Shabbat Av 25, 5763 - 23/8/03.
Comentario de la Parashá Ree:
Esa realidad por ver
Esta semana corresponde leer la parashá
llamada Ree ("Mira") que es la
cuarta del quinto tomo de la Torá, el
sefer Devarim, conocido en español como "Deuteronomio".
Nuestra parashá comienza
(Devarim / Deuteronomio 11:26) con la palabra Ree
-Mira-.
Dios en Su Torá de continuo nos recuerda nuestra misión de asociarnos a Él
en la tarea de dar sentido a lo creado (Bereshit / Génesis
2:19-20), y de perfeccionar la realidad (Bereshit /
Génesis 2:3 y tefilá Aleinu).
La única manera que tenemos para cumplir con nuestra parte, es la de encarar
el mundo con responsabilidad y comprometidamente, asumiendo cabalmente
nuestra tarea (que es cumplir con los mandamientos que Él nos
ha dado, 7 para los gentiles y 613 para los judíos).
Así pues, cuando Él ahora nos dice Ree, nos está conminando a
enfrentar la vida, a no huir de nuestras obligaciones, a no buscar falso
refugio en las ilusiones, a no olvidar que cada instante que desperdiciamos
es una oportunidad perdida para mejorarnos y mejorar al mundo.
Tristemente, muchas son las personas que se
asilan y aíslan en "islas de la fantasía", que ellos mismos
construyen o que asumen de otros.
Entre los primeros están por ejemplo los que abusan del alcohol, o los que
viven una vida de ficción auto-impuesta que lejos está de reflejar su
verdadera identidad.
Entre los segundos podemos mencionar a los que se aferran fanáticamente a
dogmas de fe, a postulados extremistas que se basan en el fervor enceguecido
a ciertas doctrinas que conllevan la negación de lo racional.
Por su parte, desde siempre el judaísmo ha
acentuado el compromiso ineludible de interactuar con la realidad, y de la
imposibilidad de apartarse de ella.
Esto se refleja en dos de sus características:
-
Para que la persona alcance su máximo
refinamiento, al mayor grado que potencialmente puede llegar, necesariamente
debe cumplir con los mandamientos, que están referidos en su 99% a acciones
concretas.
¡Así es!
De 613 preceptos (que son exclusivos para la nación judía),
611 son gestiones que es menester ejecutar, o actos perniciosos de los
cuales hay que abstenerse.
Dos mandamientos exclusivamente apuntan a las creencias: saber que Dios
existe y no aceptar ninguna otra deidad aparte, además, sumado, escindido de
Dios.
Y a pesar de que saber que Dios existe no ser una acción en sí mismo, es
precisamente este mandamiento el que obliga a cumplir el resto de los 613,
ya que aquel que SABE que Dios existe, ¿cómo habría de ignorar que Él está
demandando el cumplimiento de Sus mandamientos?
Por lo tanto, van de la mano TODOS los mandamientos y la interacción con la
realidad.
Ahora bien, por ser actos modificadores de la realidad, cuanto más y mejor
se cumple con los mandamientos, menos perjuicio afecta a la persona y mejor
se está dispuesto para beneficiarse de lo que es eternamente bueno.
-
La persona ha de reconocerse en cada momento
como hijo de Dios, y de acuerdo a este alto rango actuar.
Pero también ha de aceptar que está naturalmente formado con tendencias
negativas, con deseos que lo tienden a alejarlo de lo que es bueno y
apropiado.
Para vivir de modo saludable, la persona tiene que apreciar sus virtudes sin
dejar de advertir la presencia de su lado oscuro, para de ese modo batallar
contra él y superarse.
Aquel que pretende escapar de sus inclinaciones negativas, realmente nunca
escapa, pues las inclinaciones negativas son una parte integral de la
naturaleza humana.
El escapista puede cambiar de lugar físico, o puede negar que está sometido
a sus impulsos nocivos; pero, ¿acaso se puede escapar de sí mismo, de quien
está siendo?
Donde quiera que vamos, llevamos nuestras tendencias malas.
Donde quiera que huyamos, estamos inmersos en la realidad.
La única manera de vencer lo negativo que hay en uno, es armarse con la Torá
y los mandamientos y salir a la guerra contra lo más escabroso que está en
nosotros, que somos nosotros. Esa es la manera también de traer paz y
redención a la sociedad.
Así pues, es indispensable que la persona sepa
que hay enfermos para visitar, necesitados que socorrer, huérfanos que
ayudar a crecer, extraviados que conducir, guerras que pacificar, mentiras
por desenmascarar, idolatría por erradicar, falsos salvadores por apartar,
doctrinas perniciosas que enderezar, la Verdad por hacer pública, odios por
exterminar, envidias por convertir en admiración, justicia por hacer, a Dios
para servir, deseos lesivos nacidos en el propio corazón que controlar, etc.
Es decir, todo lo que conforma la realidad, que no siempre es de color de
rosa, o como una sueña que debiera ser.
Y es precisamente a esa realidad descarnada que los mandamientos intenta
mejorar, por medio del mejoramiento de la persona (y
sociedad) que los cumple.
Por eso Dios nos ordena: Ree
-Mira-.
Nos está diciendo: Descubre tus ojos, permite que Mi luz entre con sus
mensajes.
Tal como expresara el salmista inspirado:
"Abre mis ojos, y miraré las maravillas de
Tu Torá."
(Tehilim / Salmos 119:18)
Es decir, primero que se abran los ojos
espiritualmente.
Luego contemplar el mensaje eterno y perfecto de la Torá.
Luego mirar fuera de ti, lo que acontece, lo que te rodea.
Y al mismo tiempo mirar dentro de ti (reflexiona).
De ese modo, dejamos de lado las fantasías perniciosas, aquello que queremos
ver (o no hacen ver) y que nos oculta la realidad, y
tras liberarnos de esa manera, reconocer nuestro lugar en el mundo, y la
tarea que tenemos que realizar.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
HACIENDO CLIC
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