Shalom,
"¡Bendito el que viene en el nombre del
Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por escribir su interesante pregunta.
Ante todo, es Hashem no Jashem, es Beit
HaMikdash no Jamikhdach, es haMelej y no Jamelej.
Es prudente escribir en el idioma que usted comprende y sabe emplear, pues
finalmente puede usted estar diciendo algo inconveniente. ¿No le parece?
O en todo caso utilice la grafía correcta.
Pasemos a las respuestas.
El rey tenía todo preparado para el comienzo de obras, el plano, el dinero,
los técnicos, los elementos para la edificación, absolutamente todo,
solamente le faltaba la habilitación por parte de Dios.
El Eterno denegó al rey David la construcción del Templo en Ierushalaim.
Han sido varias las respuestas para intentar descubrir el motivo detrás de
esto.
1- Es comúnmente mencionado que David no era
el indicado para la construcción del santo Templo, pues sus manos estaban
manchadas de sangre.
Esta respuesta la aprendemos del siguiente pasaje:
"David dijo a
Salomón: 'Hijo mío, he tenido en mi corazón el anhelo de edificar una
casa al nombre del Eterno mi Elokim; pero vino a mí la palabra del
Eterno, diciendo: 'Tú has derramado mucha sangre y has llevado a cabo
grandes guerras. No edificarás una casa a Mi nombre, porque has
derramado delante de Mí mucha sangre en la tierra.
Pero he aquí, te nacerá un hijo que será un hombre pacífico, y Yo le
daré reposo de todos sus enemigos de alrededor. Ciertamente su nombre
será Salomón, y en sus días Yo daré paz y tranquilidad a Israel.
Él edificará una casa a Mi nombre. Él será para Mí, hijo; y Yo seré para
él, padre. Y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.'
Ahora pues, hijo mío, el Eterno sea contigo. Sé prosperado y edifica la
casa del Eterno tu Elokim, como Él ha hablado de ti."
(1 Divrei Haiamim / I Crónicas 22:7-11)
Sin embargo, todos los muertos por David eran merecedores de la muerte, o
criminales que fueron ajusticiados, o enemigos de Dios e Israel, o personas
que habían faltado al rey y por tanto se hicieron meritorios de la pena
capital. Sus guerras no fueron por placer o afán de conquista imperialista,
sino en defensa de su nación y por orden del Eterno.
Por otra parte el rey Salomón también tenía sangre en sus manos, mando
ajusticiar a Shimí, a Iohav, a su propio hermano Adoniá. No estaban tan
castas sus manos de sangre.
Y si alguien argumentara que estos fueron muertos de acuerdo a la ley, lo
mismo se debe decir de los que murieron por David.
En resumen, la clásica respuesta de "David tenía sangre en sus manos", no
respondería por completo el motivo por el cual David no fue autorizado a la
construcción del Templo.
Pero, si tomamos en consideración que David
era un guerrero, en tanto que Salomón era un estadista, entonces se
comprende que las "manos manchadas de sangre" de David se refieren a su modo
de ser combatiente, que no condice con el espíritu de paz del santo Templo.
Tal como el hierro no debía ser usado en la edificación del Templo, pues era
empleado para la guerra (Shemot / Éxodo 20:22); una persona habituada a la
espada, no debía ser la encargada de su construcción.
2- Se responde a veces que Salomón provenía de
una cuna más noble que su padre David, por tanto dignificaba más que fuera
él el responsable por la edificación del Templo.
Sin embargo, David vivió y murió como leal al Eterno todos los días de su
vida, en tanto que Salomón a su edad adulta permitió que la idolatría
proliferara en su país, y en su propio hogar.
Por tanto, David sería más digno constructor
del Templo que Salomón.
3- Otra respuesta: en época de David aún no
era el tiempo para el Templo (Vea el versículo 10).
Cada cosa tiene su tiempo debajo del sol, la edificación del Templo también.
De no haber estado reservado el momento para su erección, ya se habría
edificado antes de David.
De paso, por este mismo motivo todavía no gozamos con la presencia del
Tercer Templo, pues aún no es llegado el tiempo propicio para regocijarse de
su bendición.
4- Si el Templo lo hubiera erigido el rey
David, no hubiera sido jamás destruido por los enemigos de Israel, a causa
del amor que el Eterno tenía por David (Vea el versículo 9).
El Eterno le dijo lo siguiente a David: ¿Qué prefieres en caso de que un
pueblo extraño derrote a Israel a causa de sus propias fallas: que ellos, tu
pueblo, sean exterminados en masa o que el Templo en Mi nombre sea
destruido?
David por supuesto dijo que prefería que el Templo fuera destruido.
Entonces el Eterno le dijo: Lo construirá pues tu hijo, quien no será tan
íntegro en tu amor hacia Mí como lo eres tú.
Y así aconteció.
5- David ya había recibido infinidad de
bendiciones y dones de parte del Eterno.
¿Acaso debiera él también recibir el honor de ser el constructor del Templo?
Su porción de bien ya estaba satisfecha, era ocasión para compartir el bien
con otros. Que otro fuera el bendito que emprendiera la obra de construir Su
Templo.
Por último, preste atención:
"Cántico para la
dedicación del templo de David"
(Tehilim / Salmos 30:1)
El Templo fue construido por el rey Salomón,
sin embargo se lo llamaba en nombre del rey David.
Fuentes: 2 Shemuel / II Samuel 7; 1 Divrei
Haiamim / I Crónicas 17; Abarbanel in situ; Midrash Tehilim 62:4.
Si le quedan dudas, hágalas llegar.
Iebarejejá H' - Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom |