Bendición y Santidad

(Estudio por la completa y total recuperación de mi hermano Efraim –Jaim- ben Bluma, que viva hasta los 120 con plenitud de berajá y conciencia de kedushá).

Santo es aquello que está relacionado al Eterno.
Con esta definición básica en mente, rápidamente podemos darnos cuenta de que todo está en algún grado de santidad.
¿O acaso hay algún aspecto de la creación que no sea a causa del Creador?
¿O tal vez exista alguna entidad que lo haga aparte de Él?
Todo, absolutamente todo de cierta manera está en relación con el Eterno.
Se crea en ello o no; se lo acepte o no; se lo quiera o no.
Es un hecho.

Claro que cuesta mucho que esta idea penetre en nuestra conciencia si es que hemos padecido el adoctrinamiento de las religiones.
Porque en ellas hay una perspectiva de la santidad bastante diferente, que es más propia del reino del EGO a lo que concierne a la realidad espiritual.

Así está aquello que es evidentemente kadosh, como la Torá, el Shabat, el Templo, entre otras, que son lugares, tiempos, objetos y personas que el Eterno ha identificado como tales.
Fue Él quien declaro que el día séptimo esté consagrado, es decir, diferenciado del resto.
Porque esta diferenciación es otro aspecto de la santidad.
Tal como el estar reservado, aparte, no aglutinado.
Ya que la fuente de toda kedushá es el Eterno, el cual es absolutamente diferente, apartado, a cualquier cosa que exista o que podamos imaginar.

Como está lo declaradamente santo, está aquello que no es evidente que lo sea, y sin embargo lo es.
A esto se lo llama “kodesh shevajol”, santo en lo profano.

El Maestro, el Rav Kook (Orot haKodesh, segunda parte, “hakodesh haklali”), enseña que es más grande el nivel de santidad de lo profano que de aquello que evidente es sacro.
Él se extiende en explicaciones, que obviamos aquí y ahora.
Quedémonos simplemente con esta profunda idea.

La cual nos lleva a revalorizar inmensamente TODA creación, todo objeto, lugar, persona, tiempo; porque hasta aquello que está en apariencia en el ápice opuesto a la santidad, igualmente guarda su molécula de vínculo con el Creador.
Puede estar reducido a un pequeño punto, pequeñísimo y casi sin espesor; pero no deja de ser la  conexión incorruptible con el Infinito.

Por supuesto que comprender esto y hacerlo material intelectual que guíe nuestros pasos, es sumamente difícil.
Choca con nociones culturales, también con dogmas sociales, así como con esquemas de pensamiento que parten de sentimientos.
Entonces, el saber de lo sagrado se oscurece, tal como ocurre con la LUZ de la NESHAMÁ la que queda encerrada y sin alumbrar a causa de la actividad perturbadora del EGO.
Nos llenamos de cáscaras y máscaras que ocultan nuestro verdadero rostro.
El Yo Vivido está disarmónico con el Yo Esencial.
Por lo que vivimos en exilio de nuestro ser.
A esto lo podemos calificar de enfermedad, aunque el cuerpo marche a las mil maravillas.

Volviendo al tema, toda la santidad de lo profano parece inexistente, recubierta por esas capas que la esconden de la percepción.
Y sin embargo, ahí está.

Por otra parte, hay otro concepto que es el de bendición.
Bendito es aquello que manifiesta la abundancia, especialmente en el plano material.

A mayor grado de santidad, mayor potencial de desplegar la bendición.
Por ello, el Creador, que es el Santo infinito es también fuente de la bendición infinita.

Hay tres tipos de bendición:

  • del Eterno a la creación,
  • del hombre al Creador,
  • del hombre al hombre.

La primera, es la que dota de bienestar, plenitud, oportunidad de gozo, salud, riqueza, etc.

La tercera, es aquella con la cual deseamos para el prójimo lo bueno en sus diversos aspectos. A veces hasta hacemos algo más que solamente desear lo bueno y decir unas bellas palabras. En este caso estamos realizando un trabajo meritorio de actuar en imitación a Dios.

La segunda, reconoce tres modalidades:

  • Bendición por realizar actos ordenados por el Eterno.
  • Bendición por disfrutar de algún bien material.
  • Bendición para alabar al Eterno.

Obviamente que somos seres absolutamente dependientes e impotentes, infinita nada ante la infinitud del Eterno.
Igualmente, estas tres modalidades son valiosas, cada una por su motivo.

Cuando bendecimos por los alimentos, por ejemplo, ¿qué estamos haciendo?

  • Pidiendo permiso para hacer uso de la creación a quien es su Dueño.
  • Agradeciendo a Quien corresponde.
  • Haciendo que pase el alimento de un estado de santidad mayor a uno menor, para que luego la santidad aumente tanto para el alimento que es convertido en nutrientes y asimilado, como para quien se alimentó.

Pueden resultar ideas muy oscuras y de difícil comprensión.
Repito que los motivos para ello pueden ser variados, puedes tú pensar los tuyos.

Entonces, cuando bendecimos por los alimentos, no estamos haciendo sagrado el producto.
Éste ya lo es.
De hecho, le estamos restando sacralidad para de esa manera hacer posible que lo ingiramos.

El bendecir antes de comer no solamente nos habilita espiritualmente a hacerlo, sino que también nos permite extraer los nutrientes espirituales que de otra manera no estarían a nuestro alcance.
No bendecimos al alimento, ni pedimos a Dios que lo haga.

Él ya nos ha bendecido con la dicha de poseerlos y estar en disposición para disfrutar de ellos.
También nos ha regalado códigos que nos permiten hacer uso no solamente material sino también espiritual.

Para finalizar, el único que puede contener en sí santidad y bendición, al mismo tiempo y sin que entre en conflicto es el Eterno.
Por ello la Tradición en su sabiduría lo llama “haKadosh baruj Hú”, que se traduce como “el Santo bendito sea Él”.
Quien es Santo de todos los santos, Bendito de todos los benditos; y provee a toda la creación de ambas.

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Shaul Ben Abraham

Que este estudio sirva para la sanidad del mencionado y de los enfermos de am Israel y el muendo

Jonathan Ortiz

Que el Cielo envie plena curación a su hermano. Me gustó este estudio Moré, hay varias cosas para apuntar: 1. El hombre en modo alguno tiene capacidad para bendecir algo de la creación. (Pensando en los tres tipos de bendición no hay uno que diga ‘del hombre a la creación’). De ahi que el ser humano no puede hacer que el agua (o cualquier otra cosa) sea bendita por traer un ejemplo. Perdoneme si soy simplista: bendecir se parece a cuando en el hogar papá tiene un chocolate en casa y el hijito pide permiso a papá para comerlo, al… Read more »

Jonathan Ortiz

Gracias Moré, que asi sea.

Netanel

Agregaré un pequeño ápice relacionado con el tema. En hebreo una de las denominaciones del Eterno es Hakadosh Baruj. En arameo se dice Kudsha brij hu. Partiremos de la base que el arameo es la lengua en la cual habla el inconciente del Pueblo de Israel. Es decir cuando hablamos de temas que no podemos pronunciar en hebreo se habla en arameo. Es por ello que el Zohar esta escrito en arameo. ¿por qué es el inconciente? Esto hay que explicarlo según estudios en el libro de Bereshit, cuando Habraham sale de “Aram” y demás. Pero digamos que Aram era… Read more »

Shaul Ben Abraham

Muy interesante eso que dices del arameo como lengua del inconsciente de am Israel, no lo había visto así, ¿qué fuentes lo indican? ¿dónde puedo leer al respecto?

Jonathan Ortiz

Me uno al comentario, muy llamativo.

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