Lic. Prof. Yehuda Ribco |
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BeShem H' El Olam |
IOM KIPUR - breve introducción
Denominaciones: |
El llamado Día del Perdón es sin duda alguna el día más solemne en el calendario judío, recibe otras denominaciones tales como Iom HaKipurim y entre los Sefaradim es llamado simplemente Kipur, la Torá también lo llama Shabbat Shabbaton.
La correcta traducción de Kipur no es perdón, sino expiación, por lo cual la manera más adecuada de mencionar esta festividad en español es como Día de la Expiación (más adelante estudiaremos acerca de la significación de la expiación y sus relaciones con esta fecha).
Fecha: |
Acaece el décimo día del séptimo mes, según prescribe la Torá, en la actualidad en el mes denominado Tishrei, que es el primero del ciclo anual según la cuenta de los jajamim.
Motivo: |
Según texto de la Torá, esta ocasión debe ser destinada para la "aflicción de las almas y el arrepentimiento de los pecados" (Vaikrá 16:29-34, 23:27-32; Bemidbar 29:7).
En el Torá oral: |
Masejet Iomá es la que brinda la más detallada descripción del servicio ritual efectuado por el Sumo Sacerdote en el Mikdash de Ierushalaim, e incluye varias de las leyes relativas al ayuno de esta fecha.
Restricciones: |
Para cumplir con el precepto bíblico de afligir las almas, es que está prohibido comer, beber, tener relaciones sexuales hábiles, el uso de cosméticos y productos de limpieza, el calzado de cuero, el lavado de cualquier parte del cuerpo que no sean los dedos y los ojos (Iomá perek 8 mishná 1).
Todas las restricciones pueden ser levantadas por riesgo de vida, o parcialmente o en su totalidad según prescripción médica o de rabino, y en caso de no haber un experto disponible, se acepta la decisión personal de la persona si manifiesta que las restricciones no le sean impuestas.
Personas enfermas, menores de nueve años, embarazadas, ancianos y todo aquel que reciba autorización ya mencionada, tienen restricciones limitadas o nulas. (Siempre es adecuado consultar al rabino local).
Ya que Iom Kipur se designa Shabbat Shabbatón (Vaikrá 23:32), un Shabbat de descanso solemne o Sábado de los Sábados, se aplican todas las prohibiciones de trabajo (avot melaja) que rigen por prescripción rabínica en Shabbat y en caso de coincidir con Shabbat, las restricciones no son pospuestas.
Si bien es un día para el ayuno, al igual que Tisha BeAv y a diferencia de los otros ayunos, por expresa indicación de la Torá, el mismo se concreta desde un poco antes de la puesta del sol de la víspera (esto es el nueve de Tishrei) hasta la aparición de tres estrellas la noche siguiente, es decir, unas veintiséis horas. La postrer comida que antecede al ayuno se denomina seuda mafseket.
Hay personas extraviadas, pero que se autoproclaman como fieles extremos, que adoptaron costumbres paganas de extrema aflicción autoinducida, tales como no dormir en Iom Kipur, permanecer de píe durante todo el día, autoflagelarse en la víspera de Iom Kipur, inmersiones en aguas heladas el día previo, y otros actos torturantes. Es aconsejado por las autoridades racionales rabínicas desatender tales procederes, y encauzar la aflicción hacia el verdadero sendero de la reparación y el arrepentimiento, impregnando de ética la vida, y no los cuerpos o las almas de mortificantes llagas que en nada ayudan a la santidad del magno día o de las propias vidas. Además de incurrir en el pecaminoso error de prometer acciones que posiblemente no puedan cumplir.
Arrepentimiento: |
Desde comienzos de Elul el judío debe imbuirse de espíritu de arrepentimiento y de crecimiento personal, pero sin dudas el clímax es alcanzado en ésta fecha.
Tal como prescriben los jajamim, el arrepentimiento ante los agravios leves de inmediato es reparado; empero, el arrepentimiento por sí solo no expía en caso de los pecados graves, sean estos contra el Eterno o contra el prójimo, hasta el día de Kipur.
Es la propia acción, y la compunción verdadera personal, sumada a la Gracia otorgada por Dios en este día lo que permite lavar las culpas, y enmendar las vidas.
Por esto es aconsejado y acostumbrado el que antes de Iom Kipur las personas se pidan perdón entre sí, ya que Iom Kipur es distinguido por ser el momento propicio para la confesión colectiva e individual, ocasión única para alcanzar el Trono Divino en procura de perdón, ya que según la tradición los portones celestiales se hallan abiertos de par en par, y los oídos del Eterno aguardan el ruego arrepentido de Sus hijos.
El pedido de perdón debe ser dirigido al que recibió nuestras ofensas, ya que Dios puede perdonar los pecados entre las personas, sólo si el perjudicado perdonó antes.
Para conseguir el real arrepentimiento es necesaria la profunda reflexión, el pensar seriamente acerca de uno mismo y de sus relaciones. La purificación del alma se consigue merced al denodado esfuerzo, basado en el balance espiritual (jeshbón hanefesh), que es la introspección llevada a un grado tal que la falsedad no puede hallar resquicios en los cuales ocultarse a la indagación inquisitiva del penitente.
De similar manera que para el Iom HaDin (Día del Juicio) que comienza en Rosh HaShaná, hay tres evidencias que hay que presentar ante el Juzgado Divino, que son: el arrepentimiento o la penitencia (teshuvá), la plegaria (tefilá) y la justicia social o caridad (tzedaká), ya que estas pruebas tienen la virtud de mitigar el severo decreto (según oración de Unetane Tokef).
Al igual que todas las acciones de nuestras vidas, el arrepentimiento debe ser verdadero y honesto. El Talmud (Masejet Iomá) enseña que aquel que pide perdón pero tiene la intención de incurrir en el mismo pecado, no es perdonado, ya que le Eterno conocer certeramente los corazones de las personas.
De igual manera, el que peca sin inquietudes pues está consciente de que Iom Kipur perdona los pecados, no recibe el beneficio de la Misericordia Divina.
Expiación: |
La Torá prescribe un curioso procedimiento que se realizaba en épocas bíblicas, y que muchos asocian con prácticas paganas de ofrendar algún animal a los dioses poderosos y malignos.
En realidad el ritual de Azazel se prescribe en la Torá como procedimiento para expiación, esto significa que el animal que va a ser enviado a su muerte en el desierto cercano a Ierushalaim, más precisamente en la yerma zona de Azazel, simbólicamente cargaba sobre sí los pecados de Israel, que de esa forma lograba aproximarse a la purificación. Luego debían arrepentirse realmente y enmendar sus conductas, pues de lo contrario el animal sacrificado, el chivo expiatorio, no valía la pena su muerte.
Esto es lo que expresa la Torá (Vaikrá 16: 5-34):
Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos de cabrío para expiación, y un carnero para holocausto.
Y hará allegar Aarón el becerro de la expiación, que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
Después tomará los dos machos de cabrío, y los presentará delante de Hashem a la puerta del tabernáculo del testimonio.
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos de cabrío; la una suerte por Hashem, y la otra suerte por Azazel.
Y hará allegar Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Hashem, y ofrecerálo en expiación.
Mas el macho cabrío, sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Hashem, para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.
Y hará llegar Aarón el becerro que era suyo para expiación, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
Después tomará el incensario lleno de brasas de fuego, del altar de delante de Hashem, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y meterálo del velo adentro:
Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Hashem, y la nube del perfume cubrirá la cubierta que está sobre el testimonio, y no morirá.
Tomará luego de la sangre del becerro, y rociará con su dedo hacia la cubierta al lado oriental: hacia la cubierta esparcirá siete veces de aquella sangre con su dedo.
Después degollará en expiación el macho cabrío, que era del pueblo, y meterá la sangre de él del velo adentro; y hará de su sangre como hizo de la sangre del becerro, y esparcirá sobre la cubierta y delante de la cubierta:
Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.
Y ningún hombre estará en el tabernáculo del testimonio cuando él entrare a hacer la reconciliación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la reconciliación por sí, y por su casa, y por toda la congregación de Israel.
Y saldrá al altar que está delante de Hashem, y lo expiará; y tomará de la sangre del becerro, y de la sangre del macho cabrío, y pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.
Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.
Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo del testimonio, y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo:
Y pondrá Aarón ambas manos suyas sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
Después vendrá Aarón al tabernáculo del testimonio, y se desnudará las vestimentas de lino, que había vestido para entrar en el santuario, y pondrálas allí.
Lavará luego su carne con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la reconciliación por sí y por el pueblo.
Y quemará el sebo de la expiación sobre el altar.
Y el que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su carne, y después entrará en el real.
Y sacará fuera del real el becerro del pecado, y el macho cabrío de la culpa, la sangre de los cuales fue metida para hacer la expiación en el santuario; y quemarán en el fuego sus pellejos, y sus carnes, y su estiércol.
Y el que los quemare, lavará sus vestidos, lavará también su carne con agua, y después entrará en el real.
Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre ustedes:
Porque en este día se les reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Hashem.
Sábado de reposo es para ustedes, y afligiréis vuestras almas, por estatuto perpetuo.
Y hará la reconciliación el sacerdote que fuere ungido, y cuya mano hubiere sido llena para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestimentas de lino, las vestiduras sagradas:
Y expiará el santuario santo, y el tabernáculo del testimonio; expiará también el altar, y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la congregación.
Y esto tendréis por estatuto perpetuo, para expiar a los hijos de Israel de todos sus pecados una vez en el año. Y Moshé lo hizo como Hashem le mandó.
Liturgia y ritual: |
Como punto culminante de las Festividades Solemnes (Iamim Noraim) y Diez Días de Penitencia, la conducta pasada del hombre se pesa sobre una balanza y Dios registra y sella su destino en el Libro de la Vida (Sefer Hajaim).
La atmósfera y la liturgia de Iom Kipur están caracterizadas, más por la solemnidad que por la tristeza. Los judíos ausentes de la sinagoga durante la mayor parte del año se reúnen con los fieles regulares.
Es costumbre vestir sobre las ropas el kitel blanco (túnica ritual que generalmente hace juego con el parojet, telón, que cubre el Arón Haberit, así como los Begadim de la Torá), en tanto que a partir del servicio de apertura (Kol Nidréi), en la víspera de Iom Kipur, todos los varones usan talit.
Se realizan cinco servicios, cada uno con amida y plegarias que se repiten incluyendo el Ashamnu, Al Jet y Avinu Malkeinu, así como selijot penitenciales. Ashamnu, Al Jet y Omnam Ken (Y esto es así, que se recita la noche de Kol Nidréi) tienen un orden alfabético, desde alef a tav, en tanto que el orden se invierte en Yaalé Tajanuneinu (Deja que nuestra plegaria se eleve..., también parte de la liturgia de Kol Nidréi).
Se recitan plegarias de recordación (hazcarat neshamot) en la mañana de Iom Kipur después de la lectura de la Torá.
Durante la repetición del musaf, los pasajes más destacados son: Unetané Tokef, aleinu (cuando los fieles se arrodillan y se postran), Avoda u orden del servicio del Gran Sacerdote en el Templo en el Día del Perdón (incluyendo, la ceremonia de Azazel), y Eile Ezkera.
Los diez recitados públicos de vidui (confesión) corresponden a los diez servicios realizados por el Sumo Sacerdote en el Santuario en Iom Kipur, pero después del segundo jurbán, el Día del Perdón en sí reemplazó el ritual de Azazel como medio de capará, de expiación.
El servicio del mediodía incluye la lectura del Libro de Ioná para la haftará. Esto es así pues este breve libro nos demuestra la Misericordia Divina que se extiende para toda la Humanidad sin distinciones, así como el inapreciable valor del verdadero arrepentimiento, tanto como la obligación de cada persona de hacerse responsable de su propio destino, sin dejarse llevar por el fatalismo o por la inconsciencia ciega.
Cuando el sol va cayendo y sus postreros rayos lamen las copas de los árboles, y cuando según la leyenda tradicional, los portones de piedad del cielo se están por cerrar, comienza el quinto servicio sinagogal, el de conclusión denominado Neilá.
Los rezos culminan después de la caída de la noche con la proclamación de fe judía (que incluye el Shemá), con el sonido de una tekiá prolongada en el shofar y con el saludo de ¡El Año Próximo en la Jerusalén Reconstruida!
Se culmina el día con regocijo, ya que le judío puede y debe confiar en que ha obtenido el perdón Divino. El saludo tradicional es "guemar tov" (un buen fin), y tras finalizar el servicio religioso en la sinagoga, cada judío debería dirigirse a su hogar para romper su ayuno y para iniciar de la construcción de la sucá, pasando de una mitzvá a otra ininterrumpidamente.
Guerra de Iom Kipur: |
Probablemente el Iom Kipur más angustiante que los judíos hayan experimentado en toda su historia fue el de 5734 (6 de octubre de 1973) cuando los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel que rezaban en el Canal de Suez y en las Alturas del Golán fueron atacadas traicioneramente por asaltos egipcios y sirios masivos y simultáneos. El hecho de que este casi desastre fuera transformado finalmente en una brillante victoria no puede explicarse sin tener en cuenta la intervención de la Providencia, y esta costosa campaña de tres semanas adquirió desde entonces la denominación de la Guerra de Iom Kipur.
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