Claves: Torá, Tradición, preceptos, mandamientos, Dios, Hashem,
tierra, Israel, mosaico, patria, nación, nacionalismo, tolerancia, judío,
judaísmo, hebreo
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Shalom.
Gracias por participar.
Los judíos nacidos en el exilio solemos tener
dos patrias:
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La de nacimiento, en mi caso es Uruguay.
Los judíos por educación y por normativa religiosa solemos ser
patriotas amantes de nuestros países de nacimiento; aunque no siempre
hemos sido bien correspondidos por alguno de nuestros mayoritarios vecinos
gentiles.
Tome un sólo ejemplo, el de la España inquisitorial. Los judíos crecieron
en aquel país, y durante centurias cooperaron fielmente para la gloria de
los reinos españoles (hubo cientos de judíos como ministros, consejeros,
tesoreros, etc. colaborando con las personas y gobiernos). Sin embargo, y
a pesar del evidente españolismo de aquellos judíos,
¿cuántos dolores, persecuciones, asesinatos, expulsiones, afrentas,
desarraigo se debieron soportar?
Hasta el día de hoy descendientes de aquellos sefaradim expulsados
y vejados lloran por la añoranza de su patria Sefarad (España).
Otro ejemplo: los judíos germánicos (desde fines del siglo XIX) dispuestos
a empeñar parte de su judeidad con tal de ser bien recibidos y no
estigmatizados por su vecinos gentiles, y así ser parte activa en el
florecimiento de la cultura, economía, moral, etc. de sus naciones.
A pesar de todos los pesares que la historia nos remarca, seguimos amando
a las patrias que nos paren y cobijan, y trabajando por su crecimiento;
pues el bienestar de nuestra nación, permite paz para las personas que en
ella viven.
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Y la patria de nuestro origen ancestral, que
es la tierra de la que fuimos arrancados por el invasor y por el
usurpador. La mayoría de nuestros antepasados no salieron de Israel por
turismo y se quedaron fuera, o por placer, o por negocios, o porque sí;
sino que fueron expulsados violentamente e imposibilitados de retornar
durante siglos. Aunque, nunca dejaron de vivir judíos en la tierra de
Israel, a pesar de todas las contrariedades y debacles, un núcleo
permaneció firmemente arraigado en el suelo patrio.
Debe advertir que cuando menciono la tierra de Israel como patria, no debe
pensar que necesariamente se corresponde con el Estado moderno, ya que no
todos los judíos (incluso siendo fieles al judaísmo y a Dios) son
amigables para con el Estado de Israel.
Para ser más precisos en cuanto a la segunda
de las mencionadas (Israel), en realidad es una patria que cuenta con dos
sustratos:
Por esto, incluso en el destierro el judío
puede permanecer ligado fuertemente a su identidad nacional, pues mientras
esté afianzado en Torá y en cumplimiento de preceptos, no está huérfano de
la patria originaria. La Torá es patria.
(Por lo cual, aquellos que siendo de familias judías se apartan de la Torá,
de las Tradiciones del judaísmo, incluso viviendo en la tierra de Israel
permanecen en destierro).
En la Era Mesiánica la tierra de Israel y la
Torá de Israel finalmente se conjugarán en una unidad
territorial/espiritual, posibilitando así la armonía para los judíos, y el
mundo.
Por último, para los que piensan que no se
puede ser fiel a dos patrias, hay varias cosas que se les podría responder.
Pero la única respuesta que daré ahora es que: acaso al mismo tiempo y sin
menoscabo ¿no se puede amar a la madre y al padre y a los hermanos y a el
marido (esposa) y a los amigos y a los hijos, y etcétera?
Así también amar a dos patrias, sin disyuntivas, sin dilemas, sin falsas
oposiciones: tal como se ama al padre y como a la esposa.
Quiera Dios que haya pronto paz para todas las
naciones justas de la Tierra.
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Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |