El quinto elemento

En la Hagadá, o tal vez en el Séder, nos encontramos con un curioso caso: el quinto elemento ofuscado.
¿Qué significa?

Prestemos atención cuidadosamente.
En el Séder es notoria la presencia del número cuatro, pero hoy descubriremos que esos cuatro visibles dejan en las sombras un quinto; que solo aparece a la vista del que es consciente y atento.
Mira:

  • las cuatro preguntas del Ma Nishtaná;
  • los cuatro hijos de acuerdo a los cuales habla la Torá;
  • las cuatro copas de vino que se beben;
  • los cuatro verbos de salvación de Israel empleados por el Eterno en Shemot/Éxodo 6:6-7 (sacaré, liberaré, redimiré, tomaré) ;
  • las cuatro mitzvot de la noche de Pesaj (matzá, maror, relatar la Salida, beber el vino);
  • los cuatro nombres de la festividad (Pesaj, Matzot, haAviv, Zman Jerutenu)

En la Tradición el cuatro se emplea como símbolo del mundo material:

  • los cuatro puntos cardinales (Norte, Sur, Éste, Oeste);
  • los cuatro elementos primordiales de las filosofías antiguas (aire, fuego, agua, tierra);
  • las cuatro estaciones del año (primavera, verano, otoño, invierno);
  • las otro cuatro direcciones en el tercer plano (arriba, abajo, adelante, atrás);
  • los cuatro ríos que se abrían desde el Gan Eden (Pishón, Guijón, Jidekel, Perat);
  • los cuatro estadios de la creación (atzilut, beriá, ietzirá, asiá).

Por esto mismo representan la diversidad, la separabilidad, la posibilidad de la divergencia.
Así mismo, sirven para representar lo completo, el Cosmos en su totalidad.

Pero, pero, pero…
Los cuatro del Séder suelen esconder un quinto elemento, veamos.

  • las cuatro preguntas esconden la quinta: “¿ma nishtaná halaila haze?”;
  • los cuatro hijos esconden al quinto: aquel que no está en el Séder;
  • las cuatro copas esconden una quinta: la que dejamos para que decida Eliahu haNabí si la debemos tomar o no;
  • los cuatro verbos de salvación esconden un quinto: “Yo los introduciré en la tierra” (Shemot 6:8);
  • las cuatro mitzvot esconden una quinta: el korbán Pesaj;
  • los cuatro nombres que esconden el quinto: el de la redención final (¿Iom haAtzmaut?).

Luego, cuando nos sentamos a reflexionar nos damos cuenta de que también el Cosmos oculta el quinto elemento, la dimensión que le da sentido y plenitud.
Oculta está la NESHAMÁ, espíritu, la LUZ primordial que fundamentó el resto de la Creación.

Es nuestra tarea hacer que la NESHAMÁ encuentre su canal de expresión en nuestra materialidad, tal es la forma de vida espiritual, total, de SHALOM que el Eterno quiere para nosotros.

Jag Sameaj.

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