Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz

Busca:   

Lic. Prof. Yehuda Ribco (I Adar 18, 5763 - 20/2/03)

Inicio (Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz kosher kasher)Contacto (Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz kosher kasher)Apoyo (Judaismo conversion Israel Mashiaj Tora Dios amor paz kosher kasher)

BeShem H' El Olam


 Respuestas a Preguntas
// Lectura de Torá // Prácticas                     

     Haftará y Maftir

Claves: Torá, Biblia, judaísmo, shil, shul, sinagoga, beit kneset, Shabbat, Shabat, sábado, lectura, alyá, aliá, alyia, ascenso, parashá, porción, profetas, identidad, estudio, bar mitzvá

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta: SHALOM LIC. YEHUDA, cómo está usted? le hago esta pregunta:

Por qué tanta gente pide leer MAFTIR? cuál es la diferencia con la Haftará?

a zai guezunt!!..

SHALOM...

Jaim M.
País: Argentina

(Deben incluir en todos sus mensajes para nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive)

Shalom.
Gracias por participar.

Empecemos por distinguir maftir de Haftará.

Hace algo así como 22 siglos, los opresores extranjeros tenían bajo su bota a la nación judía, empero, espiritualmente ésta se negaba a ser conquistada.
Los perversos idólatras querían someterla totalmente, a como diera lugar, pues no eran tontos y sabían que el pueblo que es fiel al Eterno puede estar esclavizado con cadenas, puede ser víctima de las peores hogueras y vejaciones, pero en verdad es libre e incorruptible en tanto permanezca unido al Todopoderoso.
Y razonaron los paganos tiranos, junto a los traidores que habiendo nacido dentro del judaísmo prefirieron los oropeles del poderoso idólatra: '¿Cómo mantienen estos judíos firme el lazo con Dios?... Cumpliendo con sus 613 preceptos, estudiando su Biblia (mejor llamada Torá), y siendo discípulos de aquellos rabinos apegados a la Tradición de Israel que surgen de las entrañas del mismo pueblo... Por tanto, si queremos dominarlos debemos prohibir básicamente:

  • el estudio y lectura de Torá,

  • el cumplimiento de aquellos preceptos que les den ánimo e identidad,

  • el apego a sus Sabios.'

Dicho y hecho, por toda Judea (mejor conocida por provincia de Yehudá) se publicaron edictos imperiales prohibiendo la circuncisión, el acatamiento del Shabbat, la lectura pública del rollo de Torá, el estudio de la misma, la reunión en torno a maestros de Torá, y otras salvajes restricciones a la integridad e identidad de Israel.
Al mismo tiempo, las sinagogas eran vestidas con ropajes de idolatría, y a la liturgia se le exigía que añadiera apelaciones a las falsas deidades.
Al mismo tiempo las amenazas para aquel que quisiera permanecer fiel al judaísmo se convertían en realidad, y muchos justos, puros e inocentes eran masacrados por el sanguinario tirano sediento de sangre y temeroso del poder espiritual de los hijos que ama el Todopoderoso.
(Cualquier similitud con las barbaridades y atropellos cometidos por la Santa Iglesia contra Israel durante buena parte de la Edad Media, y con la calamidad de los falsos-judíos-mesiánicos de la actualidad: no es mera coincidencia).

Entre los hijos de Israel surgían diversos artilugios para esquivar la saña asesina del idólatra.
Y entonces estudiaban en secreto; se congregaban en total privacidad; circuncidaban a sus hijos en el más absoluto ocultamiento; en resumen, si bien temían revelar su identidad con empeño y entereza la mantenían vital y constructiva.
Es aquí cuando surge la lectura de la Haftará.
Como habíamos dicho, la lectura pública de Torá (esa que se hace lunes, jueves y dos veces en Shabbat; además de las festividades) quedó prohibida so pena de muerte de todos los presentes. Como no podían cumplir con el mandamiento de su lectura cada Shabbat, decidieron que mientras las penurias continuaran, ellos tendrían una lectura alternativa. En lugar de leer públicamente la sección de Torá que correspondía a ese día, leerían un párrafo breve de alguno de los libros de los Profetas que guardara alguna relación con el tema o tono de la sección de Torá omitida (o de la fecha, por ejemplo en el período que gira en torno al 9 de Av las lecturas de los profetas remiten al consuelo de la nación dolida).
(Así por ejemplo, el Shabbat que se hubiera leído en la Torá acerca de la edad avanzada de Avraham y las bendiciones que había recibido, se leía la Haftará del libro de los Profetas que narraba acerca de la edad avanzada del rey David.)
Esta virtuosa práctica se mantuvo durante las décadas de sometimiento al tirano, y fue un verdadero bálsamo para las heridas de Israel.

Cuando el tirano idólatra fue expulsado de la patria, cuando las garantías y derechos volvieron a las calles y a las vidas de las personas, inmediatamente se retomó la milenaria práctica de leer la Torá en público, según su orden.
En esas condiciones parecería que la lectura de la Haftará fuera desechable, pues fue una necesidad del momento. Pero se llegó al consenso de que se mantendría esta práctica surgida como salvadora en el tiempo del desastre nacional; y que a partir de ese momento la lectura de la sección profética acompañaría a la lectura pública de la Torá en cada Shabbat, ayuno o festividad.

Ésta es la historia condensada de la lectura de la Haftará.

El maftir es la lectura de unos pocos versículos de la Torá que ha sido leído (o de la porción que corresponde a la festividad en particular) y que se leen públicamente por kevod haTorá -respeto a la Torá-; ya que si el judío que fue honrado con la lectura de la Haftará procediera directamente a la misma, parecería como si rebajara el valor de la Torá en relación a los libros proféticos.
A la persona que se le da el honor de bendecir la Torá cuando es leída la porción el maftir, y que luego pronunciará la Haftará se le conoce como el maftir.

Pasemos a lo que usted dice de pedir el honor de ser el maftir.
Surgió del pueblo el especial interés por tener el honor de subir a la lectura de Torá como tercero, sexto o maftir.
Sin embargo, el Talmud (Meguilá 23a) claramente indica que el maftir, si bien es de honor subir a la misma, no es precisamente la aliá -llamada a la Torá- más honorable, ya que hasta un menor (que aún no ha cumplido sus 13 años y un día) puede decirla y además, no se considera como obligatoria la lectura del maftir (a diferencia del resto de las porciones que son leídas obligatoriamente ese día en la Torá).
Para compensar esto, se suele dar el honor al maftir de que sea el shaliaj tzibur -oficiante- del musaf -rezo complementario en Shabbat y festividades-.
Quizás es por esto que la gente pide el honor de ser maftir, para luego tener la oportunidad de ser el oficiante, y así actuar por un rato como representante de su congregación ante el Eterno.

La otra razón que se me ocurre para este anhelo por ser maftir, es que como concluye la sección de lectura de Tora de ese día, se la siente como más importante (aunque halájicamente sabemos que no lo es), como la más esperada.
Es decir, un anhelo que nace del sentimiento puro de la persona por agradar al Eterno con aquello que es apropiado y que cree en su corazón que es mejor.

El Tur nos da una razón diferente, y que se relaciona con la creencia de que el recitado de la Haftará, tal como del Kaddish, sirven como méritos por el espíritu del familiar fallecido.

Por último, existe otra razón, tristemente hay que reconocerla. Si indaga entre los que piden el honor de ser maftir por sus razones o motivos para tal pedido, encontrará que ni ellos tienen idea...

Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de bendición, no olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte canaliza Su bondad a través de la colaboración económica de los lectores.
No cierre su mano, y abra su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.

 Yehuda Ribco

comentario@serjudio.com?subject=Rap1939


Inicio | Arriba | Más Respuestas | Reglas para los e-mail