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 Lic. Prof. Yehuda Ribco (Tevet 5, 5763 - 10/12/02)

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BeShem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas
// Familia // Ética // Cabalaterapia

    Para criar hijos justos

Claves: Hijo, padre, educación, pecado, error, bien, mal, bueno, malo, ética, conducta, comportamiento, falta, equivocación, corrección, amonestación, castigo, reprimenda, familia

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta: Licenciado querido, la paz del Señor lo cobije:

Quisiera preguntarle si cree correcto y conveniente para la buena educación de un muchacho reprocharle sus actos y repetirle constantemente que es malo.
Agradecería muchísimo su sabia opinión.
Me despido de Ud. atentamente.

Pablo E. (45 años)
País: Costa Rica

(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)

Shalom.
Gracias por participar, y por confiar en mi modesto entendimiento.

Tanto desde el punto de vista tradicional del judaísmo, como desde el de la Psicología que aplico, es erróneo reprochar permanentemente a los niños por sus conductas equivocadas y echarles en cara constantemente su errado comportamiento.

Está plenamente demostrado que el hacer sentir culpable a un niño por determinados actos no lo corrige, y muy por el contrario, la reiterada estigmatización al señalarlo como "malo", tienden a inclinarlo a hacer realidad el título que le establecen.
Es muy corriente que aquel al que le han designado el rol de "malo", SIN SERLO, termine actuando ese rol.
Es como una especie de sobre-determinación, en la cual se conjugan numerosos aspectos (familiares, sociales, ambientales, de educación, psíquicos, etc.) pudiendo resultar a la postre en la vivencia de una vida falsa, esto es: una persona encubierta por un personaje asignado socialmente y asumido personalmente, al punto de no distinguirse la persona real debajo del personaje que representa.

Tampoco hay que disculpar al niño por sus incorrectas acciones, ni es conveniente ayudarle a encontrar excusas para su comportamiento desviado, como por ejemplo al acusar en su presencia a la sociedad, el ambiente, la TV, las influencias ajenas al niño.
Tanto el extremo de la atribución de un lugar de "malo", como el de la "excusa fácil", ayudan a incentivar conductas erróneas, y perjudiciales para el correcto desarrollo de la personalidad del niño, y de su vinculación social.

Cuando el niño realmente ha actuado incorrectamente, es imprescindible que puntualmente se le señale tal acción.
Pero, debe quedar claro: puntualmente, es decir, que a cada acto equivocado le siga de inmediato su amonestación clara, sin dudas ni demoras y especialmente, acorde y justa con el acto nocivo cometido.
Es primordial hacerle saber de la incorrección del acto, y no de SU maldad.
Es importante que el niño vaya conociendo desde sus primeras épocas que sus actos generan consecuencias, y que corresponde que el peso de las mismas recaigan sobre el que las propició.
Es importante también que se eduque desde pequeño a reconocer las faltas y errores, y el valor trascendental de saber reparar sin vergüenza aquello que es menester de ser reparado.
Es infinitamente superior aceptar la propia falibilidad, y al errar reconocer el yerro y actuar para enmendarlo; que vivir escondido bajo la máscara de la mentira piadosa, o del piadoso que miente.

Es conveniente que se señale lo equívoco en el accionar, pero no la maldad en la persona que se ha equivocado.
Le pongo un ejemplo, cuando el niño ha cometido una falta, es totalmente negativo decirle: "niño malo, ¿acaso se podía esperar algo diferente de ti?" O catalogarlo con epítetos similares.
Por el contrario, es de edificación ante similar falta corregirlo diciéndole: "en verdad el acto que has cometido desmerece a una persona tan buena como eres tú. Tú puedes comportarte de otra manera, ¿no te parece?".  En lugar de castigarlo con la reprobación, la culpa o la vergüenza, es conveniente enfrentarlo con su propia grandeza manchada por su error.
Sentando al niño en el banquillo del malvado, asignándole el rol del pecador, ¿podemos esperar que desee hacer y ser otra cosa?
Pero, cuando reconocemos en el niño su caudal positivo a la par que señalamos su falta puntual, lo que estamos haciendo es darle al niño la perspectiva de que él es mucho mejor que el acto erróneo que ha cometido. Y así le brindamos las herramientas que lo constituirán como una persona en el camino del Bien.

Si este texto le ha sido de provecho, no olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.

Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

 Yehuda Ribco

email: comentario@serjudio.com?subject=Rap1701


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