Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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Bejukotai > Vaikrá 26:3-27:34 |
Shabbat: Iyar 19, 5765; 28/5/05
Comentario de la Parashá Bejukotai En nuestra parashá leemos acerca de las
terribles y serias consecuencias que suceden al abandono de la Torá por
parte de los judíos.
¿Cuál es la relevancia de esta frase en el contexto de las duras admoniciones contra los pecadores? Tiene una importancia positiva, pues nos
alienta a tomar el modelo de nuestros ancestros, y apartarnos del pecado
para aproximarnos a la Verdad. Pero también tiene una importancia en su
aspecto negativo, pues, si nuestros antecesores fueron tan elevados
espiritualmente, ¿cómo excusar nuestro estado que nos acarrea tantas
calamidades, como las anunciadas en nuestra parashá? No, no nos sirve de excusa el conocer esta historia, y argüir que nosotros no somos como ellos; por el contrario, nos compromete a ser mejores. El Shela explica que la persona debe rendir
cuentas de acuerdo a sus capacidades personales, tanto las realizadas como
las potenciales. Empero, el ietzer hará, nuestra tendencia hacia lo negativo no
nos da respiro. Si no puede debilitar nuestra espiritualidad mediante una
técnica, hábilmente cambiará y usará otra, sin cejar de buscar alcanzar su
meta. Es muy capaz de embaucarnos, haciéndonos creer que somos muy humildes,
y que estamos a un pasito de la perfección. Puede llenarnos la cabeza con
ideas tales como: '¿Para qué te gastas estudiando Torá, si ya has alcanzado
un alto grado de perfeccionamiento? Si vives como una persona justa, ¿para
qué te esmeras por crecer cada día?' Para contrarrestar las artimañas de la tendencia hacia lo negativo, es imprescindible que hagamos un relevamiento correcto de nuestra situación real, es decir, que reconozcamos sin engañarnos en dónde estamos parados, y que sepamos con precisión cuáles son nuestras potencialidades aún no aprovechadas. Cada persona guarda un inmenso potencial
espiritual, que está a la espera de poder desplegarse. Recordemos que cuando una persona muestra un intenso deseo de elevar su nivel espiritual, el Eterno envía Su ayuda para que la persona tenga más chance de conseguir su objetivo. El Eterno quita fuerza a algunos de aquellos defectos que obstaculizan su propósito, de manera tal, que todo judío, en tanto lo desee realmente, puede alcanzar un mayor grado de espiritualidad en este mundo. El punto está en no subestimarse, sino en aprender a reconocer el valor propio, más allá de las apariencias negativas, o de las creencias adversas que nos fueron inculcando a lo largo de nuestra crianza. No podemos dejar de tener en mente otro versículo de la parashá, que nos enseña:
El gran Rashi comenta: "Si
no hay paz, no hay nada". Y cuando esa paz surge por reconocer que dentro de uno existe un inmenso potencial que podría desarrollarse, entonces la persona ha alcanzado un gozo verdadero, un éxito perdurable. ¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco
-Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ. |
Relatos, anécdotas y enseñanzas Primera consulta de la mañana, en mi trabajo como psicólogo, aparece la cucharita de café. Su discurso arranca así: "Mi vida es una miseria. Maldigo el día que salí del horno de fundición. ¿Para qué me fabricaron? ¿Es justa mi vida? Hay que ver, solamente hay que ver... esa petulante cuchara sopera, tan oronda se pasea de la cocina a la sala... de la sala al comedor... y se revuelca en un deleite sin par en esas deliciosas sopas de pollo, en esos suculentos platos de guiso... ¡qué daría yo para tener su destino! ¡Pero no! Mi negro destino es girar como una estúpida sin razón en un diminuto pocillo de fétido café..." Vino a mi consultorio la cuchara sopera, toda consternada se confesó: "Odio a esa ociosa cuchara de oro. Todos la codician, todos la desean, y ella brilla con un fulgor único. Y a mí, ¿a mí qué me queda? Solamente hundirme en esas grasientas sopas... ay como la odio... ¡qué envidia sana! ¡Mire que es envidia sana la mía, eh!..." Al ir cerrándose el día aparece con su
majestuoso paso la cuchara de oro, aquella que estaba en la vitrina como un
fino y encumbrado adorno. Con cansino tono solamente espeta: "Ay, si fuera
por un sólo minuto cucharita de café... ¡cuán feliz sería!..." |
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
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De la Parashá Bejukotai
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©2005
Yehuda Ribco,
Montevideo, Uruguay.
___Queda terminantemente prohibido el uso de estos textos para fines de
idolatría: |