Shalom.
Gracias por participar.
La voz pilpul proviene de pilpel,
que quiere decir picante.
Por pilpul se conoce uno de los métodos
empleados por los estudiosos talmúdicos para tratar de reencontrar el
conocimiento, o de descubrir atisbos de verdad.
¿En qué consiste este método?
Consiste en examinar todos los argumentos pensables, tanto los pro como los
contra, en procura de hallar argumentos lógicos para los preceptos.
Para esto se desmenuza y analiza cada parte del objeto a considerar
(por ejemplo una sentencia de la Torá), se despeja el
sentido correcto de cada vocablo, letras, espacio; y luego se reintegra el
objeto a su estado original dotándolo de un sustrato probable y razonable.
Luego, se examina el objeto en relación a su contexto, y si se halla que el
análisis de lo particular no coincide con el campo que lo rodea, entonces se
retoma el análisis.
Más adelante, cuando lo particular y lo contextual halla contenido, se
examina en relación a sentencias similares en otras partes de la Torá, para
verificar la consistencia de lo que se presume haber hallado como
conocimiento.
Cuando se cree haber despejado definitivamente el conocimiento; entonces se
parte de cero, se retorna al análisis particular de la sentencia, pero ahora
desde la perspectiva antitética. Y así se continúa el proceso hasta saciar
todas las posibles argumentaciones.
Paralelamente a la búsqueda de la verdad
compartida, se entrena el talento intelectual del estudioso, motivándolo a
indagar sin aferrarse a ideas preconcebidas, ni a la fe ciega que asfixia el
pensamiento y mata la pureza del sentimiento.
Evidentemente que se aprecia y respeta absolutamente lo que proviene como
Tradición emanada de Dios, recibida por Moshé, trasmitida a sus discípulos y
así sucesivamente, de grandes maestros a grandes alumnos (que
algún día serían grandes maestros) durante generaciones sin número.
Pero, los sabios pilpulistas no se detienen a asentir a todo, enceguecerse a
todo, omitir las aparentes contradicciones entre posturas legales de los maestros;
pues saben y reconocen que la Torá es perfecta, pero el hombre no lo es. Por
lo cual, para reencontrar la pureza de la Revelación, es preciso confrontar
las exposiciones que se han recibido de la misma, y de-velar la verdad que
está ocultada en lo que el alumno manifiesta haber aprendido de su maestro. Así que, no existe Tradición versus Pilpul, sino
complementariedad de ambos, prevaleciendo siempre el respeto y estricta
fideldad hacia lo que proviene del Eterno. (Note que como
hemos dicho, que el pilpul se emplea para dilucidar aspectos legales, pero
no como método de interpretación comprensiva de la Torá).
También es el método para des-cubrir lo más apropiado de aquello que no
fuera revelado, puesto que a la búsqueda de la mejor ley es menester no anquilosarse en la versión del más afamado,
poderoso o tenido por superior.
Es, sin dudas, un método dialéctico llevado al
extremo, pues cada cuestión es picante, motivo de diálogo de
contrapartes en busca de construir una realidad mejor.
Y es, indudablemente, uno de los más exquisitos procedimientos para que el
judío y el judaísmo no se petrifique en la vaciedad de la fe, o en la
vanidad de la moda pasajera y superficial; sino que viva, crezca y esté
pleno de contenidos vitales.
Usted me pide algún ejemplo, y hay varios,
pero resultarían tediosos y extensos para el lector no entrenado; por lo
cual abreviaré uno clásico.
Hay una mishná (Baba
Metzia 1:1) que expresa: "Dos que aferran un manto, y uno dice 'Yo
lo encontré', y el otro dice 'Yo lo encontré'; el primero dice 'Me pertenece
todo a mí', y el otro dice 'Me pertenece todo a mí'; y cada cual jura que
no menos de la mitad es de su propiedad, entonces ellos pueden dividirse
entre sí el manto".
Así está expuesta la ley.
¿La comprende usted perfectamente, no?
Dos que disputan por un mismo manto, que lo aferran, y que cada cual insiste
en que es de su propiedad. Solamente cuando juran que no menos de la mitad
es de su propiedad, es que se reparte entre ambos.
¿Tal es lo que se comprende de la lectura llana (no
pilpulista) de la ley, no?
Pues, veamos como toma la Guemará (los estudios
rabínicos referidos a la mishná) esta ley, y qué implicaciones
y derivaciones encuentra.
En la Guemará se nos explica que: "¿Acaso
es necesario el uso de las dos expresiones "'Yo lo encontré'"; y "'Me
pertenece todo a mí'"? ¿No es obvio, pues si uno insiste en que lo ha
encontrado, está reconociendo que es su posesión?"
Luego de algunos intentos de demostrar que una sola de las sentencias es
insuficiente, se llega a la conclusión de que la mishná está
determinando acerca de dos casos diferentes: el primero es cuando se ha
encontrado la prenda, y ambas personas reclaman haberla encontrado. El
segundo caso, la prenda ha sido adquirida por compra, y cada cual reclama su
propiedad a partir de la compra.
Entonces la Guemará continúa hallando explicación de porqué el mismo
reglamento se aplica a ambos casos.
Para pasar luego a preguntar si no era suficiente con dar uno de los casos,
y a partir de éste derivar la ley para el otro.
Tras lo cual se encuentra que ambos modos de adquisición
(hallazgo y compra) son sustancialmente diferentes, y que si se
hubiera omitido mencionar uno de los casos, no se hubiera podido derivar la
ley a partir del que fuera sentenciado.
Luego se toma el aspecto del juramento que hace cada uno, y comienzan a
derivar en ese sentido el debate, y ya no en el de los modos de adquisición
y posesión.
Y de allí surgen comparaciones con otras leyes, en otros sitios, acerca de
juramentos.
Estas exposiciones se continúan hasta que finalmente se adopta una
resolución consensuada, que explica y aclara los fundamentos de la ley en
cuestión, sus alcances, y derivados.
Como verá, los sabios del Talmud no se quedan
con la letra disecada, sino que investigan y analizan hasta las últimas
consecuencias, y cuando se supone que han alcanzado finisterre,
continúan el análisis minucioso y saludable (no confundir con
la pérdida de tiempo de los debates bizantinos).
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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