El
Shabbat para los noájidas
A mis amigos y
hermanos noájidas:
¡Shalom!
El cuidado del día
consagrado por el Eterno, que es el séptimo día conocido por los judíos como
Shabbat, ha llevado a confusión a muchas personas.
Espero que puedas encontrar un poco de luz en tu camino con las
instrucciones que te proveeré a continuación.
Comencemos por el
nombre del día.
¿Cómo le llama el Eterno en la época previa al surgimiento del judaísmo?
Veamos que nos indica la Torá:
"Finalizó
Elokim en el séptimo día la obra que había estado haciendo, y cesó en el
séptimo día de toda la obra que había hecho.
Y Elokim bendijo y santificó el séptimo día, porque en él cesó de toda
Su obra, que Elokim creó para hacerse."
(Bereshit / Génesis 2:2-3)
Es llamado: "séptimo día", y
no de otra manera.
Por tanto, debes recordar cuál es su nombre, no te confundas por favor.
Es recién con el nacimiento de la nación judía, y en relación a ella, que se
menciona el nombre "sagrado" de este séptimo día: Shabbat (ver Shemot /
Éxodo cap. 16).
Ahora pasemos a los hechos
efectivos.
Debes tener presente en todo momento que, los noájidas no deben tomar para
sí la práctica de los preceptos que Dios ha
dado en exclusividad a los judíos, pues, Dios sabe los fundamentos por los
que se los ha dado directamente a unos y no a
otros.
¿Acaso dudas de la Sabiduría y Justicia del Padre, Uno y Único?
Si Él, en su infinita inteligencia, ha provisto a cierto grupo de gente de
preceptos que les incumben en exclusividad, ninguna persona tiene el derecho
a profanar esa determinación o a cuestionarla negativamente.
Es la Voluntad del Padre, que debe ser aceptada reconociendo que todas Sus
obras son buenas.
Recuerda esto y no lo olvides:
"[Israel...]
Guardad los mandamientos y ponedlos por obra, porque esto es vuestra
sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los
cuales al oír de todas estas leyes dirán: '¡Ciertamente esta gran nación
es un pueblo sabio y entendido!'"
(Devarim / Deuteronomio 4:6)
Determinados preceptos son
distintivos de la nación judía y de nadie más, pues tal ha sido el decreto
que el Padre ha dado.
Ahora bien, debemos hacer una distinción entre:
Los preceptos abiertos
son aquellos que el Padre entregó al pueblo de Israel, y no a las naciones,
pero que están a disposición del noájida que voluntariamente quiera
hacerlos.
Por ejemplo, el Eterno no ordenó explícitamente que los gentiles honren al
padre y a la madre, éste es uno de los mandamientos dados en la Torá a
Israel.
Sin embargo, los noájidas pueden llevar a la práctica este precepto, con
toda su energía y buena voluntad, pues sin dudas están actuando a la Luz de
la divina Voluntad.
Similarmente acontece con infinidad de otros preceptos, tales como el
diezmo, la caridad, el amor al prójimo, el rezo, la búsqueda de la paz, la
solidaridad, el estudio (de las partes que tienen permitidas) de Torá, etc.
Con tales acciones loables, que se basan en los mandamientos de la Torá,
alimentan sanamente a su espíritu, cosecharán buenos frutos en el Mundo
Venidero y traen la redención al mundo.
Pero, con una clara salvedad: el noájida que así procede debe saber y
reconocer que está haciendo lo que él voluntariamente ha escogido, pero que
no está cumpliendo un mandamiento de Dios.
Los preceptos exclusivos y excluyentes, como su nombre indica, son los que
el Eterno ha conferido en exclusividad a los miembros de la nación judía y a nadie más. Aquella persona que sin
ser halájicamente judía practica alguno de estos
preceptos particulares, en lugar de estar haciendo lo correcto y bueno, está violentando
el orden establecido por el Eterno, y usurpando la heredad que el Padre asignó a
los judíos. Entre estos preceptos exclusivos para los israelitas se encuentran los cinco
signos de la Alianza eterna, sellada entre Dios e Israel:
-
Circuncisión, cuando se
hace como señal de alianza con el Eterno, o como señal de distinción
espiritual.
-
Tzitzit (Talit).
-
Tefilín.
-
Mezuzá.
-
El guardar de acuerdo a la
halajá el
Shabbat y las festividades judías de la Torá1.
Por lo tanto, apreciadísimo
amigo y hermano noájida, ni tú ni tu familia tienen la
potestad para celebrar el Shabbat tal como el Eterno ha ordenado en la Torá, pues
Shabbat es una señal eterna entre Dios e Israel, y no incumbe a los
gentiles, tal como está
dicho expresamente por Dios en la Torá:
"Tú hablarás a los Hijos de Israel y les dirás: 'Ciertamente guardaréis Mis Shabbatot (sábados y festividades), porque esto es una señal entre Yo y
vosotros -judíos- a través de vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy el
Eterno, el que os santifico." (Shemot / Éxodo 31:13)
"'Los Hijos de Israel
guardarán el sábado, celebrándolo como pacto perpetuo a través de sus
generaciones.
Será señal para siempre entre Yo y los Hijos de Israel..."
(Shemot / Éxodo 31:16-17)
Estas palabras son muy claras
y no precisan mayor explicación, pero permíteme darte un ejemplo.
Si tu desposas a una bella señora, y como muestra de vuestra alianza le
entregas un precioso anillo de oro y brillantes, ciertamente que tú esperas
que sea solamente ella la que luzca esa señal de amor y alianza, ella y
nadie más.
¿Cómo te sentirías si otra persona, supón un hombre, apareciera un día en tu
casa y en su dedo lleva el anillo que tú habías entregado a tu escogida?
Ciertamente tú no estarías feliz...
Ahora, imagina cómo se "siente" el Eterno cuando alguien que no ha sido
escogido para cumplir con determinado mandamiento exclusivo lo hace.
Para que te hagas una idea, te cito un párrafo de la Torá:
"Nadab
y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en
ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante del Eterno
fuego extraño que Él no les había mandado.
Entonces salió fuego de la presencia del Eterno y los consumió. Y
murieron delante del Eterno."
(Vaikrá / Levítico 10:2)
¿Ves cuán terrible es ejercer
funciones, cumplir rituales o mandamientos, que no te han sido designados y
que corresponden con exclusividad a otros?
Tenlo presente, por favor, por el bien de tu alma no lo olvides...
Mi sincera y cariñosa recomendación
para ti, hermano noájida, es que NO haga nada en el día sábado que no te corresponde
hacer (o dejar de hacer) como gentil, ya que Shabbat es un mandamiento que
Dios ha dispuesto exclusivamente para los miembros de la nación judía.
Los noájidas cuentan con sus propios mandamientos que Dios les ha dado, y es por
medio de estos mandamientos que logran su superación personal y su
proximidad espiritual con el Eterno. No añaden nada a su alma tomando para
sí lo que el Padre ha dado en exclusividad a los judíos, pero si restan de
su alma.
Debes comprender que el gentil que asume para sí mandamientos que Dios
decretó como exclusivos de Israel, en lugar de estar añadiendo bendición a
su vida, realmente se está perjudicando.
Ya alguna otra vez use la similitud con el bebe pequeño, de pocos meses, al
cual con mucho amor pero poca sapiencia se lo quiere alimentar con comida
sólida, muy buena para otras personas o para el niño cuando madure, pero
ahora es nociva para él.
Así acontece con el gentil que se atribuye mandamientos de la Torá que no le
corresponden, y que no le reportan nutrición a su espíritu, sino indigestión
espiritual y emocional, e incluso pueden constituirse en una afrenta contra
la divina Voluntad.
Ya que, si Dios decretó que algo fuera perpetuamente particular para los
judíos, aquel que concientemente se opone a Su mandato, ¿está haciendo lo
que es agradable ante Dios?
Bien, pero entonces, ¿qué queda para el gentil justo y fiel al Eterno? ¿Celebrar un día especial en el idolátrico domingo, o en el
superficial viernes? ¿O no tener un día especial en la semana?
¿Qué puede hacer el noájida para consagrar el séptimo día?
La respuesta la podemos encontrar si apelamos a los cuatro pilares
básicos del
Shabbat:
-
Recuerdo.
Tal como está escrito: "Acuérdate de que tú fuiste esclavo en la
tierra de Egipto y que el Eterno tu Elokim te sacó de allí con mano poderosa
y brazo extendido. Por eso el Eterno tu Elokim te ha mandado que guardes el
día del sábado." (Devarim / Deuteronomio 5:15). Significa que este
el séptimo día debe servirnos para recordar nuestra trágica esclavitud (nuestra = de los judíos); y
especialmente para que revivamos la
benevolencia divina que nos rescató de la inmensa opresión de
Mitzraim/Egipto.
Así pues, en Shabbat debemos recordar que es Dios el que nos rescató de
la esclavitud para llevarnos a la Tierra de Promisión.
-
Señal.
Tal como está escrito: "Tú hablarás a los Hijos de Israel y les
dirás: 'Ciertamente guardaréis Mis Shabbatot (sábados y festividades), porque
esto es una señal entre Yo y vosotros a través de vuestras generaciones,
para que sepáis que Yo soy el Eterno, el que os santifico." (Shemot / Éxodo
31:13). Esto significa que el día sábado es algo más que una jornada, que un giro de
la Tierra sobre su eje, que un día celebrado por algunos. Shabbat es una señal eterna de que entre Dios y el pueblo
de Israel hay una
alianza eterna. Para darle un símil, un anillo de bodas es algo más que un aro de metal en
un dedo; pues cuenta con un valor simbólico único, el de servir como
testimonio de una alianza. Shabbat es como un anillo de las bodas entre Dios
e Israel. ¿Comprendes el ejemplo que ya te había mencionado anteriormente?
-
Sumisión.
Tal como está escrito: "Porque en seis
días el Eterno hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en
ellos, y cesó en el séptimo día. Por eso el Eterno bendijo el día del
shabbat y lo santificó." (Shemot / Éxodo
20:11). Esto significa que debemos tener presente especialmente en este día que el
Eterno, y sólo Él, es digno de ser nuestro Rey, pues Él nos creó y nos
sostiene; por lo tanto nos sometemos a Su Voluntad, por ejemplo,
absteniéndonos de manifestar nuestro dominio humano sobre la naturaleza.
-
Deleite.
Tal como está escrito: "Si apartas tu pie por respeto al sábado,
para no hacer tu capricho en Mi día santo; si al sábado llamas delicia,
consagrado al Eterno y glorioso; y si lo honras, no haciendo según tus
propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias
palabras, entonces te deleitarás en el Eterno. Yo te haré cabalgar sobre las
alturas de la tierra, y te daré a comer de la heredad de tu padre Iaacov
[Jacob]. Porque la boca del Eterno ha hablado." (Ieshaiá / Isaías 58:13-14).
Lo que significa que el respeto de las leyes del Shabbat están para
posibilitar la elevación espiritual, el llamado "Deleite del Shabbat",
que no es solamente comer, beber, dormir, no trabajar, descansar; sino
desarrollar aquellos aspectos más y trascendentes y que generalmente
permanecen embotados durante el trajinar cotidiano, como por ejemplo
estudiar, estar con la familia, leer pasajes inspiradores, cantar
alabanzas al Eterno. Recuerda y nunca olvides que
Shabbat es del Eterno, y para ser respetado por el judío. Pero, si el
Shabbat es respetado, es el judío el que encuentra deleite en su
cumplimiento.
Ahora bien, como podrás constatar los dos primeros
pilares son exclusivos para los
judíos. Solamente a nosotros nos rescató Dios de Mitzraim; solamente con
nosotros hizo una alianza eterna que tiene como una de sus señales al
Shabbat. Los dos últimos pilares (deleite y sumisión) son también esencialmente para los judíos,
PERO tienen
un rango aplicable a las naciones; pues todos fuimos creados por Dios; y
todos podemos encontrar un deleite al preocuparnos por lo valioso en lugar
de lo urgente y pasajero.
Por lo tanto, a la pregunta si es el domingo u otro día el que el gentil
debe consagrar, la respuesta es obvia y única: solamente Shabbat es el día
señalado por Dios como consagrado. A la pregunta si el gentil puede
cumplir el Shabbat como lo debe respetar un judío, la única y estricta
respuesta es: no, no puede. Los judíos tenemos un compromiso singular con
este día, compromiso que excluye a otras personas (no por decisión judía, o
mala voluntad de quien esto escribe, sino por determinación de Dios. ¿Queda
claro?)3.
Entonces, ¿qué puede hacer el
noájida para celebrar el consagrado día del
Shabbat sin incurrir en pecados y vejaciones de las leyes divinas?
Paso a enumerarte algunos
pasos esenciales, que no son obligatorios, sino meras pautas de positivo
influjo sobre tu alma:
-
Reconocer que Shabbat es
un don de Dios para la nación judía.
-
Reconocer que los
mandamientos acerca del Shabbat son de Dios para Israel y por tanto no
quebrar esta elección divina con actos que no correspondan.
-
Reconocer que Shabbat
tiene un beneficio para todas las personas que desean ser fieles al
Eterno y Sus leyes, pero que los destinatarios del don son primeramente
los israelitas, pero todas las personas son beneficiarias.
-
Intentar no desarrollar o
no manifestar dominio sobre la naturaleza, teniendo en cuenta que se
hace esto como recuerdo de que el Creador cesó su creación el séptimo
día. Por tanto, en la medida de las posibilidades no realizar labores o
trabajos innecesarios. Pero no debe sentirse obligado a cesar sus
actividades en el séptimo día, pues desde el punto de vista del Creador
no tiene tal obligación. Por otra parte, SÍ esta obligado a hacer alguna
de las 39 actividades que tienen prohibidos los judíos en este día.
-
Priorizar lo íntimo, lo familiar, lo que aproxima; a otro tipo de
actividades. Por ejemplo, en lugar de que el domingo sea el día para comer
en familia, ¿por qué no hacerlo el sábado
-
Convocar a una ceremonia de índole familiar
o de amigos, en la cual se reúnen en torno a la mesa con mantel blanco,
velas encendidas2,
ricos manjares, etc.; simplemente para estar juntos y en paz,
agradeciendo al Eterno por ser noájidas y fieles siervos del Eterno.
Bonito sería también que la conversación girara en torno a temas altruistas,
elevados, de inspiración, y de concordia familiar.
Y por supuesto, que no se abstengan de alabar y agradecer al Eterno por los
bienes (pocos o muchos) con los que les ha bendecido en sus vidas.
-
Dedicar tiempo a cultivar el espíritu y las amistades, en lugar de
abocarse como siempre a lo
material y profesional.
Es correcto que haga del día séptimo un día especial, por ejemplo
dedicado a la familia, al recogimiento, al crecimiento espiritual, a
despreocuparse momentáneamente de las vicisitudes cotidianas.
-
Puede estudiar Torá,
aquello que le atañe como noájida; e incluso de la parashá semanal las
enseñanzas éticas y morales, que le provea de medios para crecer
espiritualmente.
-
Puede reunirse con otras personas
para entonar cánticos, rezos, alabanzas al Eterno en exclusiva. Los cantos
debieran girar en torno a temas tales como la Creación, las leyes noájidas,
el amor al Eterno, la solidaridad, el optimismo, etc. (El salmo 104 es muy
apropiado).
-
Es muy, muy importante
ayudar a que el prójimo judío cumpla como corresponde con los preceptos
y reglas de este día. (Este consejo sí es de índole obligatoria para el
noájida, pues asiste al judío en el cumplimiento de sus mandamientos).
-
Al concluir el sábado,
puede recitar un reconocimiento de la distinción entre el séptimo día y
el resto de la semana.
Creo que con estos pasos tú y los
tuyos estarán en el camino de los que
actúan con fidelidad al Eterno, y con amor al prójimo.
No romperán las normas sabáticas, y crearán un ámbito de paz y verdadero
desarrollo espiritual.
En resumen, amigo mío, creo que es hora de proponerse metas que sean de
trascendencia afines con tu identidad espiritual, y luchar lealmente por
conseguirlas.
Un gran abrazo a todos mis
hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y
desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.
Y un gran abrazo a ti, hermano y amigo, que todavía estás bajo el liderazgo
equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos
acompañaras
en el Camino del Bien y de Luz.
Shalom, cuídense y gocen de lo
permitido
Moré Yehuda Ribco
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¡EVENTO
INELUDIBLE! - Para Abrazar La Vida
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