Shalom.
Gracias por participar.
Bien, en principio le puedo decir que es el
Tanaj el que menciona en varias oportunidades la expresión: Torat Moshé
(o similar), por ejemplo vea en Ieoshúa / Josué 8:31.
También, y como no podía ser de otra manera, se la llama Torat Elokim,
por ejemplo vea en Ieoshúa / Josué 24:26.
Esto es así, sin contradicciones ya que Uno la
dictó, y el otro fielmente iba plasmando letra tras letra, espacio tras
palabra.
La Torá es pues, una asociación entre Dios y su siervo Moshé, tal como
leemos: "el libro de la Torá de Moshé [Moisés], que el Eterno había dado
a Israel" (Nejemiá / Nehemías 8:1); o, "el libro de la Torá del
Eterno, dada por medio de Moshé [Moisés]" (2 Divrei Haiamim / II
Crónicas 34:14).
Pero, ¿qué es esto?
¿Precisa Dios acaso de la sociedad de un humano para llevar a cabo Su Obra?
¿No es disminuir a Dios el considerar que Moshé haya sido Su escriba?
La respuesta es bien simple.
Dios de nada ni de nadie precisa.
Es perfecto, y la perfección significa (entre otras cosas) absoluta y total
independencia, y absoluta y total carencia de carencia.
Por lo tanto, Dios no precisaba de Moshé, ni de otro quien fuera.
Pero, Dios quería (uso palabras humanas, pues no tengo
otra forma de hacerlo) y quiere que cada uno de nosotros
seamos Sus socios.
Él no nos quiere en un lugar de pasivos y dependientes de Su Merced, sino
que nos insta a trabajar, a esforzarnos a sentir que sin nuestra
participación Su Obra no puede realizarse.
Es como el amoroso y buen padre que trae las bolsas con las compras al
hogar, y si bien puede hacerlo solo, permite que su crío le lleve alguna
cosa, para que el niño se sienta útil, y para que aprenda a participar y a
trabajar por el bienestar propio y ajeno.
Dios bien podía haber entregado Su Torá
escrita por Su mano, pero no es lo que Él escogió.
Pues quiso enseñarnos que una parte de la Torá es responsabilidad del
humano. Ya que, Él la creó y la entregó, pero es de la persona la misión de
recibirla y aceptarla.
Entonces, es llamada la Torá de Moshé por ser el primero en haberse asociado
a la Obra divina de humanizar la Torá.
Realmente, aquel que vive lo más fielmente posible de acuerdo a la Torá
(escrita y oral) puede considerar a la Torá como propia, la Torá mía, la
Torá tuya, etc., es Toratenu -nuestra Torá- como fue la Torá
de Moshé.
Pero, esto no debe dar pie a equivocarnos y suponer que una vez dada por
Dios, Él se desentiende y por eso está en nuestras manos el modificar su
contenido y esencia, ya que la Torá mantiene su indestructible vigencia, tal
como fuera declarado: "No añadáis a las palabras que yo os mando, ni
quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro
Elokim, que yo os mando." (Devarim / Deuteronomio 4:2).
Y en este sentido es la bendición por la Torá que a diario pronunciamos:
Baruj ata H' notén haTorá -Bendito eres Tú Dios, el que entrega
la Torá. No decimos que la entregó, en pasado, sino que la entrega, en
presente. Ya que la Revelación en Sinai se continúa constantemente, y se
hace viva cuando cada judío aprehende las palabras de Dios, y las pone por
obra.
En resumen, es la Torá de Moshé, por haber
sido su escriba, su más fiel receptor y vivificador, y el modelo de lo que
Dios espera de nosotros.
Además de lo anterior, es la reafirmación de
la veracidad e inalterabilidad de la Torá.
El mismo texto, exactamente las mismas palabras que recibiera Moshé, son las
que hoy cada rollo de Torá contiene.
Entonces, ¿cómo no mencionar la primera versión de la Torá, la que
salió de la pluma de Moshé, a instancias de Dios?
Nuestra Torá ES la Torá de Moshé, la misma primera versión cientos o miles
de copias más tarde.
Y hay un motivo más.
El humilde siervo Moshé no pidió mucho para sí, no exigió ni alabanzas, ni
homenajes, ni honras, ni títulos, ni glorias ajenas.
Sin embargo, Dios le designó una pequeña parcela de honor: "Tú mandarás a
los Hijos de Israel" (Shemot / Éxodo 27:20). Moshé, aún siendo humilde
fue el encargado de mandar a los judíos; y el receptor y escriba de la Torá.
Y tras su deceso, lo recordamos aún en su rol de maestro y líder, por lo
cual, es la Torá de Moshé, ¿de quién otro podría ser?
En síntesis, tres buenos motivos por las
cuales es razonable llamar a la Torá como de Moshé aunque Dios es su Autor.
Mientras el mundo exista, la Torá será inalterablemente recordada a nombre
de Moshé, para gloria del Uno y Único.
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económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |