Tus enemigos Hashem

Últimamente me estoy encontrando con mucho auto proclamado sabio de cosas judías y asuntos divinos.
Sin vergüenza y con mucha determinación se despacha con interpretaciones “bíblicas”, decreta procedimientos de vida (halajot), impone creencias, marca la agenda de la gente que anhela espiritualidad y cosas por el estilo. Salen a montones, al menos los veo en los tiempos recientes, tal como hongos después de la lluvia en redes sociales, a cada paso me tropiezo con ellos en Facebook, por ejemplo.
Al rascar la corteza, solo un poquito; al quitar de la vista las tupidas barbas y gorros exóticos, uno encuentra en la mayoría de las ocasiones a gente que no es judía, ni por nacimiento ni por conversión leal y legal.
Muchos se etiquetan como esos amorales llamados “judíos mesiánicos” (que no son judíos, ni tampoco mesiánicos), o todas las variantes cristianas bizarras que se disfrazan de lo que creen es judío y rechazan admitir su real pertenencia a la religión cristiana, pero que son eso: cristianos disfrazando su fe extraña de lo que ellos creen es algo judío.
Otros directamente se encasillan como judíos “ortodoxos”, y otros pretenden ser los herederos de vaya uno a saber que mística línea invisible que les da potestad y autoridad para inventar cosas religiosos que quieren hacer creer que es verdadero judaísmo.
Lamentable es cuando judíos irrumpen con estas atrocidades y consiguen ser admirados y elogiados por las masas que van camino al matadero.

Son tantos los disparates, errores, tergiversaciones, locuras, delirios, divergencia de pensamiento, EGO abrumador, que no me da para poner aquí ejemplos.
Solamente me recuerdo, al pasar no más, los que dicen que solo se puede usar el nombre yahuawuaeh para denominar a la deidad. Que es pecado decir el Eterno, Altísimo, Señor, Adonai, Elohim, Hashem, Dios y otras nombres y formas de referirse a la divinidad.
Lo triste y lamentable es que tienen un gran arrastre, aunque sean atrocidades que se caen al más mínimo análisis, bien pronto están los que dicen “Amén ajim querido, yahuauwehwh te ha echo llegar la berachot del borejolam Amen Amen ajim chalom chabat» tzewahokot”.
Y no estoy inventando nada.
Este es solamente un mínimo ejemplo de eso que tanto me está mortificando, por la estafa que representa, por la maldición que está sembrando en la vida de los que aceptan tales atrofias morales.
Ni que hablar cuando además meten a “yeshuashuaj jamasiach” y toda la sarta de tonterías que se abotonan a ello.

El otro día, sin ir más lejos, un tipo se me puso a querer disertar acerca de que los culpables de todo lo horrible que le ha sucedido al pueblo judío sin dudas es culpa de los judíos.
¿Cómo iba a ser otra manera?
Pomposo y pesado, me quería enseñar que no hay que ponerse en el lugar de la víctima, porque los judíos no lo son ni fueron, sino algo malo habrán hecho que holocausto, inquisición, expulsiones, pogromos y tantas otras linduras han ocurrido en nuestra historia.
Ante el evidente tufo antisemita de la aserción, el tipo disparó una sarta de palabras que suenan importantes y cultas, pero son simplemente humo, vacío y pedante. Adobado con mucho de odio visceral a lo judío, aunque se hace pasar por uno o algo así (no entendí ni me intereso)… cosa rara…

Entre otras cosas decía que Dios no tiene enemigos, porque nadie es oponente para Él.
Esto lo disparó cuando le quise explicar que muchas de los eventos negativos tienen una base en el rechazo de la gente hacia Dios, por tanto a todo lo que pudiera llevarnos a Él. Por supuesto, el pueblo judío con su cultura basada en la Torá es el máximo exponente de lo que hay que extirpar.
No es que no existan otras causas, como las económicas y sociales, entre otras.
Sí, e incluso alguna vez algún judío pudo actuar de forma tal de ganarse el desprecio de sus vecinos gentiles, claro que sí.
Pero negar la evidencia de que hay enemigos de Dios, el Uno y Único, porque su creencia dice que no existen enemigos de yahuaeweh… es simplemente ignorancia ,o falacia, o delirio, o todo junto.

Así que Dios no tiene enemigos… entonces:

«Cuando el arca partía, Moshé [Moisés] decía: ‘¡Levántate, oh Eterno, y sean dispersados Tus enemigos! ¡Huyan de Tu presencia los que te aborrecen!’»
(Bemidbar/Números 10:35)

De hecho, el salmista inspirado por Dios ha declarado lo que es el destino de estos chantas, estafadores y difusores de la maldición:

«Porque he aquí Tus enemigos, oh Eterno; porque he aquí, Tus enemigos perecerán. Serán dispersados todos los engañadores.»
(Tehilim/Salmos 92:10)

Todos ellos, enemigos del Eterno serán dispersados.
Sean los que se arman contra Israel y los judíos, como los que inventan libelos antisemitas, como los que se asocian para destruir la Presencia de Dios a través de Su pueblo, como los que quieren usurpar la tierra de los judíos, como los que quieren usurpar la identidad judía, como todos estos engañadores… todos ellos tienen una suerte echada, y no es de bendición ni de vida.

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Ahora entiendo el origen de ese impronunciable nombresito yeshuashuajyahuauwehwh. Es una mezcla de jesus y wuawue, pero con más i griegas, Hs y Us.

Tal vez el lado positivo es que a la par de los «yeshuashuajyahuauwehwhIANOS» estan creciendo noajidas que, a brincos y a saltos, hacemos nuestro trabajo y deber a conciencia; cumpliendo la voluntad de nuestro juez (el Yo real )

Jonathan Ortiz

Sí, recuerdo al fulano y su verborrea… puajjj…!

Hay cada bocón.

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