Iyar 5, 5766 - 3/5/06

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 Fieles

Comunidad de noájidas

A ti, mi amiga/o y hermana/o noájida,
¡Shalom!

Te he enseñado en otras ocasiones la importancia central que tiene la familia y las relaciones de amistad para que el noájida se pueda desarrollar a plenitud.

Es impensable un noájida que desee ser fiel al Eterno que esté aislado del auténtico contacto humano.
Por algo el Padre ha declarado:

"No es bueno que el humano esté solo; le haré una ayuda idónea."
(Bereshit / Génesis 2:18)

Un fiel al Padre no busca vivir en la soledad del desierto, ni en un retiro espiritual lleno de ausencias e incomunicación entre personas.
¿Por qué no?
Pues, porque como ha dicho Dios: "no es buena la soledad para la persona".

Por lo tanto, un noájida, un gentil que ama al Eterno, intenta vivir en sociedad, en compañía, en constante aprendizaje de mejores y más auténticas maneras de comunicarse con su prójimo¹.

Recuerda que el comunicarte auténticamente es una capacidad natural, es parte del ser humano; pero que se desarrolla exclusivamente por medio del aprendizaje y el entrenamiento constante. Si no interactúas auténticamente con tu prójimo, si no aprendes las pautas de la comunicación auténtica, entonces difícilmente podrás crecer espiritualmente.
Esto lo aprendemos del versículo que dice:

"Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban."
(Bereshit / Génesis 2:25)

Que lo podemos entender como: "vives auténticamente, sin padecer infundados temores, cuando estás con otra persona y no precisas cubrirte detrás de máscaras, títulos, excusas, posesiones materiales, mentiras, falsos elogios, conversaciones vacías. Cuando tu prójimo y tú están comunicados auténticamente, apartan de ustedes los malestares y gozan de la vida realmente".

Abundan los ejemplos en el Tanaj (el sagrado "Manual para la Vida" que Dios nos ha dado), pero te hablaré de uno. Hablaremos del primer patriarca del judaísmo, Avraham, quien fue noájida, cabal seguidor de los mandamientos noájidas todos los días de su vida².

"(5) Avram tomó a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y todos los bienes que habían acumulado y al alma que hicieron en Jarán; y partieron hacia la tierra de Canaán. Después llegaron a la tierra de Canaán,
(6) y Avram atravesó aquella tierra hasta la encina de Moré, en las inmediaciones de Siquem. Los cananeos estaban entonces en la tierra.
(7) Y se apareció el Eterno a Avram y le dijo: 'A tu descendencia daré esta tierra.' Y él edificó allí un altar al Eterno, quien se le había aparecido.
(8) Después se trasladó a la región montañosa al oriente de Betel y extendió allí su tienda, entre Betel al oeste y Hai al este. Allí edificó un altar al Eterno e invocó el nombre del Eterno.
(9) Después partió de allí y se dirigió progresivamente hacia el Néguev."
(Bereshit / Génesis 12:5-9)

Retén lo que testimonia el verso 5.
Nos habla del patriarca que emprende su viaje, desde el país de su residencia rumbo a la Tierra de Promisión, siguiendo los dictados de Dios.
Pero el patriarca no va solo.
No es un héroe trágico clásico, que en soledad enfrenta los dramas y lucha por su ideal.
No es el santo de las religiones paganas, que en soledad asciende a encontrarse con revelaciones angelicales, ni el que rehúsa el contacto de la sociedad.
El patriarca, modelo de virtud y amor para los noájidas, va con su esposa, unidos los cónyuges en esta aventura del crecimiento espiritual.
Pero no solamente ellos, también otros miembros de la familia los acompañan. No habían sido aún benditos con hijos, pero tenían al sobrino Lot que se sumaba a su viaje.
Por supuesto que iban también sus empleados, los siervos y siervas, las personas que estaban a sus órdenes.
Pero presta atención a una frase curiosa: "el alma que hicieron en Jarán".
¿Sabes lo qué esto significa?
Según explican nuestros Sabios de bendita memoria, Avraham y su esposa Sará se dedicaban a conversar con cuanta persona iban conociendo, y les hacían ver la falsedad en la que vivían como idólatras. Les enseñaban los principios de vida noájica, les encaminaban por la Senda del Bien, la Verdad y la Vida verdadera.

Algunas de las personas no aceptaban el mensaje de Salvación que les daban Avraham y Sará, tal como en la actualidad están los que se aferran a las religiones (la de los falsos judíos mesiánicos incluida) y que por esa tozudez pierden su oportunidad de obtener Salvación.

Otras personas tomaban alguna parte del mensaje, aquello que podían digerir espiritualmente, gracias a esto  mejoraban algunos de sus aspectos de vida. Tal como en la actualidad ocurre con los que al reconocer la verdad de la Torá, desechan toda la idolatría, botan a la basura los sucios panfletos de las religiones, especialmente lo que proviene de la secta cristiana que se conoce como falsos-judíos mesiánicos.
Pero no se atreven a dar el paso de vivir a plenitud como noájidas, tal como Dios quiere de ellos, y viven en tinieblas con temor a la Luz.

Y un grupo de la audiencia del patriarca y su esposa, que eran consciente de la importancia de tener un maestro verdadero, de tener un guía que les indicara con Luz el camino, acompañaron a Avraham y familia en sus viajes.
Fue la primera comunidad de noájidas de la historia, y por supuesto, liderada por alguien que en la actualidad llamaríamos "un judío"³.
Esta comunidad se mantuvo junto al maestro todos los días de su vida, yendo y viniendo con él a lo largo y ancho de la Tierra de Promisión.
Y la comunidad noájida continuó fielmente junto a los descendientes de Avraham, en tanto las personas se comportaban entre sí con justicia y bondad, siguiendo el ejemplo del primer patriarca.
Esta comunidad noájida se mantuvo unida y con fidelidad, y estaban dispuestos a dar la batalla en contra de los enemigos de la Verdad y a favor de lo que es bueno.
¿Cómo sabemos esto?
Lee con atención:

"Cuando Avram oyó que su sobrino había sido tomado cautivo, reclutó a sus 318 hombres adiestrados nacidos en su casa, y los persiguió hasta Dan."
(Bereshit / Génesis 14:14)

¿Quiénes eran estos cientos de hombres, en edad de salir a la batalla, que fueron adiestrados en casa de Avraham?
Pues, los varones jóvenes-adultos de su comunidad de noájidas.
Gente educada con valores y principios puros y nobles, amantes de Dios, justos y bondadosos para con su prójimo. Dispuestos a enfrentar a los enemigos, a los difamadores, pastores de idolatría, estafadores de la fe, a todos los perversos que levantaban su puño rebelde en contra de Dios, en contra de Avraham o en contra de cualquier hermano noájida.
Gente que había "renacido" bajo la tutela de Avraham, del maestro judío de la Verdad.

Estos inmensos héroes anónimos del pasado son tus antepasados espirituales, son el modelo y ejemplo de lo que tu vida puede llegar a ser.
En comunidad con otros noájidas, puedes llevar una vida de plenitud.
En comunidad de noájidas estás en condiciones para aprender y desplegar los fundamentos y pilares que alimentan con vida tu espíritu.
En comunidad es el espacio para crecer en aquellos aspectos que no lo puedes hacer solamente en familia.
Porque recuerda y ten siempre presente:

Ahora bien, en el párrafo que te cité más arriba leemos que el patriarca Avraham iba de un lado a otro, él incansablemente recorría la Tierra junto con su congregación de fieles al Eterno.
En cada lado que visitaba levantaba un altar en honor al Uno y Único, a Aquel que es tanto el Dios del universo como el de cada persona.
¿Sabes por qué hacía esto?
Para que los lugareños lo conocieran, lo tuvieran en cuenta, recordaran su mensaje.
De esta manera se fueron sumando más personas a los que confesaban la falsedad de la idolatría, que denunciaban a los falsos "jajamim", que se apartaban de las mentiras piadosas, y entonces estaban en condiciones de vivir con fidelidad al Eterno y verdadero amor al prójimo.

Más abandonaban el horror asqueroso de la idolatría, tal como tú has hecho, o tal como tu amigo ha hecho.
Pero sabían que en soledad eran débiles, el maestro les había inculcado que el bienestar lo podían obtener en unión con otros. Primero junto a los de la familia, y luego con la gran comunidad de noájidas.
La evidencia la obtienes si prestas atención a lo que testimonia la Torá en el capítulo 18 de Bereshit/Génesis (versos 23 al final).
Allí Avraham ruega al Eterno por la salvación de cuatro ciudades completamente pecaminosas, llenas de maldad, perversión, mentiras, idolatría.
Avraham ruega al Eterno, y el Eterno está dispuesto a perdonar a las ciudades condenadas al azufre y el fuego devorador.
La única condición que pone el Eterno para esa salvación es que en las ciudades se encuentre al menos una comunidad de diez hombres justos.
Tristemente, en ese lugar no había ni siquiera una pequeña comunidad de diez personas fieles al Eterno.
No servía que hubiera un justo, o dos, o tres.
Solamente servía cuando había una comunidad, es decir, al menos diez congregados detrás de un fin; en este caso, en pos de un fin de trascendencia, santidad, bondad.
Compruébalo, está ahí, en la santa Palabra testimoniado.
Así pues, Avraham enseñaba el monoteísmo, el Camino de la Luz, pero también instaba a que las personas se congregaran en centro de sana y buena espiritualidad.
Para de ese modo obtener ventaja sobre los diversos enemigos, pero especialmente para estar asociados en el trabajo del crecimiento.

Ahora, permíteme que te haga una pregunta personal.
Tú, ¿sigues el sano ejemplo que te estoy enseñando en este momento?

Si no lo haces, ¿a qué esperas?

Cada día que pasa y que no estás unido firmemente a una comunidad de fieles noájidas, es un día que estás desperdiciando de tu oportunidad por crecer espiritualmente.

Por supuesto, la familia es el centro de la vida noájica.
Pero, es un factor imprescindible la comunidad de noájidas, para fortalecerte, para educarte, para ayudarte, para darte oportunidades de crecer y de que tú ayudes a crecer a otros.

Si no eres miembro de una comunidad noájica, afíliate hoy mismo.

Cuando eres parte de una, concurre a las actividades que en ella se realicen⁴.
Infórmate de cómo puedes dar una mano.
Brinda tu apoyo, en la medida de tus posibilidades.

Si no hay comunidad noájica en tu localidad, ponte en comunicación con nosotros FULVIDA, para que podamos construir junto con otros noájidas un centro de crecimiento integral para ustedes.

Recuerda, cada día es de oro, y si lo dejas pasar sin crecer en familia y comunidad, lo estás tirando sin sentido.

Construye tu vida, construye tu familia y construye tu comunidad.
El beneficio es muy bueno.

Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.

Y un gran abrazo a ti, hermana/o y amiga/o, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañarás en el Camino del Bien y de Luz.

Shalom y bendiciones, cuídate y goza de lo permitido

Moré Yehuda Ribco
E-mail: comentario@serjudio.com

1- Hay personas que por estados emocionales particulares, o por situaciones traumáticas, prefieren recluirse, o apartarse de otros, o vivir como en un juego constante de escondidas. Obviamente que en estos casos no se está actuando así para contradecir el Deseo de Dios de que vivamos en contacto humano auténtico. Sin embargo, es preciso que obtengan apoyo emocional/psicológico para superar sus dificultades.

2- Hasta la entrega de la Torá, el 6 de Siván del 2448, en el mundo solamente hubo noájidas. A partir de la entrega por Dios de la Torá, un grupo fue apartado, santificado por Dios, para convertirse en "sacerdotes de las naciones". Ese grupo fueron, y son, los judíos.
Avraham llevó una vida noájida, a la cual le sumó un mandamiento particular, que el Eterno le diera a él y sus descendientes: la circuncisión. Mandamiento exclusivo para los hijos de Avraham, y luego confirmado como señal del pacto entre Dios e Israel.

3- Como sabes, y puedes leer en la nota anterior, Avraham no era judío, él era hebreo con un estilo de vida noájida. Sin embargo, es el primer padre de la nación judía, es la semilla de la cual nació el Pueblo elegido por Dios para ser Sus sacerdotes.

4- Por supuesto que no es tu obligación estar atado a la comunidad todos los días, a cada hora. Como tu deber principal es en la familia, no puedes descuidarla por los asuntos de la comunidad. Pero tampoco puedes dejar de participar en ella, ni de hacer la parte que te toca cumplir. Es tu responsabilidad y tu derecho.

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