Shalom.
Gracias por participar.
Mi infierno, mi paraíso
Para comenzar, debo reconocer la excelente deducción que expresa con las
palabras: "...el "infierno" por así nombrarlo que se les ocasionó a causa
de su transgresión y desobediencia hacia lo que Dios había ordenado."
¡Esa precisamente es la más apropiada definición del infierno!
Infierno (tal como paraíso tras de la muerte) es: la
cosecha de los propios frutos sembrados y abonados en vida.
(Sobre este tema ya hemos escrito en numerosas ocasiones en esta sección).
No todo lo que ha sido revelado fue
puesto por escrito en el rollo de Torá
Por otra parte, estimado amigo mío, le ruego que tenga cuidado en sus
estudios de Torá, y muy especialmente en los primeros capítulos de la misma
(que son absolutamente oscuros y adrede han sido velados por
el Autor).
Ya que:
-
no es correcto que todo lo creado esté
descrito y detallado en sus tres primeros capítulos.
¿Acaso está mencionada la misma Torá como obra de Dios en esos párrafos?
¿Acaso se puede leer acerca del precepto, de por ejemplo, Tefilín?
¿Acaso Dios asienta por escrito todas las especies, elementos, átomos por Él
creados en los comienzos de todo?
-
Y además, no olvide que la Torá escrita es
algo así como un 5% de lo que la Torá completa es, por lo cual, muchas veces
no encontrará explicitado lo que sí aparece ilustrado en la Torá oral.
Por tanto, le pido encarecidamente que no
apresure sus conclusiones, y que continúe esforzándose por estudiar con
rectitud y entereza y sin avergonzarse por consultar con aquellos que por el
momento estén un poquito más instruidos sobre el tema.
Ejemplo de teshuvá en Adam
Ahora pasemos al tema central de su misiva: la teshuvá, el sincero
arrepentimiento para recobrar el equilibrio trastornado a causa del error o
del pecado.
El Tanaj no es un libro de historia, tampoco
de ciencias; sino que es lo que el Eterno revela como guía para reconocerLo
y adherirse a Él.
Es algo así como un mapa muy complejo, que señala la meta a alcanzar
(fidelidad a Dios) y traza las rutas idóneas que
llevan a la misma (básicamente, estudio de Torá y
cumplimiento de los preceptos).
En este mapa también se marca el modo para retornar a la senda que es
correcta, pues aparece indicado el proceso de la teshuvá.
Su primer mojón aparece con la primera trasgresión, con la desobediencia de
Adam.
Pero, antes de reconocerlo in situ, le pido que recordemos muy brevemente la
descripción que hace Maimónides (Mishné Torá, Hiljot Teshuvá
2:2) de la teshuvá (ya hemos escrito in extenso
sobre esto, por lo que le pido que
lea por
ejemplo aquí).
Cuenta tres pasos:
-
Reconocer intelectualmente que uno a cometido un pecado.
-
Confesar en voz alta el reconocimiento del pecado, dando pie así a la
expresión emocional del mismo. (La confesión es ante sí mismo
y ante Dios, no ante un humano confesor que puede estar presente o no, pero
es irrelevante).
-
Comprometerse a no incurrir nuevamente en tal acción equívoca.
Retornemos a Adam y Javá/Eva.
Ellos fueron comisionados por Dios con un mandamiento negativo: no comer del
fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Tras de haber comido de lo que tenían prohibido, ¿qué acontece?
"Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se
dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y
se hicieron ceñidores."
(Bereshit / Génesis 3:7)
Lo primero, el reconocimiento de la humana
desvalidez, mortalidad, debilidad.
Luego, la sensación de que algo no anda bien.
Un poco más adelante, el ocultamiento del prójimo producto de la vergüenza y
el temor.
Fue cuestión de pocos segundos, y el mundo pareció acabarse para ellos.
Y entonces:
"... oyeron la voz del Eterno Elokim que se
paseaba en el jardín en el fresco del día, el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia del Eterno Elokim entre los árboles del jardín."
(Bereshit / Génesis 3:8)
También se produjo la reacción de esconderse
de Dios, y de paso, huyeron de que cada uno confrontara críticamente sus
acciones y tuviera la entereza de reconocer su error.
¡Quisieron escapar y esconderse de sí mismos!
¿Por qué?
Pues, porqué sentían que algo en ellos, y entre ellos, se había quebrado.
Ya el Edén no era el mismo para ellos, pues ellos habían cambiado.
Y el misericordioso Eterno quiere el retorno,
la teshuvá, del que ha pecado, y no su aniquilación o castigo, por lo
cual:
"el Eterno Elokim llamó al hombre y le
preguntó: -¿Dónde estás tú?"
(Bereshit / Génesis 3:9)
Dios sabía perfectamente el lugar físico,
también el nivel espiritual del hombre, entonces, ¿a qué viene su pregunta?
Pues, es una pregunta que no espera una respuesta en palabras, sino una
reacción interior que se expresa en hechos concretos.
¿Dónde estás?
¿Cuál ha sido tu pecado, tu error, tu desvío?
¿Dónde está en relación a la senda de la corrección?
Fíjate dónde estás, así sabrás hacia dónde debes dirigirte...
Confiesa tu error y ponte a trabajar para enmendar lo que has desarmonizado
con tu craso proceder.
Comprométete con el proceso de teshuvá.
Todo esto, y más, se encierra en la singular palabra ¿Aieka? -¿Dónde
estás?
Pero, Adam no asumió su responsabilidad, no se
hizo cargo de su conducta extraviada.
Por el contrario, acusó a la mujer, e indirectamente al mismo Dios, de
haberlo inducido al pecado.
Adam, tuvo la oportunidad de reconciliarse con el Eterno, consigo mismo y
con el mundo; pero, Adam prefirió la excusa, la careta, la mentira, el
proyectar en el otro su propia oscuridad.
Adam rechazó el ofrecimiento piadoso que Dios le hacía de retornar al
equilibrio, de enmendarse mediante la teshuvá.
¿Quién sabe?
Quizás ese fue un error mayor al cometido por comer del fruto del árbol
prohibido... ¿quién sabe?
Quizás la terquedad de aferrarse a la propia virtud, que es falsa mientras
no se desecha el pecado, es una rebeldía mayor que el pecado inicial...
Entonces, el Eterno se dirigió a la mujer:
"...¿Por qué has hecho esto?..."
(Bereshit / Génesis 3:13)
Ahora Él apela directamente a que el pecador
confiese su pecado.
Que indague en sí mismo para descubrir el pecado, y más importante aún, lo
que lo llevo a pecar.
Dios ofreció nuevamente la vía misericordiosa, pero la mujer también
prefirió achacar los males al extraño, al otro, en este caso a Serpiente.
Fue cuando el Eterno procedió con Su parámetro
de midá kenegued midá, medida por medida, que es el modo más
doloroso de recobrar el equilibrio que ha sido perturbado.
El camino menos tortuoso es el de la teshuvá, pero, cuando el pecador
lo desecha... ya el universo se encarga de que el equilibrio sea retomado,
por lo cual, el pecador y su entorno suelen sufrir las lógicas consecuencias
por sus acciones.
¿Quién sabe?
Quizás hoy estaríamos en Edén si Adam y Javá hubieran admitido sus
falencias, y procurado andar por el camino de la teshuvá...
Evidentemente que Adam y Javá no son los paradigmas de la teshuvá,
pero sí nos permiten reconocer que ya desde la primera trasgresión el Eterno
ofrece la opción del arrepentimiento sincero para el pecador.
Ahora bien, ¿cuándo retornaremos a un mundo
que sea un retorno a Edén?
Pues, cuando dejemos de escondernos de Dios, de nuestras conciencias y del
justo reclamo del prójimo.
Mientras mantengamos viva la actitud de nuestro primer padre Adam, y
rehusemos el camino de la teshuvá, ¿cómo no continuar viviendo
en este infierno terrenal, donde cosechamos las amargas hojas que hemos
plantado?
Un midrash (Bereshit Rabbá 22:13)
Caín en parte confiesa su crimen de haber asesinado a su hermano.
Y recibe el justo veredicto por parte del Eterno, quien tomó en
consideración los atenuantes del caso, así como el arrepentimiento parcial
de Caín.
Luego de la sentencia, Caín parte hacia su nuevo destino y en el camino se
topa con su padre, Adam, quien le pregunta: '¿Cómo ha marchado tu caso?'
Caín le responde: 'Me arrepentí y Dios me perdonó'.
Entonces Adam se larga a llorar y golpeándose el rostro exclama: 'Yo no
acepté tomar del gran poder de la teshuvá'.
Y se levantó y cantó: "Un salmo, un canto para el día de Shabbat. Es bueno
confesar ante el Eterno..." (Tehilim/Salmos 92)
Shabbat, el día de la paz, el día que anuncia
la Era Mesiánica, el día para gozar de los buenos frutos del
arrepentimiento.
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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