra persona asistida con Cterapia:
"Respecto al ejercicio que me recomendó sobre "José en el pozo", me he llevado
una sorpresa .... pues no he sentido la necesidad, me ha repelido como mucho
"decirme" nada desagradable, he sentido que no lo merezco, más bien que nadie se
lo merece ..que está fuera de lugar, no había convicción en mis palabras " María
eres .... ", o sea, no. Quizás era esto lo que quería conseguir, en todo caso es
lo que he sentido.
Hace dos noches soñé que me había llegado la hora de la muerte. Pero para mi
sorpresa decía: " No quiero, no me apetece. ¿ que tal si me voy de aquí y
empiezo de nuevo donde nadie me conozca? Y me calzaba unas sandalias azules y
... marchaba tan feliz, perfectamente viva"." |
