| Shabbat Tishrei 29, 5762 - 5/10/02.  Comentario de la Parashá Bereshit: Repetir la Torá
 ¡Shalom iekarim!
 Con esta parashá da comienzo el nuevo ciclo de 
    lecturas anuales de la Torá.Una pregunta que frecuentemente se hace es: ¿por qué siempre leer lo mismo, 
    habiendo tantas otras cosas para leer?
 Hay varias respuestas para esta interrogante, y que nos enseñan buenas 
    actitudes para la vida:
 
      
      Repetir y renovarCada año al esforzarnos en la lectura (con su correspondiente estudio y 
      profundización), nos estamos dando la oportunidad de descubrir (o 
      re-descubrir) aquellos aspectos que permanecieron ocultos en lecturas 
      anteriores.
 Esto nos enseña que nuestras peripecias en la vida no se terminan, sino en 
      cada momento tenemos ocasión de hallar algo nuevo, o de mejorar lo que 
      anteriormente considerábamos bueno. Tal como el profeta nos indicara: "Nunca 
      se aparte de tu boca este libro de la Torá; más bien, medita en él de día 
      y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así 
      tendrás éxito, y todo te saldrá bien." (Ieoshúa / Josué 1:8).
 
      Superar el obstáculoNo siempre estamos en sintonía con la lectura de Torá, ni tampoco 
      tenemos una comprensión pareja durante todo el tiempo. Por lo cual, al 
      retornar a parashot previas tenemos la chance de aprender (y 
      aprehender) aquello que no nos agradó (o no captamos) antes.
 Esto nos enseña a no dejarnos derrotar por los inconvenientes; ya que si 
      en una ocasión no triunfamos, quizás en la siguiente lo haremos. Tal como 
      fuera dicho: "Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de 
      cumplir toda la Torá..." (Ieoshúa / Josué 1:7).
 
      Gozar de lo buenoLa Torá es llamada lekaj tov ("buena enseñanza" en el libro 
      Mishlei / Proverbios 4:2).
 ¿Acaso no da placer retornar a lo que es bueno?
 Es como aquel al que le agrada el pastel de chocolate, ¿no gozará cada vez 
      que se deleita con su sabor?
 De modo similar con la Torá, que si se la estudia con sabiduría, solamente 
      se extrae de ella dulzura y plenitud.
 Esto nos enseña a disfrutar de lo que es verdaderamente bueno, tal 
      como el sabio nos instruyera: "Come, hijo mío, de la miel, porque es 
      buena; y del panal, que es dulce a tu paladar. Así aprópiate de la 
      sabiduría para tu alma. Si la hallas, habrá un porvenir, y tu esperanza no 
      será frustrada." (Mishlei / Proverbios 24:13-14).
 
      La guíaPor último (por ahora), desde la perspectiva tradicional del judaísmo, la 
      Torá es la mejor guía para la vida.
 Esta idea tiene un buen fundamento, ya que su Autor es también el Creador 
      de todo lo que existe.
 Por lo tanto, ¿quién mejor que Dios para indicarnos los más apropiados 
      caminos para el crecimiento integral?
 A cada paso que damos, la luz de la Torá nos puede orientar con precisión 
      y bondad. Tal como el salmista cantara: "La Torá de su Elokim está en 
      su corazón; por eso sus pasos no vacilarán." (Tehilim / Salmos 37:31).
 En síntesis, cada año se espera que leamos las 
    mismas palabras; pero que hallemos renovados sentidos para darle más ánimos 
    a nuestras existencias. Les deseo Shabbat Shalom!
 Moré Yehuda Ribco
 Relato a 
    propósito del comentario Se encontraron dos jasidim después de un 
    tiempo sin verse: - Moishe, cuánto tiempo sin verte. Se te 
    nota más feliz, ¿qué pasó? ¿Te casaste? - Baruj Hashem estoy bien, y es cierto, estoy muy feliz. Pero no porque 
    me haya casado, sino porque estuve en lo del Rebbe.
 - ¿En lo del Rebbe? ¡No te puedo creer! ¡Qué mérito inmenso!
 - Así es, que pena que no hayas venido con nosotros.
 - ¡Más pena me da a mí! Viajar a la casa del Rebbe, oír sus enseñanzas de 
    Torá, verlo... ¡verlo! ¿Sabes lo que es eso Moishe? ¡Un tesoro!
 - ¿Verlo? ¿Ver al Rebbe? ¿Y quién te dijo que lo vi?
 - No te entiendo Moishe, ¿no dijiste que fuiste a lo del Rebbe?
 - Si fui a lo del Rebbe, pero no lo vi.
 - Entonces, ¿por qué tanta felicidad? ¿De qué valió tu viaje si no te 
    entrevistaste con el maestro?
 - Es que cuando llegamos a la casa del maestro, sus secretarios nos 
    dijeron que había salido para cumplir con la mitzvá de visitar 
    enfermos, y que quizás tardaría varias horas en retornar, pues el Rebbe 
    especialmente solía pasar mucho rato jugando con los niños del pabellón de 
    enfermos graves. Nos informaron que si queríamos, podíamos esperarlo allí en 
    su sala, junto con otras decenas y decenas de personas que llegaron antes 
    que nosotros y esperaban entrevistarse con el sabio.
 - Lo esperaste, ¡sin dudas! ¿No?
 - No, ¿para qué habría de esperarlo si ya había recibido lo que fui a 
    buscar?
 - ¿Cómo?
 - Fui buscando enseñanza de Torá de parte del gran maestro, y eso es 
    precisamente lo que recibí.
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