Shalom.
Gracias por participar.
Apreciado Luis,
si
lee con atención en la respuesta que usted cita dimos otro fundamento
por el cual los gentiles no deben incursionar en el estudio de Torá, sino
que deben ser instruidos por maestros judíos preparados para tal sagrada
misión.
Le expondré ahora nuevamente los dos
fundamentos mencionados, y le añadiré un tercero.
-
Cualidad espiritual.
Sabemos que el gentil justo (aquel que cumple cabalmente con
los 7 mandamientos para las naciones, y las normas derivadas) alcanza
inmensas alturas espirituales; sin embargo, el Hijo del Pacto, aquel que
debe cumplir (y trata de hacerlo hasta el límite de su
capacidades) con los 613 mandamientos para Israel, así como los
decretos rabínicos, alcanza una cualidad espiritual diferente, que lo hace
apto para el estudio de Torá.
Espero que comprenda que no es un tema de exclusivismos, o de segregaciones
espirituales; sino que es de desarrollo espiritual.
Tal como un bebe no ha desarrollado su sistema digestivo, y el alimento
saludable para el adulto le es nocivo; el gentil no tiene los elementos para
alcanzar la cualidad espiritual que se consigue solamente por medio del
cumplimiento de los 613 mandamientos. Y éstos son para Israel, no para las
naciones.
O, lo puede pensar también como que los Hijos del Pacto por medio de andar
por el rigurosísimo camino que el Eterno les exige (y espera)
solamente a ellos, pasan por un entrenamiento y preparación espiritual, que
no pasan los que andan por el camino de ser un gentil justo. Es como entre
los levantadores de pesas, están los que pueden con 20 kilogramos y están
los que levantan 150 kilogramos; ninguno de ellos es superior o inferior al
otro, simplemente que se especializan en aquello que entienden como el
límite acorde con sus capacidad naturales. Si el de 20 kilogramos quiere
alcanzar o incluso sobrepasar al que levanta 150, ¿qué debe hacer? Pues,
obviamente que entrenar. Pero, por más entrenamiento que uno asiduamente
haga, siempre se topará con su límite natural, el cual es saludable
respetar. El límite del gentil con respecto al cumplimiento de preceptos y
al estudio de Torá lo ha impuesto el mismísimo Dios. Por lo cual, el gentil
que quisiera entrenar por el camino del judaísmo, debe ingresar al
mismo por medio de la conversión formal y legal. Por medio de la conversión,
corre el límite un tanto hacia delante, teniendo así mayor capacidad para
desarrollar.
-
Derecho de herencia.
Como ya enseñamos en numerosas ocasiones, Dios ha decidido que existan dos
caminos saludables para adherirse a Él, el de los gentiles
(llamado de los 7 mandamientos) y el de los judíos
(llamado de los 613 mandamientos).
Para andar por el camino de los judíos es menester serlo legalmente, pues de
lo contrario uno estaría usurpando una identidad que no le pertenece, y un
modo de adherirse a Dios, que Él no ha estipulado para los ajenos a Israel.
Parte del camino judío es el estudio de Torá, y parte de la herencia que
Dios ha conferido a Israel es la Torá.
Por lo tanto, el gentil no tiene derecho para estudiar Torá, pues es una
heredad que no le pertenece, que les ajena, y que no ha sido otorgada por
Dios a las naciones del mundo.
Lo que puede hacer el gentil para estudiar Torá es convertirse formalmente
al judaísmo, y así adquirir el derecho a estudiarla. O, el modo más simple,
es adquirir para sí un maestro judío calificado para que le enseñe Torá.
(El maestro calificado debe ser judío, respetuoso de los
preceptos, apartado totalmente de la idolatría, conocedor de las normativas
judía, erudito en Torá, apto para enseñar, y reitero: totalmente separado de
cualquier idolatría. Por ejemplo los pastores mesiánicos, alias rabinos
mesiánicos, son la total antítesis de lo que es un rabino o un maestro judío
de Torá. Pues son promotores de la idolatría, defensores acérrimos de la
vida pecaminosa y rebelde, farsantes que disfrazan su malignidad detrás de
máscaras de pureza que les es nauseabunda).
-
Piense en Windows.
¿A usted le parece que la función de la tecla ctrl+w en el escritorio de
Windows es objeto de opinión personal?
¿Usted estaría de acuerdo con aquel pastor que le dijera que él cree que si
aprieta alt+f4 la computadora le bendecirá?
Obviamente, usted sabe que Windows viene con lo que se ve, con lo que se
reconoce a simple vista; así como con lo que está oculto a los ojos del
usuario.
Parte de esto oculto es revelado por pantallas de Ayuda (F1
en general) o por los manuales de usuario, que son imprescindibles
para conocer realmente el buen uso de Windows, y no dañar por ignorancia
aquello que es sensible.
Otra parte de lo oculto es accesible solamente por aquellos que se
especializan en Pc's en Windows o en Sistemas Operativos, pero son un
lenguaje extraño para el simple mortal (es decir, nosotros
los usuarios corrientes de Windows).
Otra parte de Windows es de conocimiento exclusivo de sus creadores, de los
muchachotes de Bill Gates.
Ahora pase el ejemplo a lo que es Torá.
Una parte está ante los ojos, y eso es la Torá escrita.
Otra parte está oculta pero revelada para aquellos que indagan en las
fuentes correctas, es decir, en la Torá oral, que es la Tradición de Israel,
que es algo así como el 97% de lo que el concepto Torá encierra.
(Leyó bien, ¡97% de lo que el Eterno reveló en Sinaí no está
en la Torá escrita, sino en la Tradición de Israel!).
Otra parte oculta es accesible solamente por aquellos que dedican sus días a
la Torá escrita y oral, y que se compenetran con el estudio y cumplimiento
de los preceptos al punto de reconocer detalles que permanecen invisibles al
común de los estudiosos.
Por último, está lo que es de conocimiento exclusivo para el Eterno.
Aquel que dice que estudia Torá pero opina libremente, rebelándose o
ignorando las enseñanzas de la Torá oral es como aquel que enseña que F1
sirve para llamar a la tía Berta, y opina que alt+q es para imprimir una
carta de amor; en resumen, es uno que no respeta el conocimiento que Dios ha
manifestado a Israel. Con esta torpeza y/o rebelión se pronuncian los
pastores, clérigos y otros similares cuando menosprecian a Dios impartiendo
adoctrinamientos falsos referidos a Torá.
Y así equivocadamente también actúan las buenas personas que desean
estudiar Torá desatendiendo la Tradición de Israel.
Por lo cual, querer leer de la Torá escrita, sin prestar atención sensible a
lo que enseña la Tradición, es equivocar el camino.
La Torá no es objeto de libre interpretación, ni todas las opiniones son
igualmente válidas; pues, es el mismo Autor el que ha determinado cuáles son
las interpretaciones correctas y cuáles las ajenas.
¿Quienes están en posesión de ese 97% de Torá que es el "Help" para
comprender cabalmente el contenido del otro 3%? Pues, sí, los Hijos del
Pacto que se han instruido conscientemente en la enorme responsabilidad de
mantener con vida lo que Dios revelara a Moshé/Moisés en Sinaí.
En síntesis, apreciado Luis, es muy loable la
intención de querer beber de las aguas puras que emanan de la Sabiduría de
la Torá, pero, hágalo del modo que le sea de bendición y no de perjuicio.
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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