El que ve la bendición

En nuestra parashá encontramos un versículo que en su llana lectura es de sencilla interpretación, pero si rebuscamos un poquito encontramos en él algunas características notables o curiosas.
Prestemos atención:

"Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición"
(Devarim / Deuteronomio 11:26)

Primer hecho curioso: dice "mira" en singular pero luego se le habla a toda la asamblea de Israel.
Debería haber dicho "miren", en plural como corresponde… ¿no es así?

Segundo hecho curioso: ¿acaso se puede mirar la bendición o maldición que está exponiendo Moshé a la congregación? ¿Qué es lo que debían mirar realmente?

Tercer hecho curioso: ¿por qué dice Moshé que él pone delante de la congregación la bendición y la maldición? ¿No debiera decir acaso que es el Eterno el que las pone, o siendo más precisos que es cada persona la que recoge aquello que ha sembrado?

Tratemos de hacer luz sobre cada una de estas dudas que nos han surgido.

1- Los preceptos de la Torá han sido dados a toda la comunidad de Israel. Los 613 mandamientos han de ser cumplidos, en la medida de las posibilidades, por el pueblo de Israel como unidad y no por cada individuo. Sin embargo, cada individuo es el responsable de guardar todos los mandamientos y de cumplir con esmero aquellos que le atañen.
Expliquemos brevemente con un ejemplo para ahuyentar confusiones.
Una persona que no es cohén no puede ni debe guardar los mandamientos que le corresponden exclusivamente al sacerdote, sin embargo debe guardarlos, es decir cuidarlos y preservarlos para que no se pierdan de la memoria y práctica del pueblo.
En resumen, cada persona judía está imposibilitado de cumplir con todos los mandamientos, pero la nación judía es responsable de que todos sean cumplidos (en la medida de las posibilidades).

Cuando Moshé dice "mira" y no "miren", cuando se dirige al individuo como parte de la sociedad, está queriendo expresar que todos y cada uno de los judíos/as son los receptores y guardianes de la Torá, todos y cada uno responsables de dar vida a los mandamientos, y todos pero cada uno el encargado de hacer su parte que le atañe.

"Mira judío/a, eres tú el que está a cargo y no la sociedad, o el líder o tus padres", tal sería el sentido del mensaje de Moshé.

Nuestros Sabios lo ejemplificaron de la siguiente forma: en un Bet Hakeneset de personas adineradas festejaban Simjat Torá brindando tras cada ronda con un vino exquisito.
Los integrantes de otro Bet Hakeneset de personas menos pudientes decidieron imitarlos, pero como las posibilidades económicas no lo permitían alguien tuvo una idea genial. Colocaron un enorme barril a un lado del Bet Hakeneset para cada integrante depositaría luego de cada Shabat el vino que había sobrado en los hogares. De esta forma, cuando llegara Simjat Torá tendrían un barril lleno de vino para todos. Así hicieron y finalmente llegó el día esperado. Al finalizar la primera ronda de Simjat Torá, abrieron el barril para probar el vino y brindar en honor a la Torá. Pero la sorpresa fue total cuando comprobaron que el barril estaba lleno de …. agua! Todos se miraron sin hablar, las palabras estaban de más. Todos habían sido los culpables, ya que cada uno había pensado que dentro de tanto vino nadie se daría cuenta de que alguien había puesto un poco de agua. El cálculo era correcto, sólo que como todos pensaron lo mismo el barril terminó llenándose sólo de agua.

Solamente si cada uno hace su parte, todos y cada uno se benefician en verdad…
2- Lo que es una bendición o una maldición suele ser valorado subjetivamente.

Hay un conocido relato que lo ejemplifica:

A pesar de ser un campesino muy pobre, tenía un caballo extraordinario, tan fino que el señor del castillo quería comprárselo, pero el viejo labriego se rehusaba a vendérselo.
-Para mí, este caballo no es solamente un animal, es un amigo. ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?
Una mañana el labrador entró al establo y no encontró a su caballo. Al enterarse, los vecinos le dijeron:
– Te lo advertimos. Debiste haber vendido el caballo, te negaste y ahora te lo robaron. ¡Qué mala suerte tienes!
El viejo hombre les respondía:
– ¿Mala, o más bien buena suerte?
Todos se burlaban de él.
Dos semanas después, el caballo regresó seguido de una manada de potros salvajes. Su corcel había escapado detrás de una hermosa yegua y retornaba ahora con la manada entera siguiéndolos.
– ¡Qué suerte! -exclamaron los vecinos.
El viejo hombre inició entonces con su hijo la tarea de domar los caballos. Una semana más tarde, el muchacho se rompió una pierna entrenando a los potros.
– ¡Qué infortunio! ¿Quién lo va a relevar, si no tiene cómo contratar a un reemplazo? -comentaron los vecinos.
El anciano les contestó:
– ¿Mala, o buena suerte?
Pasaron unas semanas, cuando de repente el ejército real llegó al pueblo y enlistó a los jóvenes en sus filas.
Todos fueron enrolados excepto el hijo del viejo, quien no les interesó, porque tenía una pierna fracturada.
– ¡Qué suerte tienes! -le dijeron los vecinos llorando-. A nuestros hijos se los llevaron a la guerra y probablemente morirán, mientras tu hijo permanecerá contigo.
Conmovido, el viejo hombre replicó:
– Buena o mala suerte, ¿quién sabe?

Cuando Moshé les exhorta a mirar la maldición y la bendición les reclama que hagan dos cosas. Primero que vean a su interior, aquello que ellos creen que es bueno o malo y que luego lo confronten con lo que realmente el Eterno ha declarado que es Bendición o Maldición.

En ese momento cada uno verá la Realidad, aquello que el Eterno expone como tal, y podrá comprobar como su vida está llena de bendiciones muchas veces desperdiciadas.
Pues, en infinidad de oportunidades llamamos maldición a aquello que el Eterno dispuso para que fuera nuestra bendición…

3- Es Moshé el que les pone delante de ellos la bendición y la maldición para que ellos tengan la necesidad urgente de escoger. No les da una clase teórica ni les habla de filosofía, Moshé les insta a VIVIR. Les está obligando a escoger y no les permite dar excusas o hacerse los distraídos.
Ahí les presento la Realidad, véanla y vivan… o háganse los ciegos para ver solamente lo que ustedes desean y entonces mueran en vida….

En una anécdota del rabino Shalom Shebardon:
Un pequeño niño que jugaba frente a la casa del rabino Shebardon en Jerusalén se cayó y se hizo un profundo tajo. Al oír el llanto de la criatura, el sabio salió corriendo, le puso una toalla sobre la herida, y se dio prisa para llevar al chico al medico. Mientras corría, una mujer anciana, al ver su preocupación y aflicción y creyendo que se trataba de uno de los hijos del rabino exclamó: "No se preocupe, no se preocupe, Dios lo ayudará".
El hecho es el niño realmente era el nieto de esa mujer.
Cuando ella lo reconoció cambió su estribillo: "No se preocupe", por el grito desgarrador: "¡Mi Meír NO!", mientras los vecinos trataban de calmarla diciéndole: "No se preocupe, no se preocupe, Dios lo ayudará".

Cuando es el hijo de otra persona, con indiferencia se puede decir: "No se preocupe"; pero cuando es la propia sangre y carne la que sufre, ¿quién dejaría de gritar?
Y cuando es nuestro propio ser, ¿cómo no hacemos algo por nuestra propia vida y permanecemos indiferentes?
¿Acaso no nos damos cuenta que se está yendo a cada instante?
¿Cómo no hacemos algo por el prójimo, que en definitiva es hacer algo por nosotros mismos?

Delante de nuestros ojos están la maldición y la bendición, escojamos la bendición para vivir…

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)

 

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • Oculto…
    "El enojo en el seno familiar es como el gusano entre las semillas de sésamo"
    (Pesajim 66b)

    • ¿Cuáles son los resentimientos que usted guarda en su corazón y le están carcomiendo la vida?

    • ¿Por qué es tan difícil expulsar el enojo del corazón?

  • El camino del justo
    "Incluso en Su furia el Eterno recuerda a los justos"
    (Berajot 54b)

    • Siendo que el Eterno no es humano, ni padece de ninguna falta ni necesidad, ¿por qué la Tradición nos habla de "emociones" del Todopoderoso?

    • ¿Qué es lo que protege al justo en el momento de la furia Celestial?

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