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Shalom,
gracias por escribirme.
Respuestas en su orden:
1-
Primero: los seres humanos somos responsables de nuestras acciones, para
bien o para mal (a no ser que alguna enfermedad quite a la
persona la posibilidad de dominarse).
Segundo: Dios no le ha dado la potestad a su
siervo Satán para usar a las personas.
Tercero: en la historia hubo muchos Mesías
y también hubo muchos pretendientes a Mesías (que nunca
resultaron serlo).
Cuarto: Mashiaj/Mesías solamente es sinónimo
para "rey de los judíos".
Tal es el concepto y nada más.
Quinto: El Mashiaj (el rey)
que estamos esperando desde hace unos 2500 años a esta parte no es otro que
el que ocupará el trono de su antecesor David en Jerusalén.
Lo que lo hace especial es que, a pesar de que han pasado decenas de siglos,
no pierden la confianza sus súbditos (los judíos), que
siguen esperando a que sea ungido/coronado y comience a gobernar el reino
judío.
Sexto: Además, en los libros de los profetas
se marcan con meridiana precisión las condiciones particulares que debe
cumplir esta persona que ocupará el trono restaurado de Israel.
Sobre estas profecías verdaderas ya hemos escrito anteriormente, por lo que
le aconsejo que busque en la sección
Mashiaj
los textos correspondientes.
(Ha de darse cuenta que lo que los paganos llaman "profecías
mesiánicas" muy lejos están de serlo).
Verá que se habla explícitamente de un reino restaurado, soberanía política,
independencia económica, paz con los vecinos, reedificación del Templo,
reinauguración de los servicios sagrados en el Templo, respeto y
consideración hacia los judíos, amor a la Torá enseñada por judíos,
exterminio de los pecados, adhesión sin condiciones de los gentiles al reino
judío, entre otras todavía incumplidas profecías verdaderas.
Sexto: sin obviar las profecías, la
legislación judía se encarga muy bien de especificar quién está en
condiciones para ser su rey, quién de hecho lo es, cómo se
corona, desde dónde gobierna, etc.
Las leyes minuciosas, entre otras finalidades, evitan que los pretendientes
no-calificados puedan ser coronados como Mashiaj.
Séptimo: algunos de los pretendientes no
calificados eran personas de bien, que les faltó al menos una de las
características para ser reconocido como rey de los judíos.
Entre los últimos más distinguidos se encuentra el extinto Rebbe Menajem
Mendel Schneerson ztz"l, que fue un serio aspirante a convertirse en el
Mashiaj, pero que por no haber alcanzado a cumplir con todas las
profecías, se deduce que no fue el Mashiaj.
Octavo: como hemos dicho en otra ocasión, en
la misma sección antes mencionada, hubo varios pretendientes totalmente
ineptos para ser siquiera considerados como Mashiaj. Algunos eran rebeldes
desbocados, locos a veces, farsantes otras, políticos resentidos, idealistas
frustrados, caudillos carismáticos, etc.
Conociendo la naturaleza humana, no es extraño mencionar que incluso estos
fracasados tuvieron sus adeptos.
Las más de las veces los adeptos eran personas incultas, ignorantes de las
leyes precisas e indudables que condicionan al Mashiaj.
Solamente basados en esa ignorancia se puede aceptar como válido lo que es
inválido, lo que está descalificado sin remedio, y que además no cuenta con
el imprescindible aval de las autoridades que deben ungir/coronar al rey
judío.
La única anécdota discordante es la acontecida
con el eminente Rabbí Akiva, que alrededor del 130 EC., en su afán por
librarse de la opresión del imperio romano, y en su ferviente deseo de que
los judíos al fin alcancen la paz, postuló a un jefe militar judío
como firme candidato a Mashiaj.
Motivos no le faltaron en su momento al rabino para promover a este guerrero
como Mashiaj, ya que Bar Kojba alcanzó afianzar un reino judío que prometía
crecer y alcanzar estabilidad y prosperidad.
Sin embargo, la fantasía pronto cayó bajo las zarpas romanas.
Y el sabio Rabbí Akiva fue el primero en reconocer su error, y en admitir
que se había apresurado en postular a aquel hombre como firme candidato a
ser coronado.
Afortunadamente los otros sabios de Israel, encargados de avalar la
autoridad del rey, no se dejaron impresionar por la pasión que había puesto
Rabbí Akiva, y apegándose firmemente a las leyes nunca lo declararon
oficialmente como el Mashiaj.
(Gracias a Dios que hay reglas claras y precisas, y hombres
sabios que las conocen y no tiemblan al momento de hacerlas cumplir).
Noveno: el farsante más perverso que pretendió
usurpar el título de Mashiaj, fue el pecador y rebelde conocido como Jesús.
Este personaje no cumplió con NINGUNA de las profecías mesiánicas, y lejos
estaba siquiera de poder ser considerado una persona de bien, a la que fuera
saludable prestar atención.
Sin embargo, lamentablemente un reducido puñado de ignorantes judíos
(vacíos de judaísmo y faltos de amor a Dios) se dejó
embaucar por sus artes y carisma, y se convirtieron en violentos
propagandistas de sus extraviadas y pecadoras ideas.
2-
Hacer caso a lo que los Sabios de Israel (específicamente el
Sanhedrín) dictaminan al respecto, pues son la autoridad que debe
coronar al postulante a Mashiaj en el cargo.
Ellos considerarán al postulante, lo medirán con la precisa regla de las
leyes, lo confrontarán con los hechos (cumplió o no
las profecías), y si TODO cuadra perfectamente, no tardarán en
anunciarlo a viva voz como: ¡He aquí el rey de los judíos, el Mashiaj tan
esperado!
Quedo a sus órdenes.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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