Bereshit, un comienzo sin final

בְּרֵאשִׁ֖ית

Parece que fue ayer cuando leímos y estudiamos acerca de la parashá Bereshit 5776, pero ya estamos nuevamente aquí. Finalizamos en Sheminí Atzeret/Simjat Torá el ciclo anual de lectura pública y lo recomenzamos ahí mismo. Por ello, este shabat corresponde que sea leída en su totalidad la primera parashá del primer libro de la Torá.

Es sabido que nos cuenta del comienzo del universo, aparición de Adam (humanidad), nuestros primeros pasos y tropiezos, la expansión de la especie y finaliza a las puertas de la primera gran catástrofe que provocamos: el Diluvio. Pero ya ésta es historia para la próxima semana. Como ves, siempre podemos ir encadenando las enseñanzas en un estudio sin fin, en un ciclo en forma de espiral, que se repite pero en una fase diferente.

Debemos ser cuidadosos con las explicaciones al respecto del relato en Bereshit (de la Torá en general), pues la intención de la Torá no es presentar verdades científicas, ni tampoco ofrecernos un tratado de historia. Con su crónica de hechos reales, busca revelarnos la Presencia de Hashem en cada lugar y tiempo del universo, pero especialmente en nuestras vidas. Cuando vamos tomando conciencia de esta realidad, nos compenetramos con Su Voluntad y por ello anhelamos conocer Sus mandamientos, aquellos que nos corresponde, para entonces cumplirlos.

Recordemos que la correcta traducción de la voz Torá es instrucción, enseñanza, ORAÁ; de la misma raíz gramatical que morá, maestra. El maestro/a es la persona capacitada para mostrar al alumno aquello que le es adecuado para su crecimiento, en el área que sea. La tarea del maestro es mostrar, la del estudiante mirar, aprender, desaprender, etc.

La de la Torá es una sabiduría de origen celestial que nos ayuda a encontrar nuestra mejor personalidad, desarrollar nuestro potencial al máximo de sus posibilidades. Cada cual de acuerdo a su esencia, en vista de sus circunstancias, tomando en consideración sus limitaciones y posibilidades. Lo importante es estar en el trabajo constante, habitual, de pulir nuestra existencia.
No se trata de contar cuentitos ya aburridos, de tantas repeticiones.
Ni de inventar interpretaciones novedosas, para mantener el interés.
Tampoco de aprenderse de memoria las enseñanzas de los Sabios, ni siquiera de cumplir como un robot los mandamientos.
Más bien es encontrar aquella porción del mensaje que resuena en nuestro ser, que nos hace vibrar positivamente, que nos vivifica y nos lleva a declarar nuestra convicción de enlazar los Cielos con la tierra a través de palabras pero especialmente de actos.

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Delallel

Comienzos que duelen. Comienzos que ayudan. Comienzos que acaban antes de siquiera partir.
Algunos, que llenan de dicha a quien lo toma o quién sabe, serán parte de un pasado que nunca nos dejará, pero que nos permitirá crecer y ser mejores.
Gracias, por este nuevo proceso. A Hashem y a quienes hacen posible que podamos ser parte de esta inmensa espiral.

Shaul Ben Abraham

Estaba pensando en una asunto meramente gramatical sobre Bereshit y me preguntaba si el prefijo Be, que se puede entender como “en, junto a, entre, con, por medio de, cuando, al” se puede entender como un caso locativo y no meramente temporal (como cuando se interpreta que se refiere al origen de los tiempos) o instrumental (como cuando se entiende be entanto que “con”, como al traducir “Con el principio”). Entenderlo locativa mente implicaria entender el pasaje como “En el principio”, es decir “dentro del principio”, “al interior del principio”, como cuando se dice belibó (en su corazón), lo que… Read more »

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