Shabbat: Iyar 3, 5764 <> 24/4/04 -
Domingo y Lunes: Iom HaZicaron y Iom HaAtzmaut.
Comentario de la Parashá -
Metzorá:
Lo que está detrás
(Esta semana corresponde leer la parashá
llamada Tazría ("Conciba") que es la
cuarta del tercer tomo de la Torá, el
sefer Vaikrá, conocido en español como "Levítico", junto a la
parashá llamada Metzorá ("Metzorá") que es la
quinta del mismo libro).
Es un hecho que lejos, muy lejos estamos de
comprender siquiera una milésima parte de los pensamientos de Dios.
Pero, Él nos insta igualmente a que Lo busquemos con nuestra razón, ya que
en Su Nombre se nos dice claramente:
"Buscad al Eterno y Su poder; buscad
continuamente Su rostro.
Acordaos de las maravillas que ha hecho, de Sus prodigios y de los juicios
de Su boca, oh vosotros, descendientes de Avraham [Abraham], Su siervo;
hijos de Iaacov [Jacob], Sus escogidos."
(Tehilim / Salmos 105:4-6)
Por esto,
sabemos que tenemos todo el derecho (y la obligación)
para esforzarnos por penetrar en los motivos y razones de lo qué acontece en
nuestras vidas, en nuestro entorno, en el universo,
de buscar lo que yace detrás de todo lo existente,
que es en definitiva otra manera de decir: de buscar la mano de Dios.
Pero, cuando llegamos al límite de nuestras
capacidades intelectuales,
y ya no hay enseñanza, ni Tradición, ni expertos ni aparatos que nos
habiliten a dar un paso más allá del límite,
es nuestra responsabilidad que aceptemos con humildad nuestra ignorancia.
Debemos confesar de buen grado que hay un infinito que permanecerá por
siempre ignoto para nosotros,
y entonces,
depositar nuestra plena confianza en el Eterno
sin retaceos ni excusas.
(La confianza también está antes de alcanzar el límite
humano, solamente que esa confianza puede estar apoyada en evidencias,
en demostraciones de Su existencia y poder. Al alcanzar el límite de
nuestra capacidad investigadora, lo único que nos queda es la confianza).
Sin embargo,
si no hemos hecho nuestro mayor esfuerzo por comprender Sus caminos,
ni hemos fatigosamente buscado las respuestas racionales a lo que sucede,
entonces,
estamos cayendo en el vicio de la pereza,
de la ignorancia que se disfraza de fanática fe que todo lo acepta, hasta lo
ridículo, hasta lo pecaminoso y trágico.
(Basta mirar un poquito a nuestro costado, y encontraremos
decenas de millones de individuos que depositan su fe en ídolos que en nada
auxilian, y en muchísimo perjudican. Ídolos a los que adoran fanáticamente,
pues la hueca fe con la que se sostienen es un poderoso narcótico que
enceguece y embrutece).
¿Qué en nuestra parashá nos da una idea sobre
esto que estamos enseñando?
Prestemos atención a esta frase:
"Cuando hayáis entrado en la tierra de
Canaán, la cual Yo os doy en posesión, si pongo una mancha de lepra en
alguna casa de la tierra de vuestra posesión...derribarán la casa, y sacarán
sus piedras, su madera y todo el polvo de la casa fuera de la ciudad..."
(Vaikrá / Levítico 14:34, 45)
Se preguntarán qué relación tiene esto con el
tema que estamos tratando.
Porque, ¡realmente!, ¿qué tiene que ver una casa que ha de ser derruida a
causa de una plaga, con buscar a Dios racionalmente hasta el punto que
solamente nos queda la confianza en Él?
Prestemos atención nuevamente, ahora a un
midrash -una enseñanza tradicional de la Torá Oral-:
"Enseñó R. Jiia: 'Es una bendición que la
casa quede marcada por la plaga del Tzaraat?
Enseñó R. Shimón bar Iojai: 'Cuando los canaanitas se enteraron de que
llegaban los israelitas a tomar posesión de la tierra, escondieron todos sus
objetos de valor debajo de los pisos, en cámaras secretas en las paredes, en
pozos en los prados.
Entonces dijo Dios: "Yo prometí a los patriarcas que sus descendientes
heredarían una tierra llena de riquezas, por tanto cumpliré Mi promesa".
¿Qué hizo el Todopoderoso?
Envío la plaga de Tzaraat a casas, hasta que finalmente hay que destruirlas,
y allí escondido se halla el tesoro'".
(Vaikrá Rabá 17:6)
En un breve resumen: por nuestros propios
medios, no tenemos cómo saber realmente lo que está escondido detrás de lo
que acontece en el mundo. Cuando pensamos que estamos gozando de una
bendición, quizás estamos en verdad cayendo en un abismo. Y cuando sufrimos
a lo que ojos mundanales es una desventura, tal vez sea el modo para obtener
una inefable bendición.
Quizás aquello que sopesamos como maldición,
¿puede ser una bendición encubierta?
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la
Torá, y más estudios los hallan
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