Lic. Prof. Yehuda Ribco (Iyar 3, 5763 - 5/5/03)

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Claves: Judío, judaísmo, ley, halajá, mandamiento, precepto, religión, nación, soledad, solitario, comunidad, compañía, proceso, conversión, gentil, justo, noájida, rabino

Pregunta:  Estimado Rabino. Antes que nada permitame agradecerle esta´página que nos ilumina bastante acerca de la postura del Judaísmo , de su cultura y tradiciones que, aunque todos podemos observar, pocos pueden entender y aprehender.

Le escribo desde Chile, mi nombre es Elad y aunque no soy judío de nacimiento ni tengo parentezco de madre o de padre, al menos hasta donde yo se, pues nuestros antepasados son españoles y sus apellidos, figuran en las listas de los penitenciados y cremados por la Inquisición.

Yo me siento un poco solitario en cuanto a mi fe, porque fui iniciado en estudios judaicos cuando estudiaba en la Universidad en Santiago de Chile y luego de varios años de preparación y entrevistas con los Rabinos de la época di algunas pruebas de conocimiento y se me declaró tecnicamnete Judío, faltandome,solo la circunsición y la mikveh más la certificación del Rabinato Central, por razones de traslado de residencia y por trabajo al norte del país.

Mi vida siguió casi sin alteraciones pues todos los años venía a la capital y asistía a casi todos los oficios religiosos, uno de los problemas más complicados para mi conversión fue la mujer con la cual me casé, porque no mostraba ningun problema aparente pero cuando nació nuestro primer hijo David no hubo caso de convencerla para que a ambos nos practicaran brit milah y por razones de la lejanía empezamos a distanciarnos de la keilah y al fin sólo quedaba yo y para tranquilidad de mi hogar no insistí más y quedó pendiente definitivamente.

En el transcurso de estos años he acumulado gran cantidad de libros en hebreo y amigos judíos que me los han obsequiado los que me aceptan como uno más. Soy como un exiliado que no tiene una patria donde pueda descansar o donde lo que piensa no sea tomado como herejia. Trato de mantenerme sercano a la fuente, he confeccionado una aron kodesh de madera y copiado una torah de la cual leo todos los viernes "Iom Hashishi...", rezo kadish por mis muertos y confiezo para callado a mi hacedor quien soy.

Mi Pregunta es ¿Qué puedo hacer para regularizar mi situación? Si no tengo los medios, ¿estoy condenado a vivir en una isla? de ser así, aún así le agradezco a Adonai todo lo que he aprendido.

Edgardo A.
País: Chile

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Shalom.
Gracias por escribirme.
NO es conveniente que escriba en cartas, o comunicaciones personales, el nombre del Eterno Adon-ai, pues está incurriendo en una falta de respeto al Eterno.
También le recuerdo que no soy rabino, por tanto es inconveniente que se me asigne tal título.

En cuanto a su interrogante y por lo que describe en su misiva, me parece que mientras la situación material (y especialmente de voluntades) permanezca sin cambos drásticos, lo mejor que puede hacer es vivir la vida que corresponde a un gentil justo, es decir, ser fiel al Eterno por medio de cumplir los mandamientos noájidas.
Este cumplimiento de los siete preceptos para las naciones, más los reglamentos derivados, es la dieta espiritual idónea que Dios les ha reservado a los gentiles, siendo en la mayoría de las ocasiones innecesaria variarla para adoptar la dieta espiritual propia de los judíos.

Cuando el anhelo del gentil justo por servir al Eterno al modo del judaísmo le dificulta vivir armoniosamente, en paz consigo mismo, ningún obstáculo le impedirá concretar y mantener con firmeza su deseo de conversión formal al judaísmo.
Es una cuestión de voluntad llevada a la acción. De hacer lo que se piensa que es mejor para ser hecho sin encontrar pretextos, excusas o razones para no hacerlo.
Esta es la esencia de la temática de la conversión.

Así pues, apreciado señor, le recomiendo que por el beneficio de su espíritu eterno intensifique el cumplimiento de los preceptos que le corresponden legalmente como gentil, y que de inmediato cese de hacer las acciones que son exclusivos mandamientos para judíos.

Y no se preocupe, que si usted cumple con los mandamientos que Dios le ha entregado, tiene patria y tiene una hermosa identidad.
Su patria y compañía es Dios.
Y su identidad es la de ser un fiel siervo e hijo del Eterno.
A mi me parece que ninguna de ambas puede ser considerada como de poca distinción, ¿no es así?

Y si siente que está en una isla, sin acompañantes humanos en su senda de vida, ¿por qué no le cuenta a sus allegados del placer de servir a Dios al modo de los gentiles justos? ¿Por qué no atraer a las personas de su cercanía al seno del Eterno y Padre de todos?
Y a aquellos que piensan que es una herejía la forma de vida del gentil fiel a Dios, ¿no le parece mejor que si vale la pena les explique las bondades de este sendero, en comparación a la maldición de pertenecer a religiones abominables que adoran humanos como si fueran dioses?

Este es mi mejor consejo para regularizar la situación que me ha descrito en su misiva.
Espero que tenga éxito en su senda, y que perciba la Luz eterna en sus días.

Antes de despedirme, un recordatorio: ¿Ya ha colaborado con nuestra tarea sagrada?

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.

 Yehuda Ribco

E-mail: comentario@serjudio.com?subject=Rap2222

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