Pregunta: Muy estimado y respetado Sr.
Yehuda;
Antes que nada El Eterno le bendiga y que le brinde cada día su especial
Shalom. Soy gentil, de Chile,
...
Ha sido muy provechoso leer sus estudios y respuestas especialmente en
lo referente al Nombre de Dios. Comparto con Ud. que El Nombre es Santo,
que no debemos usarlo vanamente, y que debemos de cuidar de ser
consecuentes con las palabras "Padre" y "Señor".
Leí su comentario de que el mensaje del Eterno de conocer el Nombre es
sólo para el pueblo judío, sin embargo cómo se puede cumplir si se ha
perdido su pronunciamiento en el tiempo? Cuando estaban en uso el
sacrificio expiatorio en el templo de Salomón ¿pronunciaba el Sumo
Sacerdote el Nombre?
Por otra parte, creo sinceramente que esto del
uso del Nombre no es tan
relevante como el guardar sus mandamientos (Deuteronomio 6:1), pues por
su cumplimiento podemos recibir la bendición del Todopoderoso
(Deuteronomio 7:12 al 16).
Otra vez, Shalom.
José C.
País: Chile
(Deben incluir en todos sus mensajes para
nosotros su nombre completo, el nombre de la ciudad y país donde vive) |
Shalom.
Gracias por participar.
No es correcta la afirmación de que se ha
perdido la pronunciación del nombre inefable del Eterno.
El hecho de que la casi totalidad de las personas (judías o
gentiles) desconozca su correcta pronunciación, no significa que no
existen ciertas eminencias que lo preserven en total fidelidad y hermetismo
(secreto).
Llegado el momento adecuado, ya se encargarán los maestros de instruir en lo
que sea menester a las masas sedientas de Verdad. Y cuando sea ese momento,
los discípulos recibirán la buena enseñanza, inalterada e intachable emanada
directamente en Sinaí (y no de la egolatría o la ambición de
algún fanático trasnochado).
Ya lo dijo Dios por medio de su profeta:
"Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi nombre;
por tanto, en aquel día que Yo soy el que habla, ¡aquí estoy!"
(Ieshaiá / Isaías 52:6)
En cuanto a su otra afirmación, de que es
secundario el conocimiento del santo Nombre, en parte podemos aceptar que es
correcta.
Pues, creo que la mayoría no tiene idea de lo qué es un esfingomanómetro
(el aparato para medir la presión arterial), ni cuál es el fundamento
científico detrás de él; pero muchos se sentirán preocupados si la enfermera
o el médico anuncia tras su lectura que andamos con baja o alta presión.
Así pues, podríamos alegremente decir: qué importa si sabemos o no Su
nombre, o cómo pronunciarlo, o qué quiere significar realmente cada
denominación que de Él hace el Tanaj, mientras actuemos tal y como Él nos
exige a cada uno de nosotros (a los gentiles que cumplan 7
mandamientos, a los judíos los 613 mandamientos que aparecen en la Torá).
Por otra parte, sí es importante
no ser rebeldes en cuanto al uso de los nombres del Eterno, ya que hay al
menos un par de mandamientos al respecto. Por lo cual, para no pecar, ni
actuar adversamente al divino Deseo, debemos tener sumo cuidado y respeto,
que están basados en el conocimiento de cuáles son los apropiados nombres
del Eterno, para no abusar de ellos. Por ejemplo, ¿cómo precavernos de no
jurar en vano en Su nombre, si desconocemos cuál es Éste?
Pero, además, quiero recordarle lo que el
profeta dijo:
"El buey conoce a su dueño, y el asno el
pesebre de su amo; pero Israel no conoce; Mi pueblo no entiende."
(Ieshaiá / Isaías 1:3)
¿Acaso es correcto que el súbdito desconozca a
su Señor?
¿Acaso es halagüeño que el hijo ignore a su Padre?
Pues, ¡claro que no!
Por lo cual, el fiel al Eterno debe rechazar darLe nombres que le son
indignos, que le son ajenos; y también debe el fiel procurar alcanzar a dar
cuentas de que es a Él, y solamente a Él, a quien sirve y adora y no a
dioses extraños a la Torá.
Por tanto, si no queremos pecar, ni queremos
ser tan huecos como para adorar vanidades pretendiendo que son Dios, debemos
preguntarnos y responder:
¿Cuál es el Nombre inefable?
El tetragrámaton, I-H-V-H.
¿Cómo se pronuncia?
Mientras no tengamos Templo constituido en
Ierushalaim/Jerusalén, y en tanto no se realicen allí los servicios por Dios
establecidos, la pronunciación es: A-donai, tal como se pronunciaba
incluso en la época del Templo, pero fuera de él.
Entonces, ¿I-H-V-H cuenta con dos pronunciaciones?
Exactamente. Una la desconocida por la mayoría, que recién en la Era
Mesiánica se retomará para uso público. La otra, la milenaria, la
proveniente de la revelación en Sinai, la que acompañó a Israel durante
todas sus peregrinaciones y afincamientos: A-donai.
¿Podemos mencionar este Nombre en balde, desdeñosamente, blasfemar?
Absolutamente no, pues estaríamos mancillando aquello que es
absolutamente santo; rebelándonos contra el Uno y Único.
Para finalizar, le rememoro las palabras
santas:
"En el lugar donde Yo haga que recuerden Mi
Nombre vendré a ti y te bendeciré."
(Shemot / Éxodo 20:21)
El lugar escogido por Dios, es el Templo;
pero, mientras éste no sea reconstruido, en cada oración que se eleva, en
cada lectura correcta de Torá, en cada bendición apropiada que se recuerde
Su nombre, ¡viene la verdadera bendición!
Así pues, apreciado señor, ya sabe el consejo
de la Torá: bendiga en el Nombre del Eterno, en el de nada ni nadie más; y
atraerá bendición. Cumpla con los mandamientos que le corresponden, y hágalo
en honor y servicio a Él, y entonces duplicará la bendición.
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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