| Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 26, 5762 - 4/8/02) |  |    | 
| 
 | ||
| BeShem H' El Olam | ||
| Shofetim 16:18 - 21:9 | 
| Shabbat Elul 2, 5762 - 10/8/02. Comentario de la Parashá Shofetim: Educación para la justicia. Al crear a la especie humana, Dios nos dio muy pocas instrucciones y reglas; tal como un padre hace con su hijo recién nacido, que va recibiendo educación por medio del vínculo más que por intermedio de palabras y reglas a seguir. Con el paso del tiempo, el Eterno fue dando 
    unas pocas leyes más, las básicas que permiten establecer una sociedad 
    saludable y constructiva. Como un padre que suma a la educación de su hijo 
    pequeño ciertas reglas fundamentales e indispensables para toda persona 
    de bien. Recién cuando la humanidad llegó a un estado 
    de comprensión mayor, algo así como su ingreso a la juventud-madura (su 
    bar/bat mitzvá), pudo ser considerada como responsable, y por lo tanto 
    habilitada para recibir, de parte de Dios, un mayor número de leyes y de 
    metas a cumplir. Tal como un padre y la sociedad hacen con los que dejan de 
    ser niños y comienzan a ser tratados como personas maduras. Dios, en su infinita Sabiduría, dio también 
    las instrucciones y utensilios para que cuando se precisara legislar o 
    juzgar sobre lo no expresado en la Torá, se lo hiciera en base a lo que Él 
    considera lo más acertado, y lo más apegado posible a Su Voluntad. Tal como 
    un padre humano amoroso y responsable hace con su hijo ya adulto, al cual 
    educó desde sus primeros momentos, al cual brindó los mecanismos para 
    resolver situaciones personales que no están contempladas por las normas 
    fijas. 
 Esto significa que a partir de la entrega de 
    la Torá, Dios mantiene Su Torá vigente, y permanece como Rey, pero ya no 
    legisla para los humanos, sino que le dio la misión de elaborar leyes a los 
    jueces, rabinos, sacerdotes cultos del pueblo judío. Por lo tanto, desde el momento que Dios entregó a los Sabios de Israel el derecho a legislar; las sentencias y leyes emanadas de ellos tienen el respaldo de Dios, y cuentan con todo el peso legal como para ser consideradas leyes indirectamente ordenadas por Dios. Toda ley que se presente como venida de Dios y 
    que sea contraria a Su Torá, indudablemente no es de Dios sino de personas 
    que se oponen a Su gobierno. Es importante conocer esto, entre otras cosas 
    porque así reconocemos la confianza que Dios deposita en la humanidad: nos 
    tiene tanta confianza que nos da la oportunidad para conducirnos a nosotros 
    mismos, y no ser marionetas en Sus manos, o como animales que son 
    guiados por sus instintos, o como personas inmaduras que son juguetes de sus 
    deseos pasajeros. Les deseo Shabbat Shalom! 
 Relato a propósito del comentario Cuenta el muchacho a sus amigos: "El día que me perdí en el bosque, se venía la noche y yo estaba desesperado porque tenía muchísimo miedo, y no encontraba ninguna pista que me trajera de regreso. Entonces, con todas mis fuerzas hice una tefilá -rezo- pidiendo a Dios que hiciera algo para salvarme y rescatarme de tan difícil situación." Preguntan sus amigos: "¿Dios te respondió?" Contesta el joven: "¡No!, ¡Nada de 
    nada! De la Parashá Shofetim | 
| Presentación | Información de derechos | Sus comentarios | Servicios | Guía | 
|  | 
| ©2002 Yehuda Ribco. Todos los derechos son propiedad de sus autores. | 
|  |