Claves:
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espíritu, emocional, sentimiento, afecto, acción, Pentateuco, Tanaj, Torá, Talmud, Midrash, bíblico, Biblia, Israel,
israelita, hebreo, judío, judaísmo |
Shalom,
gracias por escribirme.
Las respuestas en su orden:
1- Varias pueden ser las definiciones,
permítame darle una que empleamos muchísimo en el trabajo de crecer por
medio de la
Cabalaterapia.
El perdonar auténtico ha de ser considerado como un proceso, por
medio del cual, el que perdona canaliza positivamente energía negativa que
se había acumulado dentro de su sistema vital (sea que esa
energía negativa estuvo presente a causa de faltas propias o ajenas).
Esta canalización saludable, y transformación de lo negativo en positivo, no
solamente tiende a favorecer al que está realizando activamente el proceso
de perdonar, sino que también tiende a favorecer al que está recibiendo el
perdón.
Puesto, que,
el que perdona libera energía negativa que tenía enquistada en su interior y
que lo estaba dañando,
y por si fuera poco,
no la proyecta como negatividad,
sino que ahora ha sido dedicada a alguna finalidad constructiva.
En tanto que al que es perdonado,
le es reintegrada la energía que derrochó en forma de ataque
(corporal, verbal, moral, intelectual, etc.),
pero,
la energía reintegrada, en lugar de ser destructiva como cuando fue emitida,
es recibida ahora como carga constructiva,
lo que tiende a promover también en el que es perdonado
un movimiento de superación personal.
En resumen,
perdonar es actuar con la intención de hallar el equilibrio que fuera
trastocado por un acto nocivo (propio o ajeno),
por medio de limpiar el sistema vital de focos enquistados de energía
negativa,
cultivando fines constructivos,
y ayudando al ofensor a que halle también él su camino al equilibrio.
Debe quedar claro,
que el auténtico perdón se debe fundamentar en principio en la justicia,
y recién posteriormente en la misericordia,
puesto que la misericordia apartada de la justicia, siempre termina
perjudicando.
Esto significa, en parte,
que es saludable perdonar una ofensa que hemos recibido,
en tanto y en cuanto
ANTES se haya procedido a establecer lo que las leyes determinan al respecto
de la ofensa.
Para que se entienda esto, le daré un breve ejemplo.
Si una persona me ha robado,
yo no tengo derecho a perdonarlo si antes no se ha procedido a
juzgarlo de acuerdo a lo que las leyes especifican, y tras de que esa
persona haya sido sentenciada y recibido su pena,
recién entonces se puede perdonarlo.
Dar la otra mejilla, cuando hay leyes de por medio, es una
desvergüenza, un atentado contra las bases de la justicia y la verdad, y un
sendero para la inmoralidad.
¿Esto significa que la persona que ha sufrido
un ataque penado por la ley, no se puede desembarazar de la energía negativa
enquistada en su interior a causa de ese ataque, hasta que no se condene al
atacante?
La respuesta es, me parece, obvia.
¡Claro que puede!
¡Claro que se puede canalizar la energía negativa para convertirla en
efectos positivos!
Hay modos de hacerlo,
y ninguno de ellos implica el perdonar al ofensor que no ha sido
ajusticiado.
Veamos cómo ha sido puesta como norma legal
esta filosofía de vida:
"...Las
transgresiones cometidas por un hombre contra su prójimo, como es el caso de
quien golpea a su prójimo, o lo maldice o lo despoja; éstas jamás le son
perdonadas hasta que dé a su prójimo todo lo que le debe y se reconcilie con
él. No basta con que le devuelva el dinero que le debe, sino que está
obligado a reconciliarse con él y pedirle que lo perdone. Incluso si no hizo
más que mortificar al prójimo con sus palabras, debe disculparse e insistir
hasta que le perdone. Y si el prójimo no quiere perdonarlo, deberá traer
tres personas que le pidan perdón. Y si no lo perdona, deberá hacer lo mismo
dos y tres veces, Y si el ofendido no quiere perdonarlo, lo deja así, y
quien no perdonó, es el quién carga con la transgresión."
(Maimónides, Hiljot Teshuvá 2:9)
2- Debe entender, mi apreciado señor, que
"odio" y "no-perdonar" son cosas diferentes.
El odio es una pasión, irracional, agotadora, enfermiza y enfermante.
El no-perdonar puede ser,
positivo,
cuando es un momento de espera hasta que se establezca lo que es justo
(tal como le explique más arriba);
o, negativo,
cuando es una muestra constante de la inestabilidad emocional que lo
provoca.
Ahora bien, yendo a su pregunta,
es malo siempre odiar.
Sea odiar al que nos ha dañado,
sea odiar al inocente que detestamos irracionalmente y enfermizamente.
¿Por qué es nocivo el odiar?
Pues:
-
Porque es despreciar la orden de Dios, que
prohíbe hacerlo.
-
Porque odiar es una conducta por completo
falta de armonía, que solamente sirve para dañar (al que
odia, y al odiado), y para nada más.
3- Cumpla con los Siete Mandamientos para las
naciones, más sus normativas derivadas.
Y sea estrictamente respetuoso de las leyes (no idolátricas o
inmorales) de su país.
De este modo, está yendo por la senda de la vida, la verdad, el juicio y la
justicia.
(Claro está, nunca viene mal recibir orientación precisa por medio de
sesiones personales de
Cabalaterapia online).
Quedo a sus órdenes por cualquier consulta o duda.
Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le
son fieles servidores,
y que
sepamos construir Shalom, Iebarejejá H'.
Yehuda Ribco
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