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  Shevat 23, 5766 - 21/2/06

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Desde que soy Noájico

Segunda Parte

En la publicación anterior afirmé que, desde que formo parte de los millones de justos de entre las naciones, conocidos como Noájicos, quien soy, CONOZCO cuál es mi rol en la Creación y VIVO cómo debo vivir.

Un aspecto agradable de la vida Noájica, es el nivel de responsabilidad que demanda dicho estilo de vida. Es decir un estilo de vida enmarcado por la justicia, la moral, la rectitud, etc.

Recordemos que el Noájico no ha sido convocado a ser santo, sino justo. Es el pueblo Judío quien debe comportarse de manera santa y justa.

Los Hijos de Noé debemos permitir que el pueblo del Libro despliegue todo su potencial. Esto puede alcanzarse por medio de abrazar los compromisos que el Eterno nos legó a través de las sheva mitzvot o siete mandamientos.

Cuando formé parte de la falaz “yeshiva” nos demandaban vivir de manera “santa” practicando los mandamientos de tefilin, tsitsit, circuncisión, tres periodos de oración, comida kosher, etc.

Lo cierto fue que, estando en ese lugar, mancillamos muchas veces esos mandamientos tan Sagrados.

Ejemplos:

Escogíamos dormir hasta tarde porque el mandamiento de orar tres veces al día se hizo una carga pesada.

Los tefilin, no los usábamos o los llegamos a usar en la tarde porque ya el periodo de la mañana había pasado, además, era una carga pesada. 

Los tsitsit era mejor no usarlos porque ‘estorbaban’ la ropa que llevábamos cuando salíamos a la capital. También llegaron a ser una carga pesada.

Y la circuncisión… ¡Hashem tenga clemencia de nosotros!

Este fue el mandamiento más pisoteado durante todo ese tiempo.

Profesábamos ser judíos, pero hasta que el “espíritu santo” nos “revelara” que debíamos circuncidarnos, entonces lo hacíamos. Pero sí usábamos tefilin, tsitsit y demás mandamientos siendo “judíos” incircuncisos. En fin era una carga pesada. 

Y de la comida ni hablar. Qué pensaría usted amigo lector si ve que alguien llevando una kipá o tsitsit entra a un restaurante no kosher? 

Le diría que quizá usted me vio a mí, a uno de mis excompañeros, o alguien que profesa ser “judío”, pero que no puede dejar de comer alimentos prohibidos para los judíos, puesto que su naturaleza gentil no está investida para tan regio compromiso con el Eterno.

¿Te parece familiar? ¿Conoces a alguien que vive así? ¡Ten cuidado! ¡Es un farsante!

¿Por qué he marcado la frase carga pesada? Porque en esa seudo “yeshiva” enseñaban, basado en el nuevo testamento, que el yugo de Jesús o Yeshúa era fácil y ligero. ¿Qué contradicción no? O más bien, ¡qué engaño!

¿Es ese estilo de vida una vida santa? ¿Es esa la Voluntad de Hashem?

¿No es más bien un insulto a la Santidad del Eterno y a la santidad a la que el pueblo judío está llamado?

¡Pero!

¿Cuál es la evasiva perfecta para justificar ese estilo de vida? La respuesta la conoce todo aquél que vivió en esa seudo “yeshiva” conmigo.

Y es: “Hashem conoce el corazón. La sangre de Jesús o Yeshúa me “limpia” de todo pecado”. Cuídese de aquellos que le quieran hacer judío y le enseñen que “no importa como viva usted, lo que importa es el corazón…”

Esa excusa fue el móvil intelectual más usado para violar la Torá y creer que se hacia la Voluntad del Dios de Israel.

Ahora que no pertenezco a los seudo “judíos” mesiánicos o “judíos netzaritas“ (como nos enseñaron que debíamos identificarnos) he pedido perdón al Eterno por cada una de las monstruosidades que cometí.

Creí que traía kedushá / santidad a la tierra, pero ahora sé que estaba acarreando juicio sobre mi vida y sobre la creación. Creí que la vida que llevaba era la agradable al Eterno, ahora sé que esa vida “judío” mesiánica es un invento de hombres, que hace sentir desgraciado, culpable, pecador y rechazado por el Eterno, a todos aquellos que anhelan de todo corazón servir al Dios de Israel.

¡Ay de aquellos que obligan a los gentiles a vivir de manera judía! Ay de mis “maestros” que me hicieron sentir desdichado y sombrío, exigiéndome que viviera como judío, haciendo creer que cumplía con la voluntad de Hashem. Para luego enterarme por boca de ellos que todo ese estilo de vida y ese titulo de “rabi” era una falsedad, ilegalidad, un disfraz.

Aun tengo muchas cosas que publicar acerca de la “vida” en la “yeshiva” de Guatemala, por ejemplo:

·        ¿Puede una persona que profesaba el evangelio durante toda su vida y luego cambió a “judío” mesiánico, llegar a ser un rabino verdadero?

·        ¿Es posible recibir el certificado de “conversión” sin haber pasado por dicho proceso?

·        ¿Qué pensaría usted si le dicen: “Ya no se llamarán ‘rabinos’ sino Talmidei jajamim (Estudiantes de Torá), puesto que no tenemos base legal para dicho titulo porque es exclusivo de Yeshúa”?

·        ¿Dieta de Kashrut en “yeshiva judía” sin productos certificados como kosher?

·        ¿Es suficiente tres años de seudo “yeshiva” judío mesiánica y una “ordenación” en Jerusalén para llegar a ser rabino?

Lo que acabo de enumerar fueron realidades vividas durante dos años de estudio y uno de práctica en la seudo “yeshiva” de Guatemala. Institución que tenía como meta llevarnos a un nivel de “santidad” más alto que el del mismo Yeshúa.

Tenga cuidado con todo aquel que quiera entablar una conversación con usted acerca de las raíces hebreas de la fe cristiana. No le preste atención, de lo contrario su vida irá rumbo a la perdición.

Únase a las personas que han decidido tomar el camino Noájico como estilo de vida. Alégrese con lo que está consentido, permitido, para usted. Agrade al Eterno caminando hacia el rumbo que Él ha trazado para usted.

A mis excompañeros de estudio en Guatemala:

Les invito a que nos sentemos y hablemos con honestidad y sinceridad acerca de lo que acabo de afirmar. Y si alguno me desmiente, publicaré una carta diciendo que he cometido un error, y señalaré cuál es. Recuerden esos momentos que pasamos en Guatemala donde hablábamos a escondidas (por ser “sumisos”) de los insatisfechos que estábamos porque nuestros “líderes” nos engañaron. Hashem nos pedirá cuentas de esas palabras algún día.

Esto no es un llamado a denunciar la vida privada de los lideres de dicha organización, pero sí sus obras de falsedad que están arruinando vidas inocentes. No permitan que sus corazones se endurezcan, ni sean indiferentes ante la injusticia. Hablen de lo que vivimos allí. Recuerden no sólo lo ‘bueno’, sino también lo malo que pasamos, los tragos amargos, las tristezas y las desilusiones. Denuncien esos hechos, reclamen a sus líderes las promesas que nos hicieron y que nunca cumplieron ni cumplirán. No dejen que más gente sea dañada por ese tipo de hechos.

¡Ahora que soy Noájico soy libre para servir a Hashem!

 ¡Si no eres judío, sé feliz: eres noájico!

Por el pronto retorno de los fieles entre las naciones, por tu pronto retorno

Lic. Jonathan Ortiz

Fulvida Venezuela

losqueretornan@gmail.com
 

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