Ser y estar siendo

A partir de una charla con un amigo surge este post.

Nuestra NESHAMÁ, lo que denominamos Yo Esencial o espíritu, no está materialmente en nuestro interior,
aunque a veces lo señalemos como la LUZ interna o la pequeña voz dentro de nuestro ser.
No se ubica en ninguna parte del cuerpo.
Ninguna zona cerebral es su asiento.

Ante esta afirmación surgen algunas interrogantes.

  1. ¿Dónde está?
  2. ¿Cómo con nuestros actos podemos volver a ella, si no ocupa lugar físico?
  3. Si es la esencia de nuestro ser, pero no está en mí, ¿yo soy realmente yo?
  4. ¿Quién somos en realidad?
  5. ¿Somos la información que aprendemos?
  6. ¿Somos lo que construimos con los años?
  7. ¿Somos lo que Dios impuso que fuéramos?

Vayamos respondiendo con sencillez y sintéticamente a estas cuestiones. Será difícil de comprender, lo admitimos antes de presentarlas.

La NESHAMÁ es una entidad espiritual, proviene directamente de Dios.
No ocupa espacio, por tanto no sufre alteraciones, ni es afectada o depende del tiempo “material”.
Está en un lugar que no es lugar, en un tiempo que no tiene tiempo.
Si no lo puedes entender, te confieso que a mí también me cuesta. Está bien que así sea, porque todo lo que conocemos y sabemos depende de nuestros sentidos, somos esclavos de nuestro cuerpo, dependemos necesariamente del tiempo y del espacio. No tenemos noción de existencia fuera del tiempo y espacio. Hasta cuando imaginamos mitos, historias de ciencia ficción, delirios, estamos atrapados entre esas dos coordenadas. Dios, y por tanto nuestra Neshamá, no habitan nuestra realidad ni son afectados por nuestras limitaciones.
Existen en una realidad diferente a la nuestra, que es incomprensible, aunque quizás pudiéramos tener destellos momentáneos de claridad al respecto.
¿Te sigue costando entenderlo?
Lee esto: http://es.wikipedia.org/wiki/Flatland,_romance_of_many_dimensions, quizás te dé alguna idea y ayude a dar un marco a lo que no puede ser enmarcado.

Entonces, ¿dónde está la Neshamá?
Sabemos donde NO está.
No está en nuestro cuerpo, en ninguna parte.
Pero, tampoco está fuera de nuestro cuerpo, en alguna parte del cosmos.
Se encuentre en “otro mundo”, aquel que está fuera del tiempo y del espacio. El mundo del espíritu.

Por su propia “naturaleza”, este mundo no puede ser medido, diagramado, pesado, contado, etc.
No está dentro del ámbito de la ciencia.
No tenemos instrumentos para atraparlo o aprehenderlo.
No hay experiencia terrenal que sea similar.
Es por completo diferente a todo lo que conocemos o conoceremos.
Solamente nos queda aceptar la creencia como lo que es: una creencia.
Contamos con los testimonios de los millones de testigos presenciales en la Revelación en Sinaí, con los legados de los profetas verdaderos, con los relatos de la gente que ha tenido experiencias después de minutos de muerte clínica, y me parece que no hay mucho más que podamos presentar.

Nuestra Neshamá es la identidad que nos ha otorgado directamente el Creador.
No tenemos parte en su existencia, como tampoco nuestros padres ni otro ser vivo o elemento físico.
Proviene del Eterno, permanece en el Eterno, retorna al Eterno.
No cambia con nuestras acciones, no existe nada material que la afecte, ni para bien no para mal.
Es, sencillamente es.
Podríamos decir que es el ideal sobre el cual basarnos para diseñar nuestra vida en este mundo, la meta para alcanzar, la imagen para descubrir en el espejo de nuestra existencia. Como si fuera el plano elaborado por el experto arquitecto, el cual deben seguir con precisión los obreros para que finalmente la obra tridimensional plasme con belleza el esbozo del creador.
¿Se entiende?

Lo que hacemos, los nombres que usamos, los títulos que nos acompañan, nuestras acciones, lo que recordamos, las actitudes, posesiones, vínculos sociales, etc., forman esas máscaras que arman al que denominamos Yo Vivido. Éste es por completo terrenal, lo construimos en el mejor de los casos; en los menos buenos asumimos aquello que los demás nos imponen o mandatan. Somos como personajes armados con bloques de Lego.
Nuestros actos pueden estar en sintonía con el Yo Esencial, y por tanto estaríamos viviendo de acuerdo a esa imagen ideal, que es nuestra identidad real.
Cuando la máscara
coincide en algún aspecto con esa esencia pura e inmodificable que es el Yo Esencial , estamos en un instante de armonía, en shalom interno.
Pero, si hay conflicto entre máscaras y Yo Esencial, cosa que es lo más frecuente, entonces estamos en colisión interna. Imagina que estás contratado para un arquitecto que diseño un plano que tienes que interpretar y realizar, pero estás armando otro modelo diferente y que no encaja, entonces estamos en una vida aparente, en impotencia, a merced del EGO.

Con esto podemos suponer que yo soy algo que no soy yo.
Porque hago cosas que forman mi Yo Vivido, el cual es mi YO terrenal, el que conozco (en la medida de lo posible), el que los demás conocen, el que veo en el espejo, etc.
Pero al mismo tiempo hay otro Yo, que es genuino, que es eterno, que es el que debo llegar a conocer y vivir como lo que él plantea.

¿Suena desquiciado?
Sinceramente, sí. O tal vez demasiado metafísico.

Veamos un poquito más, quizás pueda explicarlo mejor.
Yo soy esto que estoy siendo (o sea, Yo Vivido).
L
o genial seria que lo que estoy siendo coincida con lo que soy (o sea, Yo Esencial), para ser completamente.
En unidad, en shalom, en plenitud.

¿Y cómo entender aquello de la Neshamá que somos pero que está fuera de nuestro cuerpo?
Usemos una metáfora para tratar de contar lo incontable.
Supongamos que somos una computadora que venimos al mundo con nuestro sistema operativo funcional y un disco duro apenas ocupado por las experiencias intrauterinas.
Ese disco duro, el cerebro, se irá llenando con información con nuestros aprendizajes, estudio, etc. Esa información será procesada, mezclada, cotejada, arreglada, etc. para que aparezcan fragmentos de ella en nuestro monitor, que sería lo que tenemos en la conciencia en cada instante dado.
Además tenemos una conexión permanente a una poderosa internet, llena de todo el conocimiento del universo. Como casi infinita Wikipedia universal que está a nuestro alcance, es lo que podemos llamar el «otro mundo».
¿Dónde está? No lo sé, aquí, allá y en ninguna parte. No tengo idea de su ubicación y realmente no me preocupa en lo más mínimo. Solo sé que del otro lado hay una terminal que recoge la información que transmitimos y la inserta en esa Wikipedia, pero también recoge algo de información de allí y nos la transmite a nosotros, donde la recibimos en alguna área del cerebro (probablemente, no tengo conocimiento exacto del asunto, ni conozco si alguien lo tiene).  La terminal del otro lado, es la Neshamá.
Cuando morimos, la terminal de este lado deja de funcionar, ya no hay más transmisión, se cortó la conexión; pero, la terminal del otro lado no se inmuta, no sufre cambios. De manera similar aquella información que enviamos para allá, que se encuentre almacenada debidamente y a disposición de quien esté autorizado a revisarla.

De aquí aprendemos una importante enseñanza.
Si nuestra vida terrenal es una constante actuación de i
nstintos y/o de automatismos anclados por el entrenamiento social, entonces somos animales robotizados, títeres con apariencia de poder y libre albedrío. Tal como otros animales, al sonar la campana nos chorrearemos de saliva esperando la comida. No hay trascendencia, no hay deleite, ni libertad, ni elección, ni poder, ni siembra para cosechar favorablemente en la vida posterior a esta vida.
Somos lo que estamos siendo, máscaras, Yo Vivido disfuncional, fuera de sincronía con el Yo Esencial.

Teniendo en cuenta esto, es fácil reconocer qué son las celditas mentales que menciono frecuentemente en varios artículos de mi autoría.
¿Te animas a decirlo?

La persona tiene que ser con ella misma objetiva y honrada para detectar sus errores y fallas. ¡Nada simple! Tarea llena de obstáculos y contratiempos, por lo general motivados por el EGO, propio o ajeno.
Un buen proceso de CABALATERAPIA puede ser de gran ayuda, aunque no ejerza efectos mágicos ni resuelva todos los conflictos.

Estamos limitados en nuestro control, por ello debemos aprender a no querer controlar lo que no podemos controlar. Aprender que nuestra NESHAMÁ no nos manipula, de hecho quizás ni tenga influencia directa en nuestra vida cotidiana. Ella no viene a nosotros, pero nosotros podemos ir hacia ella, en sentido figurado. ¿Cómo? Asemejándonos a ella, para llegar a ser aquello que es la mejor imagen de uno mismo. ¿Cómo? Conociendo nuestra raíz espiritual, judía o noájida, para vivir de acuerdo al patrón de mandamientos que nos corresponde: 613 para los judíos, 7 para los gentiles. Desplegando a cada instante conductas y actitudes de construcción de Shalom, bondad Y justicia.

¿Somos la información que aprendemos? ¿Somos lo que construimos con los años?  ¿Somos lo que Dios impuso que fuéramos?
Todo esto, y más.
Una cosa no contradice la otra.
La cuestión es construir shalom, desde dentro hacia fuera.
Desde la elaboración de una identidad integrada, saludable, a tono con nuestra espiritualidad.

 

 

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No tengo cabeza para procesar el 100% la información que expone. Y se que se intenta hacer de una forma sencilla. Porque el fundamento de nuestra identidad esta por encima de mi propia comprensión.
Pero el «Como» que se expone, la forma, el procedimiento, la técnica (como quiera que se vea) para ser nuestro verdadero Yo, nuestra neshama, cobra un nuevo significado.

Ya no es ser por ser simplemente; es construir el ser.

Gracias More. Es realmente provechosa y nutritiva su loable labor.

Shaul Ben Abraham

La neshamá es como una rosa que abre sus petalos en éste mundo y su aroma surga para el mundo por venir

Shaul Ben Abraham

seguro… ¿pero… ? me queda una duda

Edgar_mx

Antes que nada muchas gracias por este material, es un estudio fuerte, gran ejercicio de analisis y reflexion, un viaje de autodescubrimiento, muchas gracias. En base a la primer pregunta, surgen otras mas, Donde esta? esa es la interrogante. Pero los sabios instituyeron como primer acto al despertar pronunciar el Mode ani. Te agradezco, Rey Vivo y Eterno, que me has devuelto misericordiosamente mi alma dentro de mí, Tu fidelidad es grande. Se esta indicando que el alma esta dentro de uno, a la inversa es con el dormir se dice que el alma se desprende de uno, para por… Read more »

Edgar_mx

Dentro y fuera, depende el momento en que sea utilizado.

Si esta en dos sitios cuando se establece la conexion.

No tiene lugar pero si presencia.

Creo ir entendiendo, entonces no esta fisicamente pero si presencialmente si se puede decir asi.

Algo que no ocupa un lugar en el espacio.

Esta excelente el estudio, es ir cambiando el modo de ver las cosas o ir ampliando nuestros conceptos, muchas gracias Moré.

Jonathan Ortiz

Este texto encaja en aquello que le oi al Moré hace años:

«Puedes explicarle a un feto qué es la luz cuando su mundo es todo de oscuridad? Se la puedes describir, puedes usar términos intrauterinos para acercarlo al concepto de luz, pero en modo alguno podrás enseñarle que es la luz».

Gracias Moré

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