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Shalom.
Gracias por participar.
Se hace así por varias razones, la principal
porque es lo que Dios ha ordenado.
Preste atención por favor a la Palabra eterna:
"No emparentarás con ellas
(las naciones gentiles): No darás tu hija a su hijo, ni tomarás su
hija para tu hijo.
Porque desviará a tu hijo de en pos de Mí, y servirá a dioses ajenos..."
(Devarim / Deuteronomio 7:3-4)
Lea con cuidado:
Notará que la prohibición recae activamente en
lo concerniente a la "hija", tanto la propia como la gentil; en tanto que el
"hijo" queda en situación secundaria, pasiva.
Esto es así porque (según expresa Dios) la pertenencia (o no) innata al
judaísmo se hereda por la línea materna. Por lo tanto, se debe reforzar el
compromiso femenino con la subsistencia del judaísmo, ya que son las mujeres
el pilar activo que determina la religión de sus críos.
Lea con cuidado nuevamente:
Advertirá que es la mujer la que desvía
o la que guía a su familia en lo referente al compromiso con lo
trascendente (con Dios). Recuerde a Adam y Javá/Eva, ¿quién condujo a quién
para transgredir el mandato divino? (vea también en Bereshit
/ Génesis 21:12).
Esta natural cualidad directriz femenina, es en parte, (como
ya hemos enseñado) porque la mujer (judía o gentil) al momento de
nacer se encuentra espiritualmente en un grado superior al varón.
Ahora, pensemos un poco. Si la mujer conduce a su hombre, ¿no hará así con
sus hijos?
Por lo tanto, es la mujer la que está dotada naturalmente para definir la
afiliación religiosa del hijo (ver TB Kedushin 68b).
Usted pedía fundamentos en el Tanaj, y ya se
lo hemos dado. Ahora, si me permite, le seguiré demostrando a partir del
texto consagrado.
Está narrado que:
"Ciertamente Sara tu mujer te dará un
hijo, y llamarás su nombre Itzjac [Isaac]. Yo confirmaré Mi pacto con él
como pacto perpetuo para su descendencia después de él."
(Bereshit / Génesis 17:19)
Avraham con su esposa Sará tuvo a
Itzjac/Isaac.
Con sus otros mujeres fue bendecido con otros hijos, incluso alguno mayor en
edad que el hijo de Sará.
Pero, ¿a quién escogió el Eterno para constituirlo en pleno heredero del
judaísmo (hebraísmo en aquella época patriarcal)?
Exclusivamente al hijo de Sará y no a otro.
¿Por qué será?
¿Acaso porque lo que condiciona el estatus judaico innato es la afiliación
materna?
Exacto, por eso.
Veamos otro caso:
"Itzjac [Isaac] prefería a Esav [Esaú]
(su hijo) ... pero Rivcá [Rebeca] prefería a Iaacov [Jacob] (su hijo)."
(Bereshit / Génesis 25:28)
El padre, uno de nuestros patriarcas, prefiere
a Esav, y lo instruye (en la medida de sus limitaciones).
Por su parte, la madre, una de nuestras matriarcas, es afín a su otro hijo,
a Iaacov, y por eso comparten el tiempo junto, y el niño va madurando de
acuerdo a las costumbres y prácticas maternas.
El criado de acuerdo a las instrucciones paternas: "Esav [Esaú] cuando
tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat
hija de Elón el heteo. Éstas fueron amargura de espíritu para Itzjac [Isaac]
y Rebeca." (Bereshit / Génesis 26:34-35).
Es decir, se apartó del camino de lo correcto, desvió sus pasos hacia lo que
era pernicioso para él, para sus padres e incluso para el prójimo.
En cambio, "Rebeca dijo a Itzjac [Isaac]: –Estoy hastiada de vivir por
causa de las mujeres heteas: Si Iaacov [Jacob] toma esposa de entre las
mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra, como éstas, ¿para qué quiero
la vida? Entonces Itzjac [Isaac] llamó a Iaacov [Jacob], lo bendijo y le
mandó diciendo: –No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán."
(Bereshit / Génesis 27:46-28:1). Y Iaacov se fue lejos, a hallar esposa
entre las que eran idóneas a la ideología y prácticas de su familia.
¿Qué vimos en este relato?
Pues, el vivo ejemplo de lo que ya habíamos estudiado más arriba: la
educación de la madre es la que conduce los destinos religiosos de
toda la familia, empezando por el marido y continuando por los vástagos.
Vemos como el hijo apegado a la madre es fiel a sus creencias, y hace lo
posible para permanecer fiel a las mismas y no torturarse ni traicionar el
amor de su madre.
Pero, el que es criado de acuerdo a las instrucciones del padre, no es tan
exitoso.
En resumen, por la línea materna se sostiene con más fidelidad el lazo de la
religión familiar.
Y, demos el último rastro en el Tanaj.
"Rut respondió (a su suegra Naomi): –No
me ruegues que te deje y que me aparte de ti; porque a dondequiera que tú
vayas, yo iré; y dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi
pueblo, y tu Elokim será mi Elokim."
(Rut / Ruth 1:16)
Rut confiesa su adhesión al judaísmo, a sus
principios, objetivos y modo de vida. Se transforma así en el modelo clásico
del converso justo.
Pero, veamos minuciosamente sus palabras.
¿El camino de quién desea acompañar?
¿El de Moshé, el de Avraham, el de algún sabio o profeta?
¿Menciona el Dios Eterno y Creador?
¿Habla de la divinidad que se reveló en Sinai?
¿Quiere ser judía como lo fue su difunto marido?
¿Su interés en la conversión está en el pueblo y cultura de su familia
política?
Pues, no.
Ella habla del pueblo de su suegra.
Se interesa en el Dios de su suegra.
Quiere vivir a plenitud el judaísmo que su suegra representa.
¿Por qué?
Porque el judaísmo es algo que se mama, que se impregna en el
espíritu por medio del influjo materno. En este caso, de su madre
espiritual, su suegra Naomi (vea Rut / Ruth 2:11).
Permítame agregar tres razones más (de varias
posibles, aunque son innecesarias frente a lo que está estipulado por Dios)
para la herencia matrilineal de la judeidad :
-
El óvulo está en la mujer ya cuando nace la
madre; en tanto que el espermatozoide que aporta el padre es un producto
transitorio del momento.
Por lo cual, el hijo ha nacido cuando nació su madre.
Evidentemente que éste es un lenguaje metafórico, pero que encierra una
verdad esencial: la profunda conexión madre-hijo va más allá de la
intimidad única en el período de la gestación, pues se inicia con el
propio nacimiento de la madre.
Así que, ¿es ilógico mantener el lazo que nunca se ha quebrado?
Pero, el lazo del padre es circunstancial, crucial sin dudas, pero
no de tanta profundidad y entrañable naturaleza. (¿Recuerda
a Sará, estudiada antes? Piense en Agar, la concubina de Avraham y el hijo
suyo que crió, rebelde y burlador).
Entonces, ¿de quién sino de la madre recibir la condición de pertenecer al
judaísmo?
-
Cuando el feto reside en el vientre
materno, no sólo se alimenta materialmente a través de ella; también
emocional y espiritualmente.
Una madre embarazada que es estudiosa de Torá, cumplidora de preceptos,
respetuosa de Dios y el prójimo está vigorizando el espíritu de su
criatura nonata.
El bebe va recibiendo los múltiples y variados aportes maternos. Y esta
recepción se mantiene (con la ayuda de Dios) a lo largo de los años de
existencia físicamente separada.
Cuanto más próximos sean la madre con su hijo, más éste se modela de
acuerdo al ejemplo de aquella (¿recuerda Rivcá y Iaacov más arriba
mencionados?).
Indudablemente que la presencia del padre y su acción en la construcción
de la personalidad del hijo es fundamental, indispensable, e incluso hay
más de un mandamiento de la Torá al respecto. Pero, el más responsable,
cariñoso, solícito, educador padre se enfrena al límite que los cuerpos
imponen. A diferencia de la madre, pues hasta la más desamorada ha sido
habitada por su hijo, y su influjo se hace notar.
Como sabemos, luego la vida sumada al carácter personal, irán modificando
este influjo, modelando sobre el modelo primordial (¿recuerda al
descarriado Esav?), pero, el primer baño cultural es la imborrable matriz
materna.
¿De quién entonces es factible recibir la innata y la adquirida herencia
judaica?
-
La identidad materna es un hecho casi
indudable, pero la paternidad es un campo oscuro.
Por lo cual, lo razonable es atribuir la identidad religiosa de
aquella que visiblemente es progenitora, y no del padre que es un
probable progenitor.
En definitiva, el mandamiento existe y debe
ser mantenido.
Y las razones para su existencia y mantenimiento son bien válidas y
poderosas, tanto hoy como hace 3500 años cuando fuera ordenado.
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Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |