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Shalom.
Gracias por participar.
Tzaddik (en plural
Tzadikkim; Tzidkanit en femenino) es una
persona justa a plenitud.
Esta palabra está relacionada con la voz hebrea "Tzedek" -Justicia-,
y con "Tzedaká" -Justicia social-, a veces también entendida como
"caridad".
A partir de estas asociaciones etimológicas podemos entender que el ser
tzaddik es un modo de percibir la realidad y de actuar en la vida.
Para el tzaddik, el modo en que percibe la realidad, lo involucra en
un trabajo constante de generosidad y piedad con el prójimo, reverencia y
servicio a Dios, y cabal cumplimiento de los preceptos a partir del amoroso
e intenso estudio de Torá.
Expliquemos esto brevemente.
El justo distingue que cada acontecimiento refleja la perfecta Justicia de
Dios.
El justo reconoce y aprecia que cada suceso (que no depende
de la libre voluntad del humano) está inmerso en un Plan divino cuya
meta es el Bien, en palabras del salmista "Justo es el Eterno en todos
Sus caminos y bondadoso en todas Sus obras." (Tehilim /
Salmos 145:17).
Cuando de los actos humanos se trata, Él canaliza Su bondad justiciera por
medio de la ecuánime y estricta retribución. En otras palabras, en la
viña del Señor cada cual cosecha solamente aquello que ha sembrado, ni
más ni menos.
Así pues, el tzaddik siempre (tanto en el gozo como en
el dolor, en la opulencia como en la pobreza, en la salud como en la
enfermedad, en nacimiento como en agonía) busca para hallar el camino
para alabar al Eterno, y humildemente reconocer su ignorancia y pequeñez
frente a la Sabiduría y Grandeza de Dios.
Nuevamente el salmista sintetiza el pensamiento: "Ciertamente los justos darán gracias a Tu
Nombre; los rectos morarán en Tu Presencia." (Tehilim / Salmos 140:14).
Esta búsqueda incesante por encontrar el
sentido justiciero de Dios, mueve al tzaddik a actuar con justicia en
cada ámbito de su vida personal.
Así, será justo con su prójimo, y procurará favorecer el crecimiento
espiritual de todos aquellos que están en su camino. No hundirá al que está
pecando, ni inflará el orgullo del que está haciendo lo correcto. Sino que
intentará extraer al pecador del pecado (según dijera el
salmista: "Enseñaré a los perversos tus caminos, y los pecadores
retornarán a Ti." (Tehilim / Salmos 51:15)); y de alentar al
correcto para que continúe por la senda de la corrección.
Así mismo, será justo consigo mismo, valorando lo positivo para preservarlo
o acrecentarlo; y señalándose lo negativo, para sublimarlo o transformarlo
en motivo para el buen desarrollo.
Esta conducta sostenida es un imán y un generador de bendición, de Luz
vivificante de parte del Eterno, tal como fuera cantado: "La luz está
sembrada para el justo, la alegría para los rectos de corazón."
(Tehilim / Salmos 97:11).
Cuando actúa de esta manera, está reflejando el modo de actuar de Dios, tal
como el profeta lo indica: "Porque Yo, el Eterno, amo la justicia, y
aborrezco la rapiña y la iniquidad. Recompensaré sus obras con fidelidad, y
haré con ellos un pacto eterno." (Ieshaiá / Isaías 61:8).
Cuando la persona actúa en cada momento y
situación en búsqueda de elevar lo negativo en positivo, además de
tzaddik es considerado un Iashar -persona recta-.
Pues, está inmerso en el mundo, no rehuye de él, ni lo desprecia, ni lo
menosprecia, ¡todo lo contrario!, contribuye a su desarrollo y progreso. Con
cada gesto coopera a extraer chispas de santidad de aquello que
parece totalmente apartado de Dios.
Así pues, siendo parte activa del mundo material, no pierde de vista el
objetivo de alcanzar la santidad, la trascendente conexión con el Eterno. En
boca del sabio Shelomó: "ReconóceLo en todos tus caminos, y Él enderezará
tus sendas." (Mishlei / Proverbios 3:6).
¿Quién puede llegar al nivel de tzaddik?
El camino está abierto para cualquiera que lo desee, pero, no todos alcanzan
a sostenerse con firme entereza y perseverancia. Tal como fuera dicho: "Ciertamente
no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque."
(Kohelet / Predicador 7:20).
Pero, en el esfuerzo y dedicación constante por percibir la justa bondad de
Dios, y por actuar justicieramente con el prójimo, está el transitorio y
fugaz estado de ser tzaddik (algunos tienen el poder
como para mantener por largo tiempo este fugaz encuentro con la santidad).
Claro, para alcanzar ese estado transitorio es imprescindible recorrer
muchísimo camino de entrenamiento, estudio, experimentación, etc.
¿Qué puede hacer usted?
Le daré algunas ideas:
-
Estudiar vitalmente Torá si es judío
(o recibir instrucción de Torá de parte de maestros judíos
idóneos, si es gentil), pues la Torá es la única guía segura y
perfecta hacia lo mejor que hay en el mundo.
-
Cumplir lo mejor que pueda los preceptos que
Dios quiere que cumpla (613 y los decretos rabínicos si es
judío, o los mandamientos noájidas si es gentil), pues al cumplir los
preceptos lima las asperezas propias, y encuentra lazos de comunión con el
prójimo.
-
Amar a Dios y al prójimo y a usted mismo.
-
Busque lo mejor y no lo peor dentro suyo, y en
su prójimo. No obstante, no olvide que lo negativo está ahí, y que debe ser
transformado en positivo.
-
Cultívese, trabaje sobre sus debilidades,
amplíe sus potencialidades, esmérese por ser lo mejor que puede ser.
-
Perciba a Dios en cada momento.
-
Aprenda a ver la sábana blanca, y no sólo la
pequeña mancha sobre ella.
Por último, si consigue el libro "Mesilat
Iesharim", se lo recomiendo para que lo lea, estudie y haga parte de su
vida.
Si este texto le ha sido de provecho, no
olvide que este sitio se mantiene gracias a SU colaboración
económica. No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
comentario@serjudio.com?subject=Rap1881 |
Pregunta: Lic. Ribco, Muchas gracias
por su respuesta, no se imagina como me ha bendecido. 