Claves: Familia, matrimonio,
esposa, esposo, marido, infidelidad, cónyuge, adulterio, mandamiento,
gentil, Noaj, Noé, amante, pareja, sexo, mentira
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Pregunta: Etimado Yehudá
Espero Esté de lo mejor!
En el libro The Seven Colors of the Rainbow, escrito por Rabbi Yirmeyahu
Bindman, dice en la página 62: "El adulterio con la esposa de otro hombre
no es raro, pero su contribución hacia la infelicidad es tan grande como
ningún otro factor en la vida sentimental. La depresión y el aburrimiento
, mucho más que el amor genuino para la mujer, son responsables por el
deseo de abandonar el hogar en secreto y encontrar placer transitorio en
otro lugar. Un esposo quien le permite a su esposa hacer otros contactos
mientras permanece casado con ella no la exime de estar cometiendo
adulterio. El está deliberadamente destruyendo su hogar antes que
"dejando" que se venga abajo alrededor suyo."
Podría usted ahondar un poquito respecto a esto? En particular, ¿qué tal
si se cambian los papeles, es decir, si la esposa es quien le da "ventajas"
a
su marido?
Hashem le bendiga!
En reserva
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Shalom.
Gracias por participar.
El tema del adulterio, o engaño marital, o
parejas abiertas (que son tres modos erróneos de vivir
la sexualidad, de acuerdo a los parámetros supraobjetivos y constantes de la
Torá), es sumamente complejo, extenso y de aristas particulares en
cada caso y situación.
Por tanto, no es prudente emitir opiniones que generalizan en cuanto a
motivos que impulsan a estas experiencias.
Pues, por ejemplo, están:
-
los hastiados de fracasar en su proyecto de
vida al estar involucrados en una amarga convivencia; y/o
-
los faltos de amor propio que buscan
fortalecer su debilidad interna a través de la conquista de afecto externo;
y/o
-
los inmaduros que se enamoran del
primer objeto/persona que se cruza ante su mirada, sin importar realmente
qué o quién es; y/o
-
los que no han consolidado internamente las
bases morales y éticas adecuadas (de acuerdo a la perspectiva
de la Torá), y por lo tanto la farra y la orgía no representa un acto
adverso; y/o
-
los que buscan experimentar nuevas
sensaciones, al no conformarse con lo que han construido, siendo víctimas de
su ambición disfuncional; y/o
-
el auto-desprecio; y/o
-
etcéteras en centenas o miles de
posibilidades.
Lo que pareciera estar siempre presente es: la
falta de compromiso. Compromiso con uno mismo, con el prójimo, con Dios y
con la sociedad.
Incluso en aquellos que mantienen relaciones extramatrimoniales con el
consentimiento de su cónyuge, incluso en los matrimonios de swingers
(que se intercambian con otras parejas).
Pues, tres son los fundamentos que diferencian básicamente el matrimonio de
la amistad entre hombre y mujer:
-
El compromiso de construir un proyecto de vida
en común.
-
La relación sexual exclusiva.
-
La aprobación supra-subjetiva
(Dios, sociedad, ley, clan, etc.)
Cuando alguno de los fundamentos falla, el
matrimonio está en situación tambaleante.
Cuando desde alguno de los miembros de la pareja se fomenta el rompimiento
de la alianza matrimonial (sea por acción propia o de
incentivar al otro, o por omisión, etc.), cualquiera sea la razón que
se use como excusa, se está en presencia de un matrimonio de apariencias;
por lo tanto infiel. (Infidelidad no sólo significa engañar a
otro, sino también a sí mismo).
El estar envuelto en una relación tambaleante,
el sentirse íntimamente infiel: ¿son indicios de una vida saludable,
apacible y feliz?
No, no lo son.
Por tanto, las relaciones adúlteras, entre los muchos males que provoca o
hace aflorar, también es productora de pesadumbre, desasosiego, infelicidad.
En resumen, ni el marido ni la esposa deberían
embarcarse en los riesgosos abrazos extramaritales, bajo ningún concepto.
Más saludable luchar por construir aquello en común, tal como algo los
impulsó a unirse en primera instancia y a sortear los impedimentos en su
camino inicial.
Y, si no encuentran otra salida, tras esforzarse y actuar, existe la alternativa de la
separación/divorcio, que siempre es más beneficioso que la infidelidad.
(Pero, ¡ojo! Aquellos que se divorcian para cimentar una
relación nacida en el adulterio, como el que deja a su mujer por desposar a
la que fuera su amante... ¿qué seguridad aportan a sus vidas, a su pareja?).
Si mi modesto trabajo aquí presentado le ha sido de
bendición, no
olvide que este sitio y su autor se mantienen gracias a Dios, que en parte
canaliza Su bondad a través
de la colaboración económica de
los lectores.
No cierre su mano, y abra
su corazón bondadoso para ser parte de la Obra del Eterno.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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