Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tishrei |
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Prestemos atención, por favor a esta breve lista:
Festividad | Comida típica u obligatoria |
Rosh HaShaná | Manzana con miel, cabeza de pescado, entre otas |
Iom Kippur | No se come ni bebe |
Sucot | ---- |
Janucá | Latkes (pasteles de papa), sufganiot (bollos) |
Tu BiShevat | Frutos de Israel |
Purim | Orejas de Amán, se regalan alimentos a los amigos |
Pesaj | Matzá, maror (hierbas amargas), vino, entre otras |
Shavuot | Comidas lácteas |
¿Qué es lo que nos llama la atención?
Pues, que en casi todas las festividades de Israel,
sea la Torá, los Sabios o el Pueblo han estipulado tal o cual comida o bebida
que se identifica con la ocasión.
Una sola es la excepción: Sucot.
La Torá no ordena ingerir ningún alimento que sea particular e identificatorio
de esta festividad.
Nuestros Sabios a lo largo de los siglos no han decretado ninguna comida o
bebida para bendecir especialmente dentro de la cabaña prescrita.
Ni siquiera la sabiduría popular ha ensayado pergeñar algún manjar que sea
vinculante a Sucot.
¿Por qué?
¿Por qué esta extraña y milenaria omisión, precisamente en la festividad que ha
sido ordenado que nos regocijemos y alegremos?
¿Acaso no es símbolo de alegría el vino y la carne (según la
Tradición enseña, ver TB Pesajim 109a, ver tambiém Moed Katán 9a)?
¿No debiera ser uno de los leit-motiv de la festividad el pasarlo bien
con derrochones bocados y libaciones?
La respuesta es:
La Torá es sabia.
Los Sabios son muy finos conocedores de la realidad.
El Pueblo santo generalmente no se deja llevar por lo vulgar.
Se reconoció que la dicha suprema de Sucot no pasa
por el gañote rumbo al estomago.
Se reconoce que la alegría está en otra parte,
entremezclada en el texto que reza:
"Celebrarás durante siete días la fiesta de Sucot... Regocíjate en tu fiesta, tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita, el forastero, el huérfano y la viuda que estén en tus ciudades."
(Devarim / Deuteronomio 16:13-14)
La verdadera alegría, esa que no proviene de
afuera, esa que es esencialmente buena,
se encuentra en el compartir con los cercanos (los de la familia),
con los allegados (los que moran o trabajan en el hogar),
con los ajenos y con los que no nos pueden brindar nada a cambio
(el huérfano y la viuda, entre otros desposeídos sociales).
Al estar sentados bajo el techo naturalmente
frágil de la Sucá,
rodeados de débiles paredes que no son una coraza de materialidad,
abrazados por los elementos de la naturaleza y no tanto por los artificios de
nuestro ingenio,
es cuando tenemos la chance de descubrirnos en nuestra esencia,
en nuestra identidad más desprovista de disfraces.
En la época de Sucot,
es cuando tenemos la ocasión de descubrirnos realmente,
de ser caras y no caretas,
de juzgarnos en verdad,
y de presentarnos con honesta sinceridad ante el divino Trono
para recibir el veredicto final respeto al año que comenzó en Sheminí Atzeret.
Sucot es la fecha de la alegría,
y por eso,
la comida y la bebida quedan en segundo plano,
como acompañamiento a lo esencial.
Yehuda Ribco
E-mail: comentario@serjudio.com
©2004
Yehuda Ribco,
Montevideo, Uruguay. ___Queda
terminantemente prohibido el uso de estos textos para fines de idolatría: |