Claves: Tanaj, Biblia, Torá, Salomón, Predicador, Eclesiastés, filosofía, griega, helenos, Shelomó, Salomón, pagano, estoico, destino, autor, rey, gentil, judío, bíblica, crítica

Shalom.
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Shelomó/Salomón tenía en mente a los gentiles que venían a Ierushalaim/Jerusalén cuando escribió Kohelet/Predicador.
Es decir, no era una obra que tenía como público primario a los hebreos, o a los que eran fieles al Eterno; sino a aquellos buscadores sinceros de la Verdad que se habían aproximado al judaísmo en busca de la Luz.
Secundariamente serviría como instructivo corrector a los hebreos titubeantes y anhelantes de falsas ideologías foráneas (como él lo fuera en un cierto tiempo).
Y finalmente, serviría para estudio de todos aquellos que saben reconocer a Dios en todos sus caminos (como él lo fue la mayor parte de su vida).

Por ser éste su objetivo es que el libro aparentemente habla en el lenguaje de los gentiles. Pues, si por ejemplo Einstein sabiamente quisiera explicar alguna de sus encumbradas teorías a párvulos, seguramente que usaría palabras simples, a la altura de la comprensión de sus escuchas. De otro modo, el intento de explicación estaría sellado por el fracaso.
Shelomó, siendo como era el más sabio de los mortales, no desconocía esta premisa básica, por lo cual, empleo fraseología filosófica, imágenes ajenas al judaísmo, para finalmente introducir ideas esenciales del judaísmo a colación.

En resumen, si alguno quiere ver en Kohelet un panfleto de la época helenística creada por un judío que resbaló hacia ideas extranjeras; no está viendo otra cosa que su oscura imagen reflejada (en lugar de apreciar la veracidad).

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Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco