Shalom.
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hacerlo no podremos responderlos.
Nuestros Sabios nos han recomendado no dedicar
nuestro tiempo a indagar en los relatos de la Creación, pues son oscuros,
misteriosos y se prestan a errores y confusiones.
Por lo cual, seré breve y remiso en desentrañar lo que debe permanecer
oscuro.
Usted nos escribe: "En Bereshit
encontramos que la Ishá (Bereshit 3.3) declara a la Najash tentadora, que
D-s les ha prohibido comer del fruto so pena de muerte."
La Torá no dice que EL serpiente del Edén
fuera tentador, sino "astuto", tal como leemos: "Y el serpiente,
que era el más astuto (arum) de todos los animales del campo que el
Eterno Elokim había hecho..." (Bereshit / Génesis 3:1). Son adjetivos
bien distintos "tentador" y "astuto", pues se puede proceder astutamente sin
tentar jamás; y viceversa.
Deberíamos preguntar por qué surge serpiente en este momento, qué es lo que
impulsa a serpiente a actuar. Así sabremos si además de astuto era tentador.
Leamos lo que la Torá nos ofrece inmediatamente antes de la aparición
serpentil: "Estaban ambos desnudos (arumim), el hombre y su mujer,
y no se avergonzaban" (Bereshit / Génesis 2:25). Pues bien, al parecer
el tentado era serpiente, acorde a como explican nuestros Sabios.
Serpiente contempló la armonía de ser uno fundidos en un abrazo íntimo y
vibró por el compenetrado gozo de la pareja humana y deseó cohabitar con la
mujer, anheló intensamente ocupar por un rato el lugar privilegiado de Adam.
Pobre serpiente, que en lugar de ser victimario estaba siendo víctima
de sus propios impulsos.
Notará que trascribimos la fonética de "astuto" y la de "desnudos", uno es
arum y lo otro es arumim. Así pues que la astucia de serpiente
algo relacionado con el estar desnudos tiene... ¡ah, para
estudiar Torá es imprescindible saber su idioma original, y ser ducho en
entender a los intérpretes!
La mujer no declara a EL serpiente que si come
del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (o su fruto) será castigada
con la pena de muerte, sino que dice que la prohibición divina fue: "No
comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis." (Bereshit / Génesis
3:3). Una cosa es recibir la pena de muerte, y otra distinta es ser mortal.
Tampoco es lo mismo mencionar que está prohibido comer; que decir que está
prohibido comer Y/O tocar.
Lo que Dios ordenó fue: "...del árbol del conocimiento del bien y del mal
no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás"
(Bereshit / Génesis 2:17). Dios ordena que del árbol no sea comido, pues de
hacerlo el humano morirá. Este morir significa que sería pasible de muerte,
que la muerte ingresaría ciertamente a sus vidas.
¿Cómo acaso no decimos más adelante en este texto que el humano no era
inmortal en Edén?
La respuesta es sencilla en realidad.
Al comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, se le
cierra la posibilidad de comer del árbol de vidas; por lo tanto, lo que
estaba dispuesto para beneficiarlo con longeva vida, no le fue de provecho,
pasando a ser la muerte física su postrer destino.
De todo esto podemos aprender lo que siglos más tarde enseñó el sabio entre
los sabios: "No añadas a Sus palabras, no sea que te reprenda, y seas
hallado mentiroso" (Mishlei / Proverbios 30:6). Si la mujer lo hubiera
sabido... Que el lego añada a lo ordenado por Dios, ya es en sí un error, y
que sirve como tobogán para alcanzar un mayor error.
Usted nos escribe: "En el Huerto de D-s
tanto Adam como Ishá eran corpórea y espiritualemnte inmortales."
No es del todo correcto, ya que leemos que
Dios enuncia: "Y el Eterno Elokim dijo: –He aquí que el hombre ha llegado
a ser como uno de Nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no
extienda su mano, tome también del árbol de las vidas, y coma y viva para
siempre." (Bereshit / Génesis 3:22). Esto significa, ni más ni menos,
que en Edén los humanos estaban potencialmente capacitados para ser
largamente longevos (varias veces milenarios), o quizás inmortales; pero que
no lo eran. Ya que dependían de ingerir del fruto del árbol de las vidas
inserto en Edén.
Por lo cual, espiritualmente sin dudas que eran y seguimos siendo
inmortales (Shabbat 55b) en tanto no pequemos gravemente; pero que
físicamente ni allí ni ahora lo fuimos o somos.
Usted escribe: "La Najash provoca que
desobedezcan la prohibición y son
expulsados."
Su apreciación no es del todo ajustada al
texto, ya que está escrito: "Entonces la mujer vio que el árbol era bueno
para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para
alcanzar sabiduría..." (Bereshit / Génesis 3:6). Esto quiere decir que
fue la mujer la que decidió dejarse llevar por el deseo, ella provocó su
ruina, no alguien ajeno. Ella consideró al árbol agradable y deseable. Ella,
y no alguien/algo externo.
Lo que el serpiente hizo fue darle un motivo para decidir equivocadamente,
en contra de la Voluntad divina, tal como leemos que dijo serpiente: "...Ciertamente
no moriréis. Es que Elokim sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos
serán abiertos, y seréis como Elokim, conocedores del bien y mal."
(Bereshit / Génesis 3:4-5). Serpiente no provoca, ni ordena, ni obliga, ¡ni
siquiera es rebelde contra Dios! Simplemente abre el abanico de opciones,
declarando kosher -apto- aquello que fuera signado como impropio.
El pecado de serpiente no está en provocar, sino en
aparentemente contradecir y modificar lo ordenado explícitamente
por Dios (y a pesar de esto, NO se rebela personalmente
contra Él).
La mujer provocó su propio error, serpiente sólo se lo facilitó.
Tenemos la evidencia de que fue el propio deseo no domesticado de la
mujer lo que la movió a pecar, cuando leemos las palabras de su castigo
divino: "...A tu hombre será tu deseo, y él se enseñoreará de ti."
(Bereshit / Génesis 3:16). Traduciendo: ya que el deseo irrefrenable de Javá
la llevó al error, su recuperación estará en desear fervientemente al
hombre, y así ser limitada por su restringido varón (es
cierto, nosotros somos más limitados naturalmente que ellas).
Usted escribe: "Una vez expulsados, tanto
Adam como Java pierden su cualidad de eternidad corpórea, envejecen y
mueren, cumpliéndose así la sentencia de D-s."
Ya vimos como esto de la eternidad corpórea
que usted menciona no es correcto, de acuerdo a lo expresado por la Torá.
Tampoco que envejecieran, ya que según enseña nuestra sacra Tradición oral
(tan valiosa como la escrita) la vejez
y sus achaques entraron al mundo recién en la generación de Avraham, y no
antes (TB Baba Metzia 87a).
Usted argumenta: "...pues que se sepa no
existe el "asesinato espiritual"..."
Lamento contradecirlo, pero SÍ existe el
asesinato espiritual.
Cuando alguno convence a otro para adorar falsas deidades, el instigador
está cometiendo asesinato espiritual. Tal como en otros pecados
gravísimos, el espíritu se contamina de tal modo que finalmente no existe
más, el que peca y lleva al pecado (jatá veejetí) está cometiendo
asesinato espiritual. Su espíritu desfallece, así como el
de su seguidor en la senda del pecado.
Tal como señalaron metafóricamente nuestros Sabios, "su espíritu es
convertido en polvo" (TB Rosh HaShaná 17a), a partir de lo profetizado:
"Pisotearéis a los impíos, los cuales, el día que Yo preparo, serán como
ceniza bajo las plantas de vuestros pies, ha dicho el Eterno de los
Ejércitos" (Malaji / Malaquías 3:21).
De lo que aprendemos que el trabajo de los misioneros (y similares
pecadores) es terrible tanto para el cuerpo como el espíritu, pues degeneran
el sentido de la vida terrenal, y cancelan la posibilidad de gozo eterno.
Usted escribe: "...y de la sentencia de
nuestros jajamim: "Todos tendrán cabida en el Olam Haabá"."
Es una cita totalmente incorrecta.
Los Sabios sentenciaron: "Todo miembro de Israel tiene su porción en el
mundo venidero" (TB Sanhedrin 90a). Y luego prosigue la lista de los
pecados que quitan el derecho a gozar de esa porción de más allá. Y más
adelante se mencionan a los justos de las naciones como acreedores
también a su lugar en el más allá.
Como verá, NO todos tienen cabida en el mundo porvenir.
Usted pregunta: "¿Puede esto quitarle a
Caín el título de ser el "primer asesino" de la historia" para dejarlo
como el "segundo asesino" de la historia?"
Pienso y pienso y no encuentro alguna razón
justificada y acorde con la Torá y la Tradición como para querer adjudicarle
a serpiente este deshonroso título de primer asesino. En verdad, ¡estoy
desconcertado!
Pero, por lo que hemos expuesto dudoso es que podamos considerar a serpiente
como asesino, ni siquiera como instigador a asesinato, pues en el relato de
Bereshit/Génesis 3 nada demuestra que se haya cometido un crimen de sangre.
En todo caso se lo puede acusar de partícipe en la desobediencia humana
contra Dios, tal como leemos en su castigo: "...Y pondré enemistad entre
ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; éste te herirá en
la cabeza, y tú le herirás en el talón" (Bereshit / Génesis 3:15). Lo
que traducido significa: así como fuiste la mente detrás del pecado,
y la mujer fue tu aliado activo; a partir de ahora ya no habrá alianzas
entre ambos, y tu cabeza será despreciada por la humanidad. Es decir, ya no
te usarán para actuar en contra de la Voluntad Dios.
Por otra parte, para ser acusado y condenado de asesinato es indispensable
contar con capacidad de decidir libremente y capacidad de actuar
voluntariamente. Caín como ser humano contaba con ambas capacidad, ¿usted
sabe si serpiente también? Yo realmente no estoy seguro de que tuviera la
capacidad de libre albedrío y voluntad independiente... realmente lo dudo y
nada hay en el texto de la Torá que me quite la duda razonable.
En resumidas cuentas, los tres involucrados
son víctimas y victimarios.
Cada uno aportó su parte en la confabulación de que Javá y Adam comieran del
fruto del árbol que fuera vedado.
-
Serpiente iniciando una conversación que
llevaría al pecado, es peligroso.
Javá hablando más de la cuenta, es peligrosa.
Adam callando cuando debiera hablar, es peligroso.
-
Serpiente dando como factible y asequible el
hecho prohibido, es victimario.
Javá dando a Adam a probar de lo que ella ya había probado, es victimaria.
Adam queriendo deslindar responsabilidad de sus acciones voluntarias
acusando a la mujer, es victimario.
-
Serpiente seducido por el gozo sexual
de la pareja humana, es víctima de su deseo perverso.
Javá seducida por el fantaseado gozo y poder a través del árbol, es
víctima de su deseo ineducado.
Adam seducido por el ofrecimiento a comer de su mujer, es víctima
de su deseo por ser complaciente.
Entonces, ¿quién es culpable?
¿Todos y nadie?
¿Serpiente?
¿Dios?
La respuesta: no hay culpables, hay responsables, por palabra, acción
y omisión.
Como síntesis permítame un consejo amistoso.
En lugar de pasarnos el tiempo buscando a quién endilgarle el indecoroso
título de "primer asesino", ¿no es mejor dedicarnos a hacer más obras de
bien, a repartir misericordia y justicia, a atraer paz y bendición al mundo,
a corregir nuestras numerosas imperfecciones?
Le aseguro que es mucho más edificante, y así estamos apartándonos del error
que parece minúsculo, pero que como vimos tiende a ser como un tobogán hacia
el mayor error.
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Iebarejejá H' - Dios te bendiga,
y que
sepamos construir Shalom
Yehuda Ribco |