Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Haazinu > Devarim 31:1 - 32:52 |
Shabbat: Tishrei 12, 5766; 15/10/05
Un
comentario de la Parashá Haazinu En nuestra parashá, breve pero intensa, encontramos el siguiente pasaje:
En el transcurso de nuestra vida terrenal
vamos atravesando diversos desafíos que tienen el objetivo de revelar
nuestra verdadera esencia, nuestro Yo Auténtico, nuestra fuerza espiritual. Son variados los desafíos, de mayor o menor intensidad y duración, podemos tener más o menos conciencia de estar involucrados en uno, pero lo que permanece constante es que la prueba debe servirnos para crecer, para encontrarnos subiendo en la escala espiritual. La persona que está madurando espiritualmente reconoce en cada desafío un trampolín para saltar más alto en su carrera por el mejoramiento personal y general; en tanto que la persona inmadura solamente atina a sufrir y desplomarse ante las pruebas. En vez de hacer del desafío una oportunidad, lo convierte en un obstáculo infranqueable, en un pozo oscuro y sin sentido. A través del estudio de la Torá es como
podemos percatarnos de que todo posee un sentido trascendente, que cada
elemento y suceso nos puede servir para elevarnos por sobre nosotros mismos.
Por medio del estudio encontramos el sentido trascendente de las
experiencias, y también el modo adecuado para responder, el sendero para
vivir incluso en dificultades y no a sucumbir por ellas. Así mismo, la persona cuanto
mayor desarrollo espiritual va alcanzando, por medio de su estudio de Torá y
de su cumplimiento cabal de los preceptos, más trasciende la percepción
subjetiva de la realidad. ¿Por qué? Si tenemos en claro esto, sabremos que podemos
encontrar nuestro ser más auténtico en el camino del encuentro con
el otro, con aquel que no soy yo, que se diferencia de mí en lo externo, pero
que sin embargo está en cierta medida es idéntico a mí en lo interno. Sea que nos estemos llevando adecuadamente con el otro, o no, estamos en situación de desafío, el desafío de comportarnos auténticamente con nosotros mismos y con el otro. Cuando nos encontramos auténticamente con el prójimo, y este encuentro está mediado por los preceptos de la Torá, estamos reencontrando nuestra propia identidad espiritual, nuestro Yo Auténtico. ¿Por qué es importante el encuentro auténtico
con el otro para encontrar el Yo Auténtico? Al momento que me vinculo auténticamente con el otro, cuando nuestras relaciones no solamente son sinceras sino también dentro del marco de los preceptos, entonces tenemos la ocasión de descubrir esa esencia espiritual en el otro, y de esa manera vernos reflejados en parte en el espejo de su espíritu. Al vernos, al reconocernos en nuestra relación auténtica con el otro, estamos ante la oportunidad de asumir nuestra verdadera identidad esencial, para de esa manera vivir con mayor gozo, el gozo que proviene del ser uno mismo. En estas horas de reflexión, entre los Iamim
Noraim y Sucot estamos en un momento de particular intensidad espiritual que
debiéramos aprovechar para ser más auténticos, más cordiales y próximos a
nuestro prójimo... ¿qué podemos perder y cuánto para gozar? Moré Yehuda Ribco
1-
El Arizal, en el "Shaar HaGuilgulim", Hakdamá 11, nos permite reconocer que
todos los espíritus estaban englobados en el del Adam HaRishón. Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ. |
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
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De la Parashá Haazinu
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E-mail: comentario@serjudio.com |
©2005
Yehuda Ribco,
Montevideo, Uruguay.
___Queda terminantemente prohibido el uso de estos textos para fines de
idolatría: |