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 Lic. Prof. Yehuda Ribco // Siván 16, 5766 - 12/6/06


Presentación | Apoyo 

 Fieles // Misioneros // Cterapia

¿Culpable de qué?

A ti, mi amigo/a y hermano/a noájida,
¡Shalom!

Presta atención a la enseñanza que te brindaré a continuación, pues te será de utilidad para limpiar tu corazón de penurias, para mantener lazos más placenteros con tu prójimo y para precaverte de trampas de los manipuladores (especialmente que te tienden los misioneros evangélicos y/o falsos-judíos mesiánicos).

Debes entender la diferencia entre "tener culpable" y "tener sentimiento de culpa".

Es frecuente confundir ambas expresiones, o tomarlas por idénticas, o como formando parte del mismo fenómeno, pero ciertamente son muy diferentes.

¿Qué es "ser culpable"?
"Eres culpable" de algo1 cuando podías evitar un mal pero escoges no impedirlo y el mal se produce.
Así pues, la culpa refiere a alguna conducta específica que ha provocado cierto perjuicio, a un hecho adverso que has cometido (o del que te abstuviste) porque escogiste hacerlo.
Por ejemplo: encuentras una billetera repleta de dinero, podrías devolverla íntegramente pero decides botarla a la basura aunque te quedas con el dinero.
Por supuesto que eres culpable de no devolver un objeto perdido, así como de robo2.
Como compruebas con este ejemplo, existe la culpa por omisión (al no devolver), y culpa por acción (al quedarte con lo que no te pertenece).

¿Qué es, entonces, el "sentimiento de culpa"?
Es una percepción acusatoria sobre sí mismo al respecto de un hecho que NO hemos cometido, o de un hecho que si cometimos pero sobre el cual NO tenemos realmente culpa.
Por ejemplo: encuentras una billetera llena de dinero, quieres devolverla, pero no encuentras ninguna indicación de quién podría ser el dueño. Ni señales de identidad, números de teléfono, nada. Solamente una billetera y dinero. Preguntas en la zona del hallazgo, pesquisas pero no encuentras manera de hallar al dueño. Decides quedarte con el dinero. Pero te sientes "mal", como si de alguna manera hubieras cometido un delito o fueras indigno.
Debes tener en cuenta que la acusación que deviene en sentimiento de culpa puede provenir de la propia persona, ser un auto-reproche; o el sentimiento de culpa puede dispararse a raíz de la intervención exigente o inculpadora de otra persona.
Toma el ejemplo anterior: supón que tú has hecho todos los esfuerzos a tu alcance para encontrar al dueño y no lo has encontrado y por eso, sin "culpas" decides quedarte con la plata. Le cuentas a tu amigo y éste te dice algo así como "Eso es pecado, es dinero sucio. Nadie honesto realmente procedería así". Tú estás convencido de que has obrado correctamente, pero te empieza a "remorder la conciencia". Entonces, no haces uso personal del dinero, lo entregas como caridad, no porque fuera tu voluntad ayudar al prójimo, sino para desprenderte de ese objeto acusador y obtener nuevamente tu paz interna.

Concentrémonos en el sentimiento de culpa a raíz de las palabras o gestos de reproche que provienen de otra persona y dejemos para otra oportunidad los que nacen del auto-reproche.
Para que tu sentimiento de culpa se dispare, tú tienes que aceptar como válida la exigencia del otro.
Esto significa, que te sientes culpable porque algo dentro de ti te indica que el reproche está justificado.
Es decir, el otro NO te hace sentir culpable, tú ya tenías el sentimiento de culpa, el auto-reproche apuntando su dedo en tu contra; pero, se precisaba de la acusación externa para que se desplegara efectivamente tu sentimiento de culpa.

Si resumimos hasta aquí podemos decir:

  • el sentimiento de culpa surge por algún hecho del cual no eres culpable;

  • se manifiesta porque ya estaba alojado en tu interior el reproche en tu contra;

  • la exigencia o acusación de otra persona es sentida como justa (aunque realmente no lo sea), porque está en sintonía con tu auto-reproche previo.

Demos un paso más.
¿Cómo es posible que en tu interior tuvieras esa exigencia y acusación en tu contra?
Una de las posibilidades, es porque tú debes tener muchas (o pesadas) exigencias hacia los otros. Exigencias que quizás no manifiestas, que quizás te guardas para ti, o que incluso permanecen escondidas en tu inconsciente. El mantener esto reprimido supone un derroche innecesario de energía, que podrías emplear en pensamientos y acciones constructivas. Al mismo tiempo, se convierte en una fuente de rabia, de deseos de agresión, que en principio estaba dirigida hacia fuera, pero que ha retornado hacia ti, y desde tus entrañas te carcome3.
Otra de las posibles respuestas, es porque te han inculcado desde tu tierna infancia un sentido (casi) constante de culpabilidad. De esta manera, sufres de voces internas (en sentido figurado) que te acosan, te exigen, de acusan, te señalan tus faltas reales o te achacan perjudiciales hechos imaginarios.
En última instancia, es esto lo que explica también en buena medida la tendencia de ciertas personas a ser sobre-exigentes con el prójimo, con la vida, y a veces hasta consigo mismo. Se las ha "adiestrado" para vivir con sentimiento de culpa, con predisposición a la crítica destructiva, con tendencia al reproche inconsolable.
Te daré un ejemplo: La madre dice a su hijito: '¿Cómo no ME comes la espinaca que te preparé? Con tanto amor y esfuerzo te hice esta comida. Me levanté de madrugada para comprar para ti la mejor espinaca. Estuve todo el día en la cocina sin hacer otra cosa más que pensar e ti. ¿Y así me agradeces? ¿Así es como le pagas a tu madre su amor y sacrificio? ¡Habrase visto semejante desprecio por la madre de uno!'. Y el niño, callado, avergonzado, enojado, embucha con dolor uno tras otro los bocados de la espinaca que tanto detesta.

Estoy casi seguro de que la mayoría de los padres no actúan adrede de semejante manera, pero es habitual que lo hagan.
Ladrillo tras ladrillo van construyendo una muralla de incomprensión, incomunicación, agresividad, exigencias y sentimientos de culpa.
Frente a la exigencia de ese otro que es tan grande, tan perfecto, tan poderoso, frente a ese padre o esa madre4, el niño siente que no puede elegir, que carece de derecho a decir no.
Otro decide por él y a él le corresponde solamente acatar, sin siquiera murmurar una oposición. Y si siente ánimos de rebeldía ante la injusticia que le agrede, se muerde los labios, cierra con fuerza los puños, se estremece conmovido por el dolor y la rabia, pero no reacciona. Siente que algo está "mal" en él, pues alguien "normal" no se pondría así. Y entonces agranda el sentimiento de culpa, pues le suma la creencia de estar defectuoso y además de sentirse culpable por no poder agradar a aquel que lo somete.
El malestar va creciendo en el interior de esta persona, cada vez más hundida en sentimientos negativos y contradictorios, y cada vez más lacerada por su agresividad, que al no poder ser descargada en el exterior, se acumula y reclama energías vitales que podrían ser usadas para otras actividades; o directamente la agresividad acumulada se vuelve en su contra, y cae enfermo, o tiene muchísimos problemas de vínculos, o vive en un estado de desequilibrio emocional, o cualquier otro percance que anuncia el dolor que está desbordado en su interior.

Algunas personas han aprendido a reaccionar, pero no de manera constructiva, por lo que no es el sentimiento de culpa lo que les aqueja, sino los efectos materiales de sus reacciones destructivas.

El niño va creciendo y va descubriendo que realmente tiene más poder que el que creía anteriormente, pero esta semilla de impotencia y culpa quedó igualmente plantada en su ser.
Por tanto, a pesar de tener el poder y la capacidad como para enfrentarse a la exigencia, queda como inerme. Pareciera como si el otro le hubiera provocado el sentimiento de culpa. Pareciera como si el otro fuera omnipotente y la "víctima" estuviera completamente a su merced.
Realmente el otro, el manipulador, no provoca el sentimiento (ningún sentimiento); pero tal como se presentan las cosas pareciera que es así.
Esta apariencia refuerza la creencia de que el manipulador realmente es omnipotente y que de no acatar sus palabras la persona está cometiendo un acto netamente repugnante, culpable.

Los astutos manipuladores emplearán el sentimiento de culpa para someterte, para arrastrarte por donde ellos quieran.
Los perversos manipuladores pueden consciente y hábilmente hacer uso de técnicas que inducen al sentimiento de culpa, o puede que lo hagan de manera natural, como si inconscientemente conocieran los mecanismos por medio de los cuales estimular ciertos sentimientos o conductas en el otro.
A esta manipulación apelan frecuentemente los pastores, los falsos rabinos mesiánicos, los misioneros, los astutos piratas de la fe.
Y es por esto que te enseño esta temática en esta sección de serjudio.com, la que está dedicada a los "Fieles"; pues deseo que aprendas al menos lo básico sobre esto para que así no seas víctima ingenua de los arteros trucos manipulativos de los mercaderes de la fe.
Te daré un ejemplo, que quizás tú puedes reconocer como parte de lo que te ha tocado soportar.
El pastor, falso rabino mesiánico, etc. te dijo (repitiendo al nefasto NT): 'No importa lo que haces. Puedes ser el más amoroso ser humano en el mundo. Puedes tener una conducta intachable. Los pobres y menesterosos son invitados a diario a tu mesa. PERO, si no tienes fe en Jesús (Yeshua o el nombre que le inventen) entonces te pudrirás eternamente en el azufre del infierno. Solamente por fe en Jesús eres salvo, y si no tienes fe, ¡púdrete!'.

¿Lo has oído alguna vez?
¿Te lo habías creído?
No es más que una baja técnica de manipulación que te somete a su voluntad, para que no razones, para que no preguntes, para que acates calladamente, para que des tu dinero sin molestar.
Pero, si tú has leído lo que te enseño en este sitio, si has bebido del manantial de la Torá, sabes que la "salvación", el placer infinito en el Mundo Venidero se obtiene solamente por medio del cumplimiento de buenas acciones, acordes con los mandamientos que el Eterno te ha dado para que cumplas. La fe es irrelevante, o al menos secundaria. Y por supuesto, la fe o creencia en un falso dios, falso Mesías, falso hasta la médula (Jesús), no te salva, sino que te pierde por siempre... ¡eso no te lo dicen!
Ellos buscan que te sientas culpable, por todo, por cada momento de tu vida.
Tienen la mentira del "Pecado Original" para que no puedas huir jamás de la sombra de la "culpa eterna".
Tienen numerosas otras mentiras, medias verdades, verdades fuera de contexto y otras astucias para confundirte, marearte, hacerte dudar de todo menos de ellos.
Te hacen sentir culpa por todo, ¿te das cuenta ahora que te lo estoy explicando?
Ponte a recordar tu triste pasado como evangélico, como mesiánico, no importa cual secta de la cual te has liberado. Recuerda cuando el macabro pastor (alias rabino-mesiánico a veces) te decía cosas tales como: "Tu dinero es de Dios. Entrega el diezmo o le estás robando a Dios". O cuando te decía: "Si te nacen dudas al respecto de lo que te digo, debe ser porque tienes a Satanás en el corazón. Un santo no duda de mis palabras. Solamente Satanás duda y se rebela". O cuando te decía: "Jesús murió por ti. Por tus pecados. El sufrió en la cruz para liberarte. Derramó su sangre para que tú te bañes en ella y seas limpio de perdición".
¿Te suenan conocidas todas estas perversas manipulaciones?
¿Te das cuenta cuál es la culpa que quieren que sientas?
¿Percibes en donde te estaban mintiendo?
¿Reconoces cuál era la finalidad de sus malvadas palabras manipuladoras?
¿Te das cuenta?5

Ahora, si estás en el camino de los noájidas y descubres que tú empleas métodos de manipulación; o alguno de tu comunidad noájida lo hace; no dudes en pedirme ayuda para tratar de aprender otras maneras para lograr alcanzar tus objetivos.
Si tu líder emplea el recurso de hacer sentir culpable, habla con él en privado y dile que eso que está haciendo no es "kosher", no es adecuado. Que si actúa así está haciendo las cosas como los idólatras piratas y no como los "hijos de Dios". Si él insiste en manipular, si se empecina en que él es siempre puro y que son los demás los errados y traidores; entonces avísale que te buscarás otros guías hasta que él no cambie su manera de proceder.
Si te sientes culpable, y no has hecho algo que sea perjudicial por lo cual tener culpa; entonces trata de que en sesiones de Cterapia conmigo podamos encontrar la manera de fortalecer tu identidad y de equilibrar tu faceta emocional.

Recuerda que tú eres el hacedor de tus sentimientos, nadie más.
Recuerda que nadie te puede hacer sentir bien o mal, solamente tú mismo.
Pero eres tú también el que puede preferir que otro tome las decisiones por ti, el que te haga sentir esto o aquello, como si ese otro fuera todopoderoso y tú un pobre guiñapo.
Como sea, rendirás tus cuentas ante el Eterno, que es Padre y Rey, y Él te preguntará si ejerciste el libre albedrío con el cual Él te bendijo, o preferiste ser un borrico conducido por un pirata manipulador.
No tienes libertad para decidir ser esclavo de nadie; así que no toleres que te manipulen, no permitas que te induzcan a sentir culpable.
Vive como Dios te ha mandado, y no como un pastor malintencionado quiere que vivas.

Si te quedan dudas pertinentes o tienes comentarios edificantes, por favor, házmelos llegar.
Más abajo encuentras mi dirección de email.

Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.

Y un afectuoso saludo a ti, hermano/a y amigo/a, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañarás en el Camino del Bien y de Luz.

Shalom y bendiciones, cuídate y goza de lo permitido

Notas:

1-No existe alguien que "es culpable", sino solamente que "es culpable de algo".
No existe la condición personal de "ser culpable", en general; pero sí existe el aceptar la culpabilidad acerca de un hecho en específico.

2- No confundas "ser culpable de algo" con "ser responsable".
"Ser responsable" es ser capaz de dar respuesta por tus acciones y omisiones, tanto si tú tienes culpa por algún suceso como si no la tienes.

3- La agresividad hacia otra persona que no manifiestas y haces retornar hacia ti, y que no elaboras para convertir su energía en constructiva, es factor que interviene fuertemente en sentimientos de culpa, depresiones, accidentes y malestares psicosomáticos.

4- Abuela, abuelo, tíos, primos, hermanos mayores, maestra, empleada doméstica, nana, etc.

5- En lo del diezmo te hace sentir culpa por lo que tienes, como si no fueras digno de poseer nada. Como si fueras ladrón, criminal o estafador si disfrutas del dinero que buenamente has ganado y con que el Eterno te favoreció. Por supuesto que su intención es quedarse él, el pastor, con el dinero, joyas, electrodomésticos, etc. y gozar él de esas riquezas.

En lo de las "dudas de Satanás" te hace sentir culpa para que no te liberes de su cárcel hecha de barrotes de mentira y manipulaciones emocionales. Te prohíbe que pienses, te niega tu condición netamente humana al vedarte el derecho a pensar, a cuestionar, a recibir respuestas coherentes. El pastor teme a las preguntas, no las responde, no las permite, huye de ellas; porque si surge un poco de duda, entonces todo su edificio de mentiras y crueldad se derrumba. Piensa en el pastor, falso jajam, Hernández, ¿recuerdas alguna pregunta comprometedora que te haya respondido con evidencias reales, sin manipulaciones, sin ofensas, sin apelar a las emociones, sin huidas?

En lo de "Jesús murió por ti", realmente, dime, si Jesús fue quien dicen que fue; si era un dios, o un hijo de un dios, o un redentor de la humanidad; ¿te parece que debía morir para salvarte a ti? Dios liberó a Israel de la más salvaje esclavitud son necesidad de "morir". Introdujo a Israel en su tierra, sin necesidad de "morir". Te promete, y cumple, darte vida eterna si acatas sus mandamientos y VIVES con ellos; sin necesidad de "morir", ni tú ni Él.
Entonces, ¡qué pobre diablo el tal Jesús que solamente muriendo puede hacer algo!
Pero, en verdad, si existió el tal Jesús, su muerte no te libera de nada, ni te compromete a nada, ni te obliga a nada, ni te salva de nada.
De haber muerto como cuenta tu mentiroso pastor, en verdad murió por sus crímenes en contra de Roma, pues el Imperio tenía su ley y la hacía respetar por todos los medios que ellos conocían. No era una ley aceptable, no era correcto lo que hacían, pero esa era la "Paz" de los romanos para el mundo. Y si Jesús atentó en contra de Roma, Roma tenía su ley para ajusticiarlo.
No murió por tu culpa, no eres tú el responsable, ni tampoco quien recibe algún beneficio de aquella muerte.

Tenlo presente.
No te dejes robar más de tus dinero, que bien te lo has ganado y que bien Dios te bendito con él. Da caridad, ayuda a instituciones judías o noájidas, da un diezmo generoso a tu comunidad noájida, pero NO dejes que te siga robando el pastor.
No te dejes someter a la mentira. Pregunta, indaga, investiga, critica, duda, expón tus inquietudes. No aceptes que te denigren, no dejes que violen tus derechos.
No te dejes atontar con mentiras mitológicas de dioses salvadores que te salvan con su sangre, pero te hacen sentir el más afligido de los perros apaleados.
 

Moré Yehuda Ribco
E-mail:
comentario@serjudio.com

 


"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)
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