Parashá Vaerá 5767


Shabbat: Rosh Jodesh Shevat, 5767; 20/1/07



Un comentario de la Parashá Vaerá (Shemot 6:2 – 9:35)
Irracionales en su fe



El Faraón y Egipto con él han sufrido siete plagas y ya no dan más (y ellos no saben que todavía les falta otras tres).
Están exhaustos, cansados, abatidos, angustiados desesperados.
Se ha quebrado el espíritu orgulloso y avasallador de Egipto.
Ya no celebran su fatuo poderío, ya no hacen demostraciones y gala de su majestad y capacidad de dominio por medio de la violencia y las artes negras.
Egipto está derrotado.
Es la mano del Eterno que ha caído sobre el imperio esclavista y ellos no encuentran cómo salir, no conocen una senda para la salvación personal y colectiva.
Entonces, pareciera como si hubieran aprendido por el camino del dolor. Pareciera como si reconocieran que obtendrían su salvación solamente haciendo teshuvá, es decir, arrepintiéndose sincera y totalmente. Prestemos atención:

«Entonces, el faraón mandó llamar a Moshé [Moisés] y a Aarón y les dijo: -He pecado esta vez. El Eterno es el justo; yo y mi pueblo somos los culpables.
Rogad al Eterno para que cesen los truenos de Elokim y el granizo, y yo os dejaré ir, y vosotros no os detendréis más.
Moshé [Moisés] le respondió: -Al salir yo de la ciudad, extenderé mis manos al Eterno, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Eterno.
Pero yo sé que ni tú ni tus servidores teméis todavía la presencia del Eterno Elokim.

Después de haber salido de la presencia del faraón y de la ciudad, Moshé [Moisés] extendió sus manos al Eterno, y cesaron los truenos y el granizo; y no cayó más lluvia sobre la tierra.
Entonces, al ver que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, el faraón volvió a pecar. Tanto él como sus servidores endurecieron su corazón.»

(Shemot / Éxodo 9:27-34)


Pero, comprobamos que no fue así.
Que solamente simularon acatar el mandato del Eterno y actuar con bien y justicia.
Solamente se pusieron un disfraz mientras duraba el tormento, pero cuando éste cesó, ellos retomaron su senda de terquedad y rebelión en contra del Padre celestial.
Con guiños de ojos y risotadas cómplices los egipcios creyeron que se habían burlado de Moshé, y a través de él del Eterno.
Supusieron que tras hacerse los castos y arrepentidos podrían seguir haciendo su vida extraviada sin consecuencias negativas.
Y lo que ellos no entendían es que de Arriba se devuelve lo que abajo se siembra.
Si Egipto seguía sembrando impiedad, dolor, esclavitud, opresión; entonces de Arriba le decretaban que en algún momento padecieran ellos exactamente eso mismo.
Pero, como dijimos, Egipto no entendía.
Seguía ciego y empecinado en su senda errónea y destructiva.
Dañaba a los otros y así se estaba perjudicando intensamente a sí mismo.
Esta obcecación llevó finalmente a la ruina a Egipto. De Arriba le dieron varias oportunidades para cambiar y mejorar, le advirtieron, instruyeron, le tuvieron paciencia, pero… ¡no! Egipto siguió por la senda negativa, a sabiendas de que ellos estaban en error y de que la Verdad estaba de parte del Eterno.

Tristemente este carácter obcecado, autodestructivo, masoquista de Egipto sigue vivo.
En individuos y colectivos se sigue comprobando que las personas tienen un breve destello de conciencia, de reconocer que están andando por el mal camino, pero se cierran a caminos alternativos, a sendas de cambio, reconciliación y crecimiento.
En mis años como maestro, conferencista, escritor lo he visto innumerables veces.
Es muy remarcado entre los que están esclavizados a la idolatría de Jesús, que dan mil y una excusas para no cambiar su estilo de vida negativo. A pesar de que se les muestra los cientos de errores y horrores de los «evangelios», ellos no pueden abandonar a su «diosito». A pesar de que se desenmascara todas las mentiras y perversiones tanto del pecador Jesús como del nefasto Pablo, los intoxicados por este vicio espiritual no tienen fuerzas para desgarrar lo maligno y abrazar la Vida eterna. A pesar de que se demuestra con propiedad las virtudes de ser fiel al Padre celestial, acatando los mandamientos que Él ha dado, los que están cegados por la fe oscura se niegan a tomar la Mano del Padre celestial, argumentando que sin el (que ellos creen) intercesor (Jesús) nadie puede llegar al Padre. Mientras tanto, la Mano del Padre celestial queda vacía, tendida a la espera de esa mano humana que se negó a asirLo.
Ejemplos abundan de esto en algunas de las preguntas que he contestado en serjudio.com a lo largo de los años, o en algunas exposiciones viciadas de idolatría en el Foro del sitio, o en los insoportables emails de «iluminados» voceros de la idolatría que se creen dueños de alguna santa verdad salvadora, y solamente son «cristobalitos»… portadores de un falso dios, de un falso salvador.

Lo enuncia sabiamente el Midrash cuando manifiesta que:

«El rebelde incluso a las puertas del gueinom sigue negando la Verdad y no se arrepiente sinceramente».
(Ialkut Shimoni, Ieshaiau remez 514)

Y, por favor, no supongamos que este asunto no tiene nada que ver con los que somos fieles al Eterno. Pues, vivimos en un mundo poblado por gente que se encuentra en esta triste condición espiritual (emocional e intelectual también), y por tanto, pesan al momento de edificar el Shalom y para que advenga la Era Mesiánica.
Por otra parte, entre estos ciegos tercos espirituales están los fanáticos que actúan como misioneros, lo sepan o no. Procuran convertir a su crasa fe a las otras personas, a los «irredentos» e «hijos de Satanás» como ellos nos denominan. Hacen innumerables esfuerzos para llevarnos hacia el lado oscuro de la espiritualidad, mienten, se disfrazan de judíos, tocan a la puerta de nuestros hogares ofreciendo amistad y otras cosas. Incluso emigran al Estado de Israel, en donde encuentren mucha gente judía ignorante de su Tradición y que por eso caen presas de su trampas mortales.
En definitiva, es nuestro deber hacer algo para que esta gente no prospere en su misión de difundir la oscuridad en Este Mundo.
Por supuesto que no podemos emplear sus métodos tradicionales: no llevamos a nadie a la hoguera, no torturamos, no engañamos, no amenazamos con padecimientos en Este o el Venidero Mundo, no creamos pleitos dentro de la familia, no atosigamos, no tendemos trampas, no acusamos al inocente.

Nuestro método toma como modelo el que empleó Moshé ante Egipto.
Denunciar la mentira, señalar el error, advertir de las consecuencias de los propios actos, traer el mensaje del Eterno sin adulteraciones acomodaticias, elevar plegarias al Eterno para que se abran los ojos de los enceguecidos, estudiar y enseñar, ser amplios y flexibles pero no por ello débiles.
Tal es como nuestro maestro Moshé hizo ante Egipto y como nosotros debemos aprender a actuar.
Por supuesto que no tenemos el nivel y altura de Moshé, pero cada uno en su propio nivel, de acuerdo a sus posibilidades, apegado a la Torá, ejerciendo con responsabilidad nuestro libre albedrío, cumpliendo con integridad los mandamientos.

De esta manera, trabajando lentamente pero sin pausa, siendo constantes y fieles, responsables y respetuosos de lo que merece respeto, estamos en el camino que construye un mundo de Shalom, a pesar de los mitzrim que se empecinan en desparramar oscuridades.

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

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orah

b’sd
Me encanto su comentario,lo unico q’ no puedo tolerar es escuchar el nombre j. ,tiene mucha tuma,queria preguntarle si hay alguna posibilidad de evadirlo la proxima vez?

yashar koach!

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