¿De fuera o dentro?

A diario, o a menudo, te sientes en estado de impotencia.
Lo cual dispara en ti las reacciones del EGO (llanto, grito, violencia física y/o desconexión de la realidad; además de los derivados de ellas), lo cual no suele ayudar a mejorar sino complican más tu existencia.

Si no lo resuelves, la energía se drena cada vez más.
Tu pesar se ahonda.
Tal vez hasta reaccionas de manera “sobreactuada” ante cuestiones mínimas… ¡es que estás saturado y hasta una pequeña gota rebasa la línea de contención!

No tiene culpa la pobre gotita, pero recibe una paliza inmensa, como si hubiese sido una inundación.
Lo cual, cuando te calmes y mides las cosas, te hace sentir todavía peor.

¿Estás enloqueciendo que tienes esas reacciones?
Probablemente no, pero cuesta que te convenzas.

Vamos a proponer una ayuda.

¿Podrías identificar con precisión aquello que te está “impotenciando”?
¿Tendrías el tino de darle un nombre que lo describa con perfección y lo delimite?
¿Puedes describir con exactitud el evento que te pone en ese estado de impotencia?

Es de suma importancia tener bien en claro si es un hecho objetivo que está ocurriendo o es una percepción sin mayor base en la realidad objetiva.
Una cosa es un evento que sucede y te afecta negativamente;
otra bien diferente es que nada ocurra pero tú generas un estado de indefensión en tu imaginación.
Porque, en la primer situación, podrías resolver cuestiones de manera práctica, en el mundo concreto;
en la segunda, allí en donde tu imaginación te boicotea, poco y nada tienes para hacer en el mundo objetivo.

¿Entiendes la importancia de este ejercicio de reconocimiento que te estoy mostrando?

Igualmente, no debemos quitar importancia a la sensación de impotencia,
porque ella por sí misma ya es suficiente para ponerte en estado de estrés negativo.
Tu cerebro no reconoce si el estímulo que te “impotencia” proviene de un evento concreto o de una elaboración de tu imaginación.
Esto es, si sientes impotencia, tu EGO se dispara, sea que haya o no algo en el mundo objetivo que lo provoque.

Si no me exprese con claridad, te pido que me lo hagas saber en los comentarios, porque es importante tener esclarecido este aspecto.

Si la sensación se basa en hechos objetivos, tal vez tengamos a mano herramientas que permitan de alguna manera modificar el afuera.
Entonces, ¿qué te parece más productivo y saludable?
¿Amargarse y dejarse hundir en la desesperación?
¿O mejor realizar la tarea correctiva, hasta donde nuestro dominio alcance?
¿Qué te parece?
¿Acá será importante la perspectiva que uno tenga, o solamente ejercer alguna acción correctiva?

Pero, quizás no haya al alcance nuestro cómo intervenir en la situación que nos “impotencia”.
Tal vez sea un estado o situación para la cual no tengamos instrumentos, poder, control.
En este caso, es imprescindible admitir la impotencia, aceptar nuestra finitud, asumir los hechos.
No luchar, no rebelarse, sino emerger de las ruinas con la mejor respuesta posible que tome en consideración la realidad.
No suele ser tarea fácil, pero es una que beneficia incluso allí en donde es evidente la derrota.

Ahora, si tu drama no depende de lo de afuera, sino solamente de tu percepción personal, es decir, es un sentimiento de impotencia nacido en tu mundo interior y que se dispara por cuestiones nimias, que no son de verdadera impotencia para ti.
Entonces no tienes que esperar nada de afuera, porque allí no está el problema ni tampoco la solución.
Habrá que hacer el trabajo necesario para cambiar lo de dentro.
Aprender a visualizar desde otra perspectiva, salir de la caja en las que te encuentras encerrado.
Probar otras respuestas mentales, que rompan con el sistema de creencias, con las programaciones que se representan de manera automática.
¿Se entiende?
¿Podrías brindar ejemplos de impotencia sentida que nazca en el interior y de cómo construir respuestas diferentes, que ayuden a superarse y estar feliz?

Espero tu colaboración en los comentarios de este post (http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/de-fuera-o-dentro), pues así podremos crecer juntos. Gracias.

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Delallel

EJ: Cuando un hijo u otro a cargo de uno no reacciona como uno quiere. En vez de ponerse a CRITICAR por qué no hace lo que uno quiere, construir maneras de generar una «negociación» en la que el pequeño logre una COMPRENSIÓN para luego saber el por qué sería bueno que haga lo que se le dice, siendo ese el caso (por supuesto que a veces también sabrán lo bueno para ellos). En vez de EXPLOTAR en gritos o peor golpes, RESPIRAR y buscar un lugar tranquilo dentro de la misma casa en lo posible (o fuera) y realizar… Read more »

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