Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

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 Lic.  Prof. Yehuda Ribco  (Tammuz 20, 5762 - 30/6/02)

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BeShem H' El Olam


 
Parashá  >> Devarim / Deuteronomio

   Devarim  1:1-3:22

Shabbat Av 4, 5762 - 13/7/02. Esta semana comienza la lectura del quinto libro de la Torá: Devarim / Deuteronomio.

Comentario de la parashá Devarim: La verdadera conquista.

Shalom iekarim!

Esta semana la Torá presenta un relato que puede resultar complicado de comprender. En el capítulo segundo de Devarim, el Eterno instruye a los israelitas que cuando ingresen a la Tierra Prometida deberían erradicar a los siete pueblos canaaneos allí afincados, y destruir todo rastro de su existencia. En tanto que prohíbe que el mismo tratamiento sea ejercido a las naciones de Seír/Edom, Amón y Moav; a estos pueblos se los debía dejar tranquilamente y sin provocar enfrentamientos.

¿Podemos explicar esto?
¿Hay excusas para un mandato tan sanguinario y drástico de parte de Dios (el Justo, Misericordioso y Amoroso)?
¿Pueden la cultura de los hebreos amparar y conducir a alcanzar el nivel bestial de nazis, terroristas, apartheistas, racistas, y otras lindezas de similar calaña?
Y, ¿por qué la diferencia en el tratamiento a las siete naciones descendientes de Canaan frente a las tres naciones linderas no canaaneas?

Posturas y opiniones hay diversas, por lo que brindaré tan sólo tres:

  1. Para la época y el lugar la orden no era desmedida, sino era acorde a los usos y costumbres. ¿Acaso conocemos conquistador (los hebreos no lo eran en realidad, pero supongámoslos en ese rol) que haya venido en son de paz (y mantenido la postura pacífica)?
    Las conquistas suelen ser violentas.
    Y esto es inexcusable.
    Pero, para aquellas épocas tan primitivas (pues no había sido aún propalado el mensaje trascendente de la Torá), era comprensible (aunque no deseable).
    (En un aparte: el retorno de los judíos a Israel en el siglo XX es un retorno al hogar del que fueron violentamente arrancados, y a la tierra que les fuera usurpada por advenedizos... NO es una conquista.)
     

  2. Por otra parte, también es comprensible desde el punto de vista de la supervivencia de la débil nación hebrea recién constituida.
    ¿Cómo poder crecer y desarrollarse si fueran asimilados a culturas más veteranas y con inusuales atractivos? (La idolatría suele ser fascinante, y más el paganismo canaaneo con sus orgías, bacanales, lujurias varias).
    La Torá deseaba que el joven pueblo hebreo sobreviviera, y si eso no podía ser llevado a cabo por caminos de paz, y si debían luchar por sobrevivir, entonces: que lucharan, y que erradicaran de sus vidas todo aquello que los llevara a perderse.
    Reitero, es comprensible para aquella situación en particular, en la actualidad los métodos para luchar contra la asimilación, la indiferencia, la búsqueda de la falsedad, son otros. Hoy la lucha se da (generalmente) en el terreno de las palabras, de las confrontaciones de ideas, o por un ejercicio concienzudo de la educación de fundamentos, principios y objetivos.
    Es otro tipo de batalla, pero con el mismo objetivo: expulsar del interior todo aquello que puede dañar la llama sagrada.
     

  3. Esta respuesta, si Dios quiere, será desarrollada en un artículo en la sección "Cabalaterapia", por lo que sólo brindaré unos lineamientos.
    Las diez naciones mencionadas representan a sefirot en un estado de shevirat hakelim -rotura de los recipientes-, es decir, con un manejo negativo de la energía vital, que provoca desolación y malestar en lugar de crecimiento.
    Las tres naciones aledañas representan a las tres sefirot superiores, que serán corregidas en la Era Mesiánica, pues el mundo pre-mesiánico no cuenta con las herramientas y el vigor como para lograr la armonización y adecuación de estas esferas.
    En tanto, las siete naciones radicadas en Tierra Prometida representan a las siete sefirot inferiores, las que tradicionalmente se relacionan con el mundo de las emociones. Como están en un estado de quebradura, la misión de los enviados de Dios (Israel en la toma de la tierra) es restaurar lo dañado, eliminar lo negativo, poner en armonioso funcionamiento cada esfera y las conexiones entre ellas; de este modo posibilitan un vida más o menos integrada.
    Eso es lo que la Torá está exigiendo con su pedido tan arbitrario y sanguinario, a simple vista, eliminar aquello que en nuestro interior nos daña, apartándonos de la Verdad, de lo que es Bueno.

Les deseo Shabbat Shalom!

Moré Yehuda Ribco

De la Parashá Devarim

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