Tal como la
Torá ordena que el hombre trabaje durante seis días de la semana y que
descanse en el día séptimo- un año cada siete la tierra debe ser dejada en
reposo; ni arar, ni sembrar, ni cosechar. ¿Por qué? Porqué la tierra es del
Eterno, Su Patrón.
Aunque el
hombre no trabaje en ella, la tierra continúa produciendo frutos, de modo
natural, y todo lo que de ella procede puede ser aprovechado por cualquier
persona, esto es, no necesariamente por el actual dueño de la misma, sino también
por el pobre, el leví, el extranjero, el empleado, aun es para el animal doméstico,
para la bestia...para todos.
Ahora bien, enseñan nuestros sabios que
el Mundo se fundamenta en tres pilares - la Torá, la Avodá y la Guemilut
Jasadim (práctica de la caridad) -; así pues, intentaremos reconocer estos
tres pilares en la mitzvá del reposo del año séptimo.
a) Fundamento
de la Torá: al finalizar el año de reposo, todas las personas tuvieron el
tiempo de dedicarse al estudio, a la integración de nuevos conocimientos, pues,
en un año que necesariamente no se trabaja, y no se hace más que recibir
gratuitamente, el hombre ya no tiene excusas para no dedicarse a estudiar.
b) Fundamento
de la Avodá: Avodá entendida como sacrificio u ofrenda resulta comprensible
sin necesidad de mayor explicación. Porqué, ¿no es un sacrificio el
abstenerse de intentar sacar hasta la ultima gota de beneficio
de nuestra propiedad? ¿No es aceptar el poder de Di-s y las propias
limitaciones cuando dejamos “improductivas” cosas nuestras, solamente porque
es una orden de Di-s?
Licenciado en Psicología Prof. Yehuda Ribco - Iyar 20, 5755
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(En las citas de textos o parshanim, los comentarios entre paréntesis son nuestros y no de las fuentes)