Shalom.
Gracias por participar.
Muchísimas gracias también por sus elogios, que me resultan desmedidos.
Por ahora no hay otro libro publicado, aunque hay varios en preparación;
depende de la aceptación por parte de los lectores para que la editorial se
anime a continuar publicando textos de este servidor.
Déjeme agradecerle nuevamente, porque son personas atentas, amables,
generosas y sinceras como usted las que dan sentido a mi duro trabajo diario
desde mi rol de maestro.
GRACIAS.
Ahora, y sin poder contener mi genio,
permítame una pequeña corrección: el "Árbol de las Vidas" es el que le fuera
vedado a los humanos tras ingerir del "Árbol del Conocimiento del Bien y del
Mal".
Para que no accedieran a él, es que el Eterno desplazó a nuestros primeros
padres de Edén, ocluyendo el posterior reingreso allí.
Relea por favor el capítulo noveno de "¿Buscas lo que hallas?",
y encontrará que así lo hemos apuntado.
Dicho esto, pasemos al tema central.
La Torá es llamada "Árbol de Vidas", tal como leemos: "Es árbol de vidas
a los que de ella echan mano; bienaventurados los que la retienen"
(Mishlei / Proverbios 3:18).
Y Dios previamente había dicho: "... que no extienda su mano, tome
también del árbol de las vidas, y coma y viva para siempre" (Bereshit /
Génesis 3:22).
Su pregunta es: ¿acaso Dios no quiere que comamos de ese árbol y nos
beneficiemos de todo el bien que en él se halla?
La primera respuesta es simple.
Desde el momento en el cual Dios entregó la Torá y ordenó que fuera
estudiada y trasmitida de padres a hijos, de maestros a discípulos, debe ser
porque a Dios place que el humano sea iluminado por ella.
Es como el padre que amorosamente no da a su hijo lactante alimento sólido,
pues reconoce que eso lo dañaría. Pero, cuando el hijo ya está capacitado
para beneficiarse con los alimentos sólidos, ¿sería prudente mantenerle la
dieta de lactante? ¿Esta restricción amorosa en una etapa, a la siguiente lo
ayudaría; o le privaría de crecer saludable y fuerte?
Entonces, el acceso a la Torá estuvo restringido mientras la humanidad no se
había desarrollada como para recibirla. Tras la cruel estancia en
Mitzraim/Egipto, cuando Israel ya fue muchacho (Hoshea /
Oseas 11:1), Dios la reveló al ojo humano en Sinai, entregándola como
heredad perpetua para Israel (Devarim / Deuteronomio 33:4).
¿Quiere decir esto que antes de Sinai no había posibilidad de vida eterna
para los humanos?
¿Quiere decir que antes de la entrega de la Torá estaba la humanidad
condenada a la eterna condenación?
Absolutamente no.
Adam y sus descendientes habían recibido de parte de Dios unas leyes para
guardar, que eran la Torá que debían cumplir y preservar.
Noaj/Noé y sus hijos volvieron a recibir estos mandamiento, más algún
añadido propio del desarrollo de la especie humana, son las leyes que
nosotros conocemos como las "Siete Mitzvot -Mandamientos-
Universales".
Por lo tanto, el acceso a la comprensión y profundización de la vida
eterna estaba bloqueado, pero la vida eterna en sí, el Paraíso,
estaba disponible para todo humano a tan sólo 7 leyes de distancia.
Como verá estoy refiriéndome a una vida eterna espiritual, y no a una
que incluye la material. Pero, de hecho en la Torá se guarda el secreto
para la perpetua (o extensamente prolongada, ver Ramban a
Bereshit/Génesis 2:9) vida física, y no sólo para alcanzar la
eternidad espiritual; sin embargo, éste conocimiento nos está vedado adrede
(y hasta donde yo sé, por siempre estará oculto a nuestra
terrenal aprehensión... o quizás hasta la Era Mesiánica... no lo sé...).
Una segunda respuesta.
Notará que hay una pequeña diferencia idiomática en la denominación de LOS
árboles.
El de Edén es el "Árbol de las Vidas".
La Torá en Mishlei es denominada "Árbol de Vidas".
Notará que en el proverbio salomónico falta el artículo determinado "las".
¿Por qué sería esta diferencia?
Pues, porque no se trata del mismo árbol.
El de Edén era un árbol, de esos que crecen de la tierra y dan sus frutos.
La cualidad única de este árbol era que producía la vida física eterna
(o extensamente prolongada).
Por su parte, la Torá no es el árbol edénico, sino que cuenta con una
función parecida (y no idéntica). Ya que todo aquel que se adhiere
fielmente a ella recibe una percepción de los acontecimientos que le
permiten valorar su vida como prolongada y rica, incluso viviendo
poco tiempo y en miseria. Además, y como es sabido, es el modo privilegiado
de obtener acceso a la espiritual vida eterna. Es decir, como recurso
literario se le llama Árbol de Vidas, en comparación con EL Árbol de las
Vidas.
En resumen, son dos árboles diferentes.
Uno real que se nos ha escondido, y que permanece en Edén.
El otro virtual y que está al alcance del que desee aproximarse a él,
y que se parece al edénico en una de sus cualidades, pero que no es aquel
Árbol de las Vidas.
Luego de analizar ambas respuestas verá que no
se contraponen y que pueden resultar complementarias. Pero, si me pregunta
por mi preferencia personal, la segunda me agrada más, pero, es una simple
opinión.
Estoy atento a recibir sus nuevas inquietudes.
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |