Shabbat 22 Iyar, 5763 - 24/5/03 //
Esta semana festejamos Lag BaOmer.
Comentario de la Parashá Bejukotai:
La sed y el agua
Esta semana corresponde leer la parashá
llamada Bejukotai ("En mis decretos") que es la
décima y última
del tercer tomo de la Torá, el
sefer Vaikrá, conocido en español como "Levítico".
La parashá Bejukotai consiste
principalmente en un fuerte llamado de atención a la nación judía para que
mantenga firmemente al cumplimiento de los preceptos de la Torá, de modo de
preservar en estado saludable la alianza eterna que existe entre Dios e
Israel.
Si bien esta alianza, sellada entre Dios y los judíos en Sinaí un Shavuot de
hace unos 3300, es a perpetuidad, inquebrantable, insustituible, Dios nos da
en las breves líneas de esta sección varios motivos y razones para serLe
fieles, de la única manera posible, que es cumpliendo con Sus mandamientos.
Y así nos específica que acatando las obligaciones que Él nos impone,
seremos benditos, gozaremos de abundancia económica, estaremos con
tranquilidad de espíritu, seguros en una nación en paz, satisfechos con
prosperidad material, rodeados de una cariñosa y estimulante familia,
creciendo con el Beit Hamikdash en funciones, etc.
Y nos dice también muy claramente acerca de los dolorosos castigos que
sobrevendrían si es que las personas prefieren hacer lo que su corazón les
indica y así se apartan de lo que es el exacto y sano mandamiento de la
Torá. Realmente, son tan pesados los castigos para los que desobedecen las
reglas de la Torá, que ya se sufre con el simple hecho de leerlos tal como
los enumera nuestra parashá.
Sin embargo, no es para obtener recompensas,
ni por temor al castigo, el primer fundamento para obligarse uno mismo a ser
una persona correcta a ojos de Dios.
Sino, que el principio lo podemos hallar en las palabras del amado rey de
Israel:
"Se consume mi alma por anhelar Tus
preceptos en todo tiempo"
(Tehilim / Salmos 119:20)
Así que, hay algo más importante que cualquier
promesa de castigo o premio, para ser fiel a Dios.
Hay algo en el alma judía reclama incesantemente por perfeccionarse, por
crecer, por ayudar a desarrollar justamente al prójimo, por sostener con
integridad a la sociedad, por alcanzar las mayores alturas espirituales.
Algo en el alma judía anhela naturalmente a Dios.
Algo en el alma judía está sediento de Dios, y busca el refresco correcto.
Y esa santa sed se sacia únicamente con Torá y adecuado cumplimiento de
mandamientos.
Cada paso que nos aleja de Torá y mitzvot, es una gota más de sed que
soportar... cada paso en el sendero correcto, es más valioso que el oro y
las joyas.
¡Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco
Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
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Relato
Envuelto por el desierto, el príncipe
perdido va desfalleciendo de desesperanza, de hambre y sed.
Hace como dos días que perdió el rumbo, y las pocas provisiones que tenía
consigo desaparecieron casi sin advertirlo. Había estado de excursión cuando
se extravió por distraerse y perder de vista al guía.
Y ahora, no sabe bien adónde dirigirse, pues no encuentra un camino de
referencia, ni señales que le conduzcan con precisión.
Tampoco recuerda las viejas lecciones del rey, su padre, quien le enseñara
los rudimentos astronómicos que sirven para determinar la posición y el
curso. En su tiempo desechó estas enseñanzas, por considerarlas tontas y
faltas de provecho... y ahora, ¡cuánto lo lamentaba!
En su cansancio mortal dudaba si mantener
su pesado paso sin rumbo, o dejarse caer y esperar el final.
Imprevistamente, cuando el calor se le hacía más insoportable, y la sed
consumía sus últimas energía, una avioneta planeó suavemente para aterrizar
unos cientos de metros más adelante.
Exhausto pero con ánimos corrió al encuentro de esta providencial salvación.
Sorprendido descubrió que el piloto era su
padre.
Pero, sin tiempo ni energías como para sorpresas o saludos, con urgencia le
rogó por agua.
Y como toda respuesta escuchó: "¿Cómo es esto príncipe? Hasta hace un par de
días despreciabas el agua, porque decías que los príncipes nacieron para
beber solamente bebidas refinadas y sabrosas. Decías que el agua era para
las bestias o para las personas de baja condición social ¿Y ahora te
conformas con un poco de agua de una cantimplora caliente?"
Y llorando mientras bebía respondió: "Padre, ahora hasta una gota de esta
agua es para mí más valiosa que cualquier tesoro en la tierra... ¿Podrás
perdonar mis fanfarronadas y enseñarme a ser un verdadero príncipe?"
Preguntas para meditar y profundizar:
-
¿Cómo se puede relacionar este relato con el
comentario que brindamos de la parashá?
-
Lo dicho por el profeta verdadero: "Aunque
se le tenga piedad al impío, no aprende justicia; en tierra de rectitud hace
iniquidad y no considera la majestad del Eterno" (Ieshaiá
/ Isaías 26:10), ¿cómo lo
relacionamos con el relato?
-
¿Por qué la Torá se ha simbolizado
tradicionalmente como "agua de vida"?
-
¿Qué está denunciando el profeta con la frase
de parte de Dios: "Porque dos males ha hecho Mi pueblo: Me han abandonado
a Mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas,
cisternas rotas que no retienen el agua." (Irmiá /
Jeremías 2:13)?
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