Shalom.
Gracias por participar.
Para empezar, no es el Dios judío, ni Dios de
los judíos, sino el Dios de todo el universo. El Dios uno y único, sin
absolutamente nada que se le compare, y que espera la fidelidad, amor y
servicio de de todas Sus criaturas.
Los que Le son fieles, no precisan llamarlo "Dios de los judíos", sino tan
sólo Dios, Padre, Señor, Amigo, Rey, Protector, El que se reveló a Israel,
etc.
Que seamos los judíos COMO PUEBLO los que:
-
(por SU VOLUNTAD)
recibimos Su ÚNICA revelación, y
-
fuimos ordenados para vivir Sus 613
mandamientos, y
-
Él escogió para con el ejemplo enseñemos a los
gentiles acerca de Su existencia irrefutable;
no hace de Dios el Dios de los judíos, sino el
Dios que utiliza a los judíos como nación de guías y sacerdotes.
(Al menos, tal es lo que Él mismo manifestó explícitamente en
el Pentateuco (Shemot / Éxodo 19:5, 6), por lo cual, todo aquel que se
denomina creyente debería conocer este dato elemental).
Por otro lado, denominar a Dios como Dios
judío demuestra una falta de conocimiento de la persona de Dios,
el cual no tiene una nación, ni una religión, ni un cuerpo como para
vivir preceptos, ni alguna imperfección como para que sea perfeccionada por
medio de los mandamientos divinos.
Reitero, no es Dios de los judíos, y mucho menos Dios judío.
Es el Padre que aguarda el abrazo de todos Sus hijos (es
decir, de TODAS las personas).
Es el Rey que exige que Su mando sea lealmente respetado llevado a
cabo (gentiles al cumplir 7 preceptos universales, judíos al
guardar los 613 preceptos).
Es el Clemente, que tolera la torpeza, la ignorancia y el pecado hasta
cierto límite, y que espera con ansia el arrepentimiento del
extraviado. Pasado el límite y no habiendo arrepentimiento, la
torpeza, la ignorancia y el pecado enferman tanto a la persona, que ya no
puede percibir el gozo de la divina Presencia.
Pasemos al segundo punto de su misiva
(a la que le falta saludos al principio y final,
agradecimiento por el tiempo y trabajo que representa leerla y responderla
como corresponde, y además tiene un tono de desafío que no resulta grato
(una cosa es preguntar y ser insistente en el deseo por hallar la verdad,
pero algo distinto es desafiar diciendo: '¿Contestarán mi pregunta?'). Por
lo cual, le ruego que si desea seguir escribiéndonos para recibir respuestas
atenciosas, usted se comporte como corresponde, gracias.).
A diferencia de las religiones que usted menciona, el judaísmo es una forma
de vida y de percibir la realidad que NO busca conversos, ni
arrasa/demuele/destruye/aniquila/desprecia todo aquello que no
piensa/siente/cree/hace como a ellos se les antoja que es verdadero.
(¿Conoce alguna Cruzada, Inquisición, Misión, Guerra Santa,
amenaza de infierno a los no-creyentes que provenga de fuente judía?
Yo no...).
No hay judíos misioneros, ni sustento ideológico/legal como para que existan
judíos extremistas/absolutistas que digan: 'tienes fe en mi Dios, y en
sus enviados, o estás condenado a los peores tormentos por toda la
eternidad'.
El judaísmo enseña y sostiene respecto a los gentiles: 'eres una
persona que en general actúas positivamente, y no estás enmarañado en la
enfermedad de la idolatría; entonces, ¡cómo no habrás de gozar de los bienes
de la vida eterna! Ah... ¿dices que no crees en Dios?... Bueno, no te
preocupes, si continúas siendo una persona de bien quizás encuentres la
respuestas a tus dudas...'
Así pues, no hay necesidad de ir demostrando, u obligando, o forzando, o
engañando a los que no quieren saber nada acerca de la verdad y certeza de
la existencia de Dios, y de lo que El ha manifestado indudablemente en Su
Torá.
A Dios no le agrada que digan que Él se manifiesta en:
-
hogueras públicas (como las de
la Inquisición, o las amenazas de infiernos, o torturas físicas),
-
en revoluciones sangrientas
(como las de las Cruzadas, o las persecuciones contra otras religiones o lo
que se considera herejías, o la Guerra Santa que nació allá por fines del
siglo VI en Arabia),
-
en ideologías fanáticas que destruyen lo que
no consideran sus amigos (como las de los misioneros, o la de
los fanáticos terroristas religiosos, o la de los adoctrinadores en la fe).
Por el contrario, Dios habla en el suave
silencio que todo dice al que tiene oídos y corazón para captarLo
(si no entiende lo que estoy simbolizando, le pido que lea en 1 Melajim / I
Reyes 19:11-13).
Así que, resumiendo:
-
quiere creer, entonces crea.
-
No quiere creer, ¿a quién le importa más que a
usted? ¿A quién afecta más que a usted? (En tanto no tenga
fe en idolatría; en tanto no utilice su descreimiento como excusa para
dañarse o dañar al prójimo).
-
Quiere creer como un niño, entonces crea sin
profundizar.
-
Quiere creer como una persona que se ha
desarrollado, entonces crea argumentando con Dios, y con el resto de los que
Le son fieles a Él.
-
Quiere creer y no cumplir lo que debe cumplir,
entonces es falso que cree.
A pesar de lo mencionado, SÍ hay evidencias de
la existencia de Dios, de ese Dios que los judíos sabemos que existe.
¿Sabe cómo podemos estar tan seguros?
¿No lo sabe?
Bueno, entonces
le recomiendo
que encuentre la respuesta leyendo este texto.
Pero, mientras va descargando el texto, le doy una pista para que piense:
¿sabe la diferencia entre una supuesta revelación personal, y la Revelación
de Dios ante una nación entera?
Espero que pueda percibir el suave llamado que
Dios le está haciendo a usted, así como al resto de Sus criaturas, para
andar por el camino que le corresponde en pos de Él; lejos de la idolatría,
de la falsedad, del pecado, de las deidades de las naciones que son un hueco
en la vida.
Y si Dios no deja de ser una producción imaginaria para usted, bueno, no
desespere y procure igualmente andar por el camino virtuoso y ajeno a la
idolatría.
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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