Shalom.
Aloha y gracias nuevamente por participar.
Antes de entrar a pasajes del Tanaj, permítame
un razonamiento simple y contundente.
Si
como ya hemos demostrado hasta el hartazgo, Ieshu a lo máximo que puede
aspirar es al título de pecador contumaz y rebelde contra Dios y contra la
humanidad, muerto irredento; ¡¿cómo alguien en sus cabales puede osar
declarar que sólo los que lo adoran pueden ser llamados hijos del Eterno?!
Es una infamia, una blasfemia y una burla que veja el honor carísimo de
Dios, y el honor de toda la humanidad.
Esos perversos, o extraviados, mejor harían en callar, en lugar de tentar a
Dios con sus bajezas e inmoralidades sin límites.
O, seguramente mejor harían en callar, para no demostrar su férreo amor a la
ignorancia de lo que a Dios agrada.
(Algunos son devotos de la fe por ciega convicción, otros por
ciega ingenuidad, otros por ciego entrenamiento-adoctrinamiento, otro por
ciega ambición... lo que los une es la ceguera y el estancamiento en la fe.
Pero, evidentemente que puestos a considerar grados de gravedad en su
ceguera pecaminosa, los hay algunos más profusamente graves que otros.)
Pero, supongamos que, tanto nosotros como sus
allegados que lo tratan de embarullar con idolatría, nada sabemos nada
acerca de las perversiones del insignificante Ieshu y sus seguidores, y
suponemos que fue un buen hombre del pasado.
¿Podemos encontrar en el Tanaj algo que avale la presuntuosa y pecaminosa
pretensión de los amantes de Ieshu de ser poseedores del único camino a
Dios?
Pues, absolutamente NADA los avala, nada, ni siquiera una remota letra en
todo el Tanaj.
Muy por el contrario, claramente nos dice Dios:
"Reconoce, pues, hoy y considera en tu
corazón que el Eterno es Elokim arriba en los cielos y abajo en la tierra,
y no hay otro.
Guarda Sus leyes y Sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya
bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues los días sobre
la tierra que el Eterno tu Elokim te da para siempre"
(Devarim / Deuteronomio 4:39-40)
¡Más claro imposible!
Él es Uno y Único, tanto aquí como allá, en el plano material como en el
espiritual, en vida como en muerte, para justos y pecadores.
Nada ni nadie excepto Él es el dueño de la Verdad, la Esperanza, la Vida.
¿O no es lo que está escrito en la Torá acaso?
¿Y no está explicitado que lo que Él reclama, quiere y espera es que sean
guardadas Sus leyes, cumplidos Sus mandamientos, acatada Su Palabra que ha
sido vertida en la Torá?
¿Pide acaso Él que se crea en un hijo nacido de adulterio?
¿Pide Él que se crea en cualquier persona, o entidad, o santito, o divinidad
aparte de Él?
¿Pide Él fe, o está pidiendo acatamiento estricto a Sus mandamientos, a Su
Torá, y nada más?
Así pues, mi apreciadísimo Salvador, yo le
diría que buscar acerca de paternidades divinas y de reconocimientos al
respecto es algo completamente secundario.
Lo principal es preguntarse y preguntarle a su prójimo: ¿estás haciendo todo
lo posible para serLe fiel a Dios tal como Él te reclama?
¿Estás cumpliendo los 7 mandamientos para las naciones, o los 613 mandamientos para
los judíos?
¿A que estás sirviendo: a Dios, o a tu religión?
Creo que esto es lo principal, y no si somos hijos de Dios o no... pues, el
que es fiel a la Torá, SABE a ciencia cierta acerca de la hermandad de todos
los humanos, y de la humillación que cargan aquellos hermanos que se hacen
indignos de ser llamados hijos de Dios a causa de sus pecados
(precisamente, Ieshu es uno de los indignos de ser llamado hijo de Dios).
Por si no fuera suficiente, vayamos a uno de
los profetas predilectos de los cristianos, a Ieshaiá/Isaías, quien siendo
boca de Dios dice:
"Y ahora escucha, oh Iaacov [Jacob], siervo
Mío; y tú, oh Israel, a quien Yo escogí.
Así ha dicho el Eterno, tu Hacedor, el que te formó desde el vientre y el
que te ayudará: No temas, oh siervo Mío Iaacov [Jacob]; y tú, oh Jesurún, a
quien Yo escogí.
...
Así ha dicho el Eterno, Rey de Israel, y su Redentor, el Eterno de los
Ejércitos: ''Yo soy el primero y Yo soy el último, y fuera de Mí no hay
Elokim.
¿Quién es como Yo? ...
''No temáis, ni tengáis miedo. ¿No te lo hice oír y te lo dije desde antaño?
Y vosotros sois Mis testigos. ¿Hay Elokim aparte de Mí? No, no hay otra
Roca; no conozco ninguna.''"
(Ieshaiá / Isaías 44:1-8)
¿No es más claro que un mediodía?
¿Quién es el escogido por Dios, el que Él llama Su siervo?
¿No está claro que es Israel, los judíos?
¿Acaso está escrito los amantes de la idolatría de Ieshu?
¿Acaso siquiera está mencionado Ieshu?
¿Acaso no dice que no hay otro que salve excepto Dios?
¿Acaso no afirma que los testigos de Dios son los judíos?
¿Acaso no está dicho que Él formó desde el vientre a la nación de los
judíos, por lo tanto: Él es EL Padre de Israel?
¿Acaso Dios dice que conoce a algo o alguien que se Le asemeje?
¿Acaso dice que hay que temer/reverenciar a lo que no sea Él y sólo Él?
¿Acaso alguien que no sea idólatra, o que no esté enloquecido, puede negar
que Israel es el escogido, y Dios es el Uno y Único? (Para
qué ha sido escogido Israel ya lo hemos explicado en otros textos, pero reitero:
nada tiene que ver con ser opresores de las otras naciones, ni dominar al
mundo, ni convertirse en déspotas con permiso de Dios para hacerlo. ¡Todo lo
contrario! Es una elección para convertirse en siervos y maestros, en
pioneros en el sembrado del huerto de Dios.)
Así pues, creer en el nombre de Ieshu, o en cualquier otra desfachatez
similar es (im)pura y simple rebeldía contra Dios,
blasfemia, idolatría, perversión y abominable atentado contra el ingenuo que
no conoce ni entiende con precisión.
Definitivamente: la idolatría es repulsiva, y
cuando se viste con hábitos de santidad, es doblemente repudiable.
Ay, mi querido Salvador, es tan horripilante caer en las garras de la
idolatría, un martirio sin nombre, y que a menudo pasa sin ser sentido.
Y es tan doloroso para el lúcido allegado, el amigo o familiar, que intenta
luchar para liberar al esclavizado y aparentemente no lograrlo, y rebotar en
una pared de granito.
Creo que siento su dolor, querido Salvador, el dolor de ver a sus familiares
y amigos que se revuelcan en el fango mortal, y que parecieran disfrutar con
eso, y por si fuera poco el daño lo quieren arrastrar a usted hacia allá.
Siento su angustia, y estoy junto a usted para asirnos mutuamente y no
desplomarnos en el infernal error de la idolatría.
Pasemos ahora al tema de los hijos de Dios.
¿Quién expresa la Torá que sin dudas son hijos de Dios?
Ya vimos que Isaías menciona que Israel, pero demos más textos al respecto:
"Vosotros sois hijos del Eterno vuestro
Elokim... Porque tú eres un pueblo santo para el Eterno tu Elokim; el Eterno
te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra,
para que Le seas un pueblo especial.
(Devarim / Deuteronomio 14:1, 2)
(Entre otras cosas, los
difamantes y asesinos que blanden la espada y los evangelios deberían
tragarse sus envenenadas palabras que señalan a los judíos como hijos de
Satanás, ¿acaso eso es lo que el (enfermizamente llamado) Antiguo
Testamento testifica? ¿Acaso eso es lo que el mismo Dios declara? Me
parece que está muy claro que Él anuncia todo lo contrario, Israel es el
hijo escogido de Dios.
Bueno... ¿qué podemos esperar de los que voluntariamente se rebelan contra
Dios, sino odio contra Sus escogidos, Sus representantes?
Así pues, ya lo sabe, la regla general es ésta: aquel que vilipendia a los
judíos y al judaísmo, está demostrando su odio hacia Dios y todo lo que Él
significa.)
Pero, Israel no es cualquier hijo, ni siquiera
el hijo predilecto de Dios, sino también el primogénito, tal como leemos:
"Así ha dicho el Eterno: 'Israel es Mi
hijo, Mi primogénito."
(Shemot / Éxodo 4:22)
Así pues, todo aquel que acepta que la Torá es
palabra de Dios, no puede decir nada menos que los hijos de Israel son hijos
de Dios, y Sus primogénitos.
(Filiación en la que no median inmorales y vacías creencias
en falsos dioses, como la de Ieshu).
¿Y el resto de los humanos?
¿También son hijos de Dios?
Pues, también son hijos de Dios, obviamente.
Leamos las palabras de otro profeta verdadero:
"Oh Hijos de Israel, ¿acaso no Me sois como
los hijos de los etíopes?, dice el Eterno. ¿No hice Yo subir a Israel de la
tierra de Egipto, a los filisteos de Caftor y a los sirios de Quir?"
(Amós / Amós 9:7)
¿Acaso un profeta de los judíos no está
diciendo que para Dios, y por lo tanto para el judaísmo, todos los humanos
somos hermanos, Sus hijos?
¿No menciona en un mismo plano a los judíos, a los etíopes
(de raza negra), a los filisteos (indoeuropeos
y/o caucásicos) y a los sirios (semitas y/o asiáticos)?
¿No se está reconociendo explícitamente la igualdad esencial ante el Eterno
de todas las naciones de la tierra?
¿No se está expresando que Dios participa en las historias de todas las
naciones, en todos los lugares?
En resumen, aquel blasfemo e idólatra que le
está negando al inocente su condición de hijo de Dios, está haciendo
méritos para ubicarse al mismo nivel que malvados irredentos
tales como Hitler, Amán, Arafat, Faraón, Ieshu. Malvados que con sus actos
mancillaron el santo Nombre del Eterno y perjudicaron grandemente a muchos
hijos de Dios.
En cuanto a procurar el rescate del
extraviado, del descarriado, le
aconsejo que lea este texto que hemos publicado recientemente, allí se
explican algunos fundamentos para intentar reintegrar al que está asfixiado
por las creencias negativas y adictivamente perversas.
Quiera el Eterno que podamos alcanzar un mundo
de armonía, paz, crecimiento y respeto por la condición de todos nuestros
dignos hermanos, hijos del Padre de todos y todo.
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
comentario@serjudio.com?subject=Rap1870 |