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"Cada cual en su campamento, de acuerdo a
las señales de sus familias, se situarán alrededor del Ohel
Moed." (Bemidbar 2:2)
Es probable que resulte difícil imaginarnos y describir la forma
general en la cual se realizó Ietziat Mitzraim. Resulta casi evidentemente
mencionar que en el primer tiempo, luego de la salida, el pueblo, con sus
seis cientos mil hombres, avanzaba de manera poco organizada, movidos por
las circunstancias del éxodo mismo, del miedo a los egipcios, de
las posibilidades de transporte de los bienes materiales y de los familiares
de cada uno. Así salieron de Mitzraim y así se fueron aproximando
al monte Sinai, durante seis semanas de camino. En aquel lugar recibieron
los famosos mandamientos, que posteriormente fueron tallados en la piedra
de las Lujot HaBerit, y Moshé subió al monte para comenzar
a recibir la Torá y sus secretos. Cuandó descendió,
se iniciaron las obras de construcción del Ohel Moed, y el pueblo
fue siendo instruido en las mitzvot, directamente de boca de Moshé
Rabeinu, quien recibía las leyes y ciertas explicaciones de parte
del Mismísimo H'. Todo esto que describimos se realizó en
unos escasos diez meses.
Ahora, al principio del segundo año desde la salida de Mitzraim,
había llegado la hora para tomar el camino hacia la Tierra Prometida.
Este gran pueblo de libertos había logrado su libertad física
abandonando el país de Mitzraim, y adquiriendo su compromiso de ser
libres morales cuando admitieron la majestad y el poder supremo y liberador
que parte de las leyes justas de H', que nosotros leemos en la Torá.
Para completar la redención, hacía falta un espacio en el
cual el tiempo de ser libres pudiera concretarse en sus acciones, en sus
actividades. Es decir, faltaba un eslabón en esa cadena libertadora,
el eslabón del ingreso a la Tierra de la Promisión. Un lugar
en el cual ejercer la libertad que se desprende del amoroso cumplimiento
de las mitzvot.
La transformación del conglomerado de ex-esclavos en un pueblo realmente
libre y cultivado, tuvo su expresión exterior en su organización.
Antes de empezar la marcha de la conquista, que los iba a enfrentar en cruenta
y feroz lucha con los habitantes de la Tierra, recibieron de H' la orden
de formarse según sus tribus y según sus familias de pertenencia.
Así se dispusieron en círculo en torno al Ohel Moed, agupándose
en cada lado tres tribus, cada uno de los cuatro grupos era encabezado por
la tribu más poderosa del grupo. Al medio de esta formación,
que si la diagramamos veremos un Maguen David, estaban los leviim, quienes
servían y custodiaban el Ohel Moed. Esta forma de acampar permitía
la máxima protección del Ohel Moed, y una adecuada defensa
de todos y cada una de las tribus, ya que cada flanco del campamento estaba
ordenado para contribuir a auxiliar a los demás.
Durante la marcha misma, los cuatro grupos iban uno atrás del otro,
mientras que entre cada agrupación se hallaba uno de los tres grupos
de leviim, cada uno cargando las distintas partes del Ohel Moed.
Tanto a la vanguardia como a la retaguardia de este orden de marcha estaban
las tribus más poderosas, listos para enfrentar cualquier peligro.
Quizás es correcto que nos preguntemos: ¿qué es
mejor, que Israel sea un conglomerado homogeneo y sin distinciones, o, lo
consideremos como la unión de tribus, familias y personas?
Como respuesta podemos decir que ambas opciones no son excluyentes.
La unión se consigue cuando cada uno de los integrantes se identifica
con toda la nación, pero distinguiendo las diferencias, como dijera
el pasuk: "cada uno...de acuerdo a las señales
de sus familias"...formando parte del Kelal Israel, de la comunidad
israelita.
Así en el Majané Israel, la tribus se asientan en los lugares
que les corresponde, y cumplen las funciones específicas que les
son asignadas.
De esta manera la organización permite que de las diferencias naturales
(y aun de las forzadas) el pueblo se fortifique y consiga estabilidad.
Es decir, diferenciarnos para crecer juntos, y no, desgraciadamente, diferencias
para las persecusiones y los odios vanos.
El ShLa"H HaKadosh afirmaba lo siguiente: "Tal
como en el desierto hubo cuatro campamentos, en cada generación hay
distintas agrupaciones y cada una puede ser portadora de la verdad". |