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  Shevat 8, 5766 - 6/2/06

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El Shabbat para los noájidas

A mis amigos y hermanos noájidas:

¡Shalom!

El cuidado del día consagrado por el Eterno, que es el séptimo día conocido por los judíos como Shabbat, ha llevado a confusión a muchas personas.
Espero que puedas encontrar un poco de luz en tu camino con las instrucciones que te proveeré a continuación.

Comencemos por el nombre del día.
¿Cómo le llama el Eterno en la época previa al surgimiento del judaísmo?
Veamos que nos indica la Torá:

"Finalizó Elokim en el séptimo día la obra que había estado haciendo, y cesó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
Y Elokim bendijo y santificó el séptimo día, porque en él cesó de toda Su obra, que Elokim creó para hacerse.
"
(Bereshit / Génesis 2:2-3)

Es llamado: "séptimo día", y no de otra manera.
Por tanto, debes recordar cuál es su nombre, no te confundas por favor.
Es recién con el nacimiento de la nación judía, y en relación a ella, que se menciona el nombre "sagrado" de este séptimo día: Shabbat (ver Shemot / Éxodo cap. 16).

Ahora pasemos a los hechos efectivos.
Debes tener presente en todo momento que, los noájidas no deben tomar para sí la práctica de los preceptos que Dios ha dado en exclusividad a los judíos, pues, Dios sabe los fundamentos por los que se los ha dado directamente a unos y no a otros.
¿Acaso dudas de la Sabiduría y Justicia del Padre, Uno y Único?
Si Él, en su infinita inteligencia, ha provisto a cierto grupo de gente de preceptos que les incumben en exclusividad, ninguna persona tiene el derecho a profanar esa determinación o a cuestionarla negativamente.
Es la Voluntad del Padre, que debe ser aceptada reconociendo que todas Sus obras son buenas.
Recuerda esto y no lo olvides:

"[Israel...] Guardad los mandamientos y ponedlos por obra, porque esto es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales al oír de todas estas leyes dirán: '¡Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio y entendido!'"
(Devarim / Deuteronomio 4:6)

Determinados preceptos son distintivos de la nación judía y de nadie más, pues tal ha sido el decreto que el Padre ha dado.

Ahora bien, debemos hacer una distinción entre:

  • los preceptos abiertos; y

  • los preceptos exclusivos y excluyentes.

Los preceptos abiertos son aquellos que el Padre entregó al pueblo de Israel, y no a las naciones, pero que están a disposición del noájida que voluntariamente quiera hacerlos.
Por ejemplo, el Eterno no ordenó explícitamente que los gentiles honren al padre y a la madre, éste es uno de los mandamientos dados en la Torá a Israel.
Sin embargo, los noájidas pueden llevar a la práctica este precepto, con toda su energía y buena voluntad, pues sin dudas están actuando a la Luz de la divina Voluntad.
Similarmente acontece con infinidad de otros preceptos, tales como el diezmo, la caridad, el amor al prójimo, el rezo, la búsqueda de la paz, la solidaridad, el estudio (de las partes que tienen permitidas) de Torá, etc.
Con tales acciones loables, que se basan en los mandamientos de la Torá, alimentan sanamente a su espíritu, cosecharán buenos frutos en el Mundo Venidero y traen la redención al mundo.
Pero, con una clara salvedad: el noájida que así procede debe saber y reconocer que está haciendo lo que él voluntariamente ha escogido, pero que no está cumpliendo un mandamiento de Dios.

Los preceptos exclusivos y excluyentes, como su nombre indica, son los que el Eterno ha conferido en exclusividad a los miembros de la nación judía y a nadie más.
Aquella persona que sin ser halájicamente judía practica alguno de estos preceptos particulares, en lugar de estar haciendo lo correcto y bueno, está violentando el orden establecido por el Eterno, y usurpando la heredad que el Padre asignó a los judíos.
Entre estos preceptos exclusivos para los israelitas se encuentran los cinco signos de la Alianza eterna, sellada entre Dios e Israel:

  1. Circuncisión, cuando se hace como señal de alianza con el Eterno, o como señal de distinción espiritual.

  2. Tzitzit (Talit).

  3. Tefilín.

  4. Mezuzá.

  5. El guardar de acuerdo a la halajá el Shabbat y las festividades judías de la Torá1.

Por lo tanto, apreciadísimo amigo y hermano noájida, ni tú ni tu familia tienen la potestad para celebrar el Shabbat tal como el Eterno ha ordenado en la Torá, pues Shabbat es una señal eterna entre Dios e Israel, y no incumbe a los gentiles, tal como está dicho expresamente por Dios en la Torá:

"Tú hablarás a los Hijos de Israel y les dirás: 'Ciertamente guardaréis Mis Shabbatot (sábados y festividades), porque esto es una señal entre Yo y vosotros -judíos- a través de vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy el Eterno, el que os santifico."
(Shemot / Éxodo 31:13)

"'Los Hijos de Israel guardarán el sábado, celebrándolo como pacto perpetuo a través de sus generaciones.
Será señal para siempre entre Yo y los Hijos de Israel...
"
(Shemot / Éxodo 31:16-17)

Estas palabras son muy claras y no precisan mayor explicación, pero permíteme darte un ejemplo.
Si tu desposas a una bella señora, y como muestra de vuestra alianza le entregas un precioso anillo de oro y brillantes, ciertamente que tú esperas que sea solamente ella la que luzca esa señal de amor y alianza, ella y nadie más.
¿Cómo te sentirías si otra persona, supón un hombre, apareciera un día en tu casa y en su dedo lleva el anillo que tú habías entregado a tu escogida?
Ciertamente tú no estarías feliz...
Ahora, imagina cómo se "siente" el Eterno cuando alguien que no ha sido escogido para cumplir con determinado mandamiento exclusivo lo hace.
Para que te hagas una idea, te cito un párrafo de la Torá:

"Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante del Eterno fuego extraño que Él no les había mandado.
Entonces salió fuego de la presencia del Eterno y los consumió. Y murieron delante del Eterno.
"
(Vaikrá / Levítico 10:2)

¿Ves cuán terrible es ejercer funciones, cumplir rituales o mandamientos, que no te han sido designados y que corresponden con exclusividad a otros?
Tenlo presente, por favor, por el bien de tu alma no lo olvides...

Mi sincera y cariñosa recomendación para ti, hermano noájida, es que NO haga nada en el día sábado que no te corresponde hacer (o dejar de hacer) como gentil, ya que Shabbat es un mandamiento que Dios ha dispuesto exclusivamente para los miembros de la nación judía.
Los noájidas cuentan con sus propios mandamientos que Dios les ha dado, y es por medio de estos mandamientos que logran su superación personal y su proximidad espiritual con el Eterno. No añaden nada a su alma tomando para sí lo que el Padre ha dado en exclusividad a los judíos, pero si restan de su alma.
Debes comprender que el gentil que asume para sí mandamientos que Dios decretó como exclusivos de Israel, en lugar de estar añadiendo bendición a su vida, realmente se está perjudicando.
Ya alguna otra vez use la similitud con el bebe pequeño, de pocos meses, al cual con mucho amor pero poca sapiencia se lo quiere alimentar con comida sólida, muy buena para otras personas o para el niño cuando madure, pero ahora es nociva para él.
Así acontece con el gentil que se atribuye mandamientos de la Torá que no le corresponden, y que no le reportan nutrición a su espíritu, sino indigestión espiritual y emocional, e incluso pueden constituirse en una afrenta contra la divina Voluntad.
Ya que, si Dios decretó que algo fuera perpetuamente particular para los judíos, aquel que concientemente se opone a Su mandato, ¿está haciendo lo que es agradable ante Dios?

Bien, pero entonces, ¿qué queda para el gentil justo y fiel al Eterno?
¿Celebrar un día especial en el idolátrico domingo, o en el superficial viernes?
¿O no tener un día especial en la semana?
¿Qué puede hacer el noájida para consagrar el séptimo día?

La respuesta la podemos encontrar si apelamos a los cuatro pilares básicos del Shabbat:

  1. Recuerdo.
    Tal como está escrito: "Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que el Eterno tu Elokim te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido. Por eso el Eterno tu Elokim te ha mandado que guardes el día del sábado." (Devarim / Deuteronomio 5:15).
    Significa que este el séptimo día debe servirnos para recordar nuestra trágica esclavitud (nuestra = de los judíos); y especialmente para que revivamos la benevolencia divina que nos rescató de la inmensa opresión de Mitzraim/Egipto.
    Así pues, en Shabbat debemos recordar que es Dios el que nos rescató de la esclavitud para llevarnos a la Tierra de Promisión.
     

  2. Señal.
    Tal como está escrito: "Tú hablarás a los Hijos de Israel y les dirás: 'Ciertamente guardaréis Mis Shabbatot (sábados y festividades), porque esto es una señal entre Yo y vosotros a través de vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy el Eterno, el que os santifico." (Shemot / Éxodo 31:13).
    Esto significa que el día sábado es algo más que una jornada, que un giro de la Tierra sobre su eje, que un día celebrado por algunos.
    Shabbat es una señal eterna de que entre Dios y el pueblo de Israel hay una alianza eterna.
    Para darle un símil, un anillo de bodas es algo más que un aro de metal en un dedo; pues cuenta con un valor simbólico único, el de servir como testimonio de una alianza. Shabbat es como un anillo de las bodas entre Dios e Israel.
    ¿Comprendes el ejemplo que ya te había mencionado anteriormente?
     

  3. Sumisión.
    Tal como está escrito: "Porque en seis días el Eterno hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y cesó en el séptimo día. Por eso el Eterno bendijo el día del shabbat y lo santificó." (Shemot / Éxodo 20:11).
    Esto significa que debemos tener presente especialmente en este día que el Eterno, y sólo Él, es digno de ser nuestro Rey, pues Él nos creó y nos sostiene; por lo tanto nos sometemos a Su Voluntad, por ejemplo, absteniéndonos de manifestar nuestro dominio humano sobre la naturaleza.
     

  4. Deleite.
    Tal como está escrito: "Si apartas tu pie por respeto al sábado, para no hacer tu capricho en Mi día santo; si al sábado llamas delicia, consagrado al Eterno y glorioso; y si lo honras, no haciendo según tus propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en el Eterno. Yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer de la heredad de tu padre Iaacov [Jacob]. Porque la boca del Eterno ha hablado." (Ieshaiá / Isaías 58:13-14).
    Lo que significa que el respeto de las leyes del Shabbat están para posibilitar la elevación espiritual, el llamado "Deleite del Shabbat", que no es solamente comer, beber, dormir, no trabajar, descansar; sino desarrollar aquellos aspectos más y trascendentes y que generalmente permanecen embotados durante el trajinar cotidiano, como por ejemplo estudiar, estar con la familia, leer pasajes inspiradores, cantar alabanzas al Eterno.
    Recuerda y nunca olvides que Shabbat es del Eterno, y para ser respetado por el judío. Pero, si el Shabbat es respetado, es el judío el que encuentra deleite en su cumplimiento.

Ahora bien, como podrás constatar los dos primeros pilares son exclusivos para los judíos. Solamente a nosotros nos rescató Dios de Mitzraim; solamente con nosotros hizo una alianza eterna que tiene como una de sus señales al Shabbat.
Los dos últimos pilares (deleite y sumisión) son también esencialmente para los judíos, PERO tienen un rango aplicable a las naciones; pues todos fuimos creados por Dios; y todos podemos encontrar un deleite al preocuparnos por lo valioso en lugar de lo urgente y pasajero.

Por lo tanto, a la pregunta si es el domingo u otro día el que el gentil debe consagrar, la respuesta es obvia y única: solamente Shabbat es el día señalado por Dios como consagrado.
A la pregunta si el gentil puede cumplir el Shabbat como lo debe respetar un judío, la única y estricta respuesta es: no, no puede. Los judíos tenemos un compromiso singular con este día, compromiso que excluye a otras personas (no por decisión judía, o mala voluntad de quien esto escribe, sino por determinación de Dios. ¿Queda claro?)
3.

Entonces, ¿qué puede hacer el noájida para celebrar el consagrado día del Shabbat sin incurrir en pecados y vejaciones de las leyes divinas?

Paso a enumerarte algunos pasos esenciales, que no son obligatorios, sino meras pautas de positivo influjo sobre tu alma:

  1. Reconocer que Shabbat es un don de Dios para la nación judía.
     

  2. Reconocer que los mandamientos acerca del Shabbat son de Dios para Israel y por tanto no quebrar esta elección divina con actos que no correspondan.
     

  3. Reconocer que Shabbat tiene un beneficio para todas las personas que desean ser fieles al Eterno y Sus leyes, pero que los destinatarios del don son primeramente los israelitas, pero todas las personas son beneficiarias.
     

  4. Intentar no desarrollar o no manifestar dominio sobre la naturaleza, teniendo en cuenta que se hace esto como recuerdo de que el Creador cesó su creación el séptimo día. Por tanto, en la medida de las posibilidades no realizar labores o trabajos innecesarios. Pero no debe sentirse obligado a cesar sus actividades en el séptimo día, pues desde el punto de vista del Creador no tiene tal obligación. Por otra parte, SÍ esta obligado a hacer alguna de las 39 actividades que tienen prohibidos los judíos en este día.
     

  5. Priorizar lo íntimo, lo familiar, lo que aproxima; a otro tipo de actividades. Por ejemplo, en lugar de que el domingo sea el día para comer en familia, ¿por qué no hacerlo el sábado
     

  6. Convocar a una ceremonia de índole familiar o de amigos, en la cual se reúnen en torno a la mesa con mantel blanco, velas encendidas2, ricos manjares, etc.; simplemente para estar juntos y en paz, agradeciendo al Eterno por ser noájidas y fieles siervos del Eterno.
    Bonito sería también que la conversación girara en torno a temas altruistas, elevados, de inspiración, y de concordia familiar.
    Y por supuesto, que no se abstengan de alabar y agradecer al Eterno por los bienes (pocos o muchos) con los que les ha bendecido en sus vidas.
     

  7. Dedicar tiempo a cultivar el espíritu y las amistades, en lugar de abocarse como siempre a lo material y profesional.
    Es correcto que haga del día séptimo un día especial, por ejemplo dedicado a la familia, al recogimiento, al crecimiento espiritual, a despreocuparse momentáneamente de las vicisitudes cotidianas.
     

  8. Puede estudiar Torá, aquello que le atañe como noájida; e incluso de la parashá semanal las enseñanzas éticas y morales, que le provea de medios para crecer espiritualmente.
     

  9. Puede reunirse con otras personas para entonar cánticos, rezos, alabanzas al Eterno en exclusiva. Los cantos debieran girar en torno a temas tales como la Creación, las leyes noájidas, el amor al Eterno, la solidaridad, el optimismo, etc. (El salmo 104 es muy apropiado).
     

  10. Es muy, muy importante ayudar a que el prójimo judío cumpla como corresponde con los preceptos y reglas de este día. (Este consejo sí es de índole obligatoria para el noájida, pues asiste al judío en el cumplimiento de sus mandamientos).
     

  11. Al concluir el sábado, puede recitar un reconocimiento de la distinción entre el séptimo día y el resto de la semana.

Creo que con estos pasos tú y los tuyos estarán en el camino de los que actúan con fidelidad al Eterno, y con amor al prójimo.
No romperán las normas sabáticas, y crearán un ámbito de paz y verdadero desarrollo espiritual.

En resumen, amigo mío, creo que es hora de proponerse metas que sean de trascendencia afines con tu identidad espiritual, y luchar lealmente por conseguirlas.

Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.
Y un gran abrazo a ti, hermano y amigo, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañaras en el Camino del Bien y de Luz.

Shalom, cuídense y gocen de lo permitido

Moré Yehuda Ribco

PD: si quieres comentar este mensaje, hazlo a fieles@serjudio.com-diezmo

¡EVENTO INELUDIBLE! - Para Abrazar La Vida

Notas:

1- Hay otros de estos preceptos exclusivos para los judíos, pero no los detallamos en este artículo pues sale del tema propuesto.
 

2- A las noájidas no les corresponde encender las velas en honor al séptimo día, que también fuera celebrado por Adam y por Noé.
Por tanto, deben abstenerse de hacerlo de manera indicada en el ritual judío.
Si quieres prender velas el viernes al caer el sol, como muestra de honor al Shabbat, ¡no lo hagas!
Préndelas DESPUÉS de que el sol se ha puesto en tu ciudad. Sería mejor que incluso esperaras una hora después del ocaso para encenderlas.
Es mejor que prendas una vela, o tres, pero no dos. Si quieres enciende siete, pero no en una menorá, de modo tal que cada vela recuerde uno de los mandamientos para las naciones.
Por supuesto que no debe pronunciarse ningún rezo con motivo del encendido.
Y ten en mente que no estás cumpliendo con algún precepto, pues no lo estarás haciendo, sino que con esa acción solamente estarás complaciendo tu deseo de llenar de ambiente de Shabbat a tu vida y hogar.
Es importante que tengas presente este aspecto, para que no caigas en error y no te extravíes de la senda correcta.

3- Las personas que están en proceso de conversión halájica al judaísmo deben consultar con su rabino o guía espiritual para que les indique lo que deben hacer en este día, pues tampoco los aspirantes a conversión están habilitados a cumplir con el Shabbat.


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