Un
vistazo a la Parashá Emor:
Ubicación:
Emor ("Di") es la
octava parashá del tercer tomo de la Torá, el
sefer Vaikrá, conocido en español como "Levítico".
Temáticas:
Podemos encontrar bien delimitados tres temas en esta parashá, que mantienen
la tónica general del libro Vaikrá, hablando acerca de asuntos relacionados
con el Templo/Santuario (Mikdash / Mishkán), con la
estirpe sacerdotal y con la pureza personal.
Los tres temas medulares de nuestra parashá son, en su orden de aparición:
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Normas y reglamentos destinados a resguardar
la idoneidad de la estirpe sacerdotal.
Estas normas apuntan tanto a lo espiritual como a lo material, ya que el
cohén, como representante de Dios (elegido por Él para tal
función) ha de tratar de mantener constantemente un adecuado estado
de pureza interna y externa.
Entre estos reglamentos se incluyen algunos relativos al tratamiento
personal, a los vínculos familiares y al uso adecuado de los objetos
destinados para los servicios consagrados (objetos tales como
animales para sacrificio, y utensilios para ejecutar las ofrendas).
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Son mencionadas las festividades y fechas centrales del
judaísmo, así como algunas leyes que atañen a ellas. Entre otras cosas,
destacamos:
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La obligación de mantener una constante pureza
en la conducta personal.
Así como no se debe profanar los objetos dedicados a Dios, tampoco puede
mancillarse la propia vida con acciones pecaminosas y contrarias a lo que es
bueno.
Para destacar:
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Dios, en Su perfecta Torá establece que los
judíos seamos una nación santa, para que actuemos como Sus sacerdotes.
Dentro de nuestra nación, Dios ha escogido a una estirpe, a los miembros de
una familia, para que ellos tengan específicamente la función de sacerdotes.
Es decir, Dios ha decidido que los cohanim sean la gente santa,
dentro de la nación santa.
Con el propósito de alcanzar la santidad, Él nos enseña en Su Torá las
virtudes fundamentales, aquellas que son necesarias para ser Sus dignos
representantes.
No es fácil cumplir cabalmente con el rol de representar a Aquel que no
tiene representación, por lo cual, Él nos ha provisto de algunas directivas
muy específicas a lo largo de la Torá, nos ha dado Sus 613 mandamientos.
Todo esta tarea que recae sobre los judíos tiene la clara finalidad de:
"Yo he de ser
santificado en medio de los Hijos de Israel.
Yo soy el Eterno,
el que os santifico"
(Vaikrá / Levítico 22:32)
-
Dios, una y otra vez en su imperecedera Torá nos
reclama:
"Guardad Mis
mandamientos y ponedlos por obra.
Yo soy el Eterno"
(Vaikrá / Levítico 22:31)
Al respecto de esta idea, el Dr. Abraham
Joshua Heschel escribió:
"El sentido de la
vida del hombre consiste en que éste perfeccione el universo. Debe
distinguir, allegar y redimir las centellas de santidad dispersas por la
oscuridad del mundo. Este servicio es el motivo de todos los preceptos y
buenas obras."
(La tierra es del Señor, capítulo 10)
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
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Preguntas y datos para meditar y profundizar:
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Al respecto de los sacrificios, está dicho:
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"El animal ciego, perniquebrado, mutilado,
verrugoso, sarnoso o tiñoso, no lo ofreceréis al Eterno. No pondréis de
ellos una ofrenda quemada sobre el altar del Eterno"
(Vaikrá / Levítico 22:22)
¿Por qué no lo acepta el Eterno?
¿Por qué el animal para ser ofrendado ha de ser perfecto?
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El profeta de la Verdad enfáticamente ha
señalado que:
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"Santo es Israel para el Eterno,
primicia de Su cosecha.
Todos los que le devoran son culpables,
y el mal recaerá sobre ellos,
dice el Eterno."
(Irmiá / Jeremías 2:3)
Explicar el sentido de esta afirmación y dar
ejemplos que lo expliquen.
(Prestar atención especialmente a los tiempos verbales).
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©2004
Yehuda Ribco,
Montevideo, Uruguay.
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